Por: Álvaro J. Álvarez
En 1953, aún no se había desarrollado la tecnología de transmisión de la señal que permitiera una emisión directa a través del éter, se buscó una solución que permitiera el resultado soñado. Una vez más, la aviación permitió realizar un proceso de transmisión de la señal de televisión, por primera vez en Latinoamérica, al difundir, casi en tiempo directo, un programa de Televisión desde EE. UU., a Cuba. Los cubanos pudimos ver en nuestras pantallas, la transmisión de un juego de béisbol a las 2 horas de haberse realizado, a partir del miércoles 30 de septiembre de 1953. Así el Canal 6 (CMQ TV) apoyado por la Cadena estadounidense NBC (su socio desde 1945) logró algo inédito hasta entonces con el juego entre los equipos Yankees de Nueva York y los Dodgers de Brooklyn. Fue el Canal 4 de Miami, WTVJ, filial de la citada cadena, quien recibió la señal de la difusión del partido a través del cable coaxial, lo grabó en Kinescopio (cinta fílmica reversible) y al terminar la primera parte del cuarto inning, se llevaban las cintas al aeropuerto y en un avión de Cubana de Aviación (donde empezaban a procesar las cintas) hasta llegar al aeropuerto de Rancho Boyeros. CMQ-TV situó cámaras para captar la llegada del avión, la descarga de las cintas y la salida hacia el máster del canal. Entonces un carro de CMQ, con motociclistas de la policía que le iban abriendo paso, las llevaban hasta Radiocentro, allí se le insertaban los comerciales y se transmitían. El avión regresaba a La Florida y al finalizar el noveno inning se hacía la misma operación, de manera que los televidentes presenciaron los partidos sin interrupción. La Serie duró hasta el 5 de octubre y fue ganada por los Yankees 4 juegos contra 2 de los Dodgers.
En 1954, la Serie Mundial comenzó el 29 de septiembre entre los Gigantes de Nueva York (LN) y los Indios de Cleveland (LA). CMQ-TV, se propuso el martes 28 retransmitir directamente desde EE.UU, a partir del 29, aquel primer juego a celebrarse en Nueva York. Utilizaron un avión de la aerolínea Cubana de Aviación, equipado con antenas y transmisores, que permaneció en el aire durante el juego, efectuando un patrón de vuelo en aguas internacionales a 11,000 pies de altura y a unos 50 kilómetros de Matanzas, durante todo el tiempo que durara la emisión del partido que se celebraba en New York o en Cleveland. Su antena receptora captaba la señal de WBTJ Canal 4 de Miami y la enviaba, gracias a un transmisor RCA alimentado por una planta eléctrica y a una antena emisora, hasta un puesto receptor situado en La Cumbre, Matanzas. Desde allí, dos equipos de microondas enviaban la señal de imagen y sonido en directo hacia distintos destinos. Uno la lleva hasta la planta de Hershey y de aquí hasta La Habana. Otro, a través de las plantas de Coliseo, Colón y Manacas hasta la de Santa Clara. Esa transmisión se pudo ver bien en las provincias de La Habana y Matanzas, en parte de Pinar del Río y Las Villas. Camagüey y Oriente quedaron fuera de cobertura.
CMQ-TV transmitió los 4 juegos, desde el partido inaugural celebrado en Nueva York, a partir de las 12:30 p.m. El último se celebró en Cleveland, porque los Gigantes ganaron los 4 y la Serie. Los narradores fueron: Cuco Conde y Gabino Delgado, con Jess Losada y Rubén Rodríguez como comentaristas.
Para no sufrir los contratiempos inesperados que pudieran afectar la recepción, los ingenieros del Departamento Técnico de CMQ TV, Raúl López Giral (Director), Juan Echegoyen, Mario Rivero y el propio Enrique Valdés Pagés, experimentaron, con buenos resultados, otros dos sistemas para captar la señal del Canal 4 de Miami. Uno se basaba en el uso de antenas rómbicas instaladas en un área de la loma de La Cumbre. El otro fue la recepción a través de antenas especiales de recepción instaladas en la torre de 300 pies de la estación repetidora de Matanzas. Así, durante la transmisión podría escogerse entre las tres señales, la que se recibiera mejor ya que los desvanecimientos eran incontrolables al depender de condiciones atmosféricas como temperatura, humedad, posición del sol, etc. A pesar de todo el despliegue técnico ya citado y para asegurar la transmisión por si acaso, se validó la opción del año anterior que consistía en traer en dos o tres vuelos diarios desde la Florida los kinescopios grabados en una estación de Fort Lauderdale y revelarlos en Radiocentro. Estas filmaciones se transmitían por el Canal 7 de La Habana a las 6 p.m. y se llevan por vía aérea hasta Camagüey y Santiago de Cuba para ser transmitidos al otro día.
Por supuesto todo dependía de que las condiciones atmosféricas fueran favorables, para que los cubanos, por primera vez en la historia de la Televisión en nuestro país, pudieran ver los juegos de la Serie Mundial, en el momento de producirse, luego sería retransmitido en Kinescopio a las 6 p.m. por el Canal 7.
El jueves 30, los periódicos lo calificaron así: “Extraordinario triunfo técnico de CMQ. Uno de los acontecimientos más importantes de la Historia del Video. La retransmisión de un evento deportivo New York/La Habana. Un verdadero punto básico para la TV, quizás el primer paso para la quimérica idea de que en París pueda verse algo, que, en ese instante, esté sucediendo a miles de millas de distancia. Emoción al saber que estábamos viendo en el instante en que ocurría. Nos colocó a la cabeza de la TV”.
Al año siguiente, la técnica se perfeccionó utilizando nuevamente el avión, ampliando su cobertura a casi toda la Isla.
En 1955, anticipándose al uso de los satélites retransmisores de TV, la Serie Mundial entre los Mulos de Manhattan, los famosos Yankees de Mickey Mantle y los Dodgers de Brooklyn, que comenzó el 28 de septiembre fue vista, en directo, por todos los aficionados en La Isla.
Con un avión DC-3 de Cubana sirviendo de antena receptora, se transmitió en vivo, la Serie Mundial de Pelota. Este avión voló en círculos entre Key West y La Habana, captando la señal de TV de Key West y retransmitiéndola a La Habana, donde se difundió al resto del país, anticipando por varios años el uso de los satélites retransmisores de TV.
El avión de Cubana voló un patrón circular entre Cayo Hueso y La Habana, que actuaba como una estación de relevo para la transmisión de señales de televisión en directo. El avión despegó una hora y media antes del partido y se mantuvo en el aire haciendo el recorrido previsto aproximadamente durante tres horas.
Los protagonistas de este acontecimiento inédito fueron los Ingenieros Enrique Valdés Pagés, Jefe del Departamento Técnico de CMQ-TV y Raúl López Giral. Los técnicos de Cubana de Aviación, Ernesto Díaz y Obdulio Núñez, con la coordinación de Juan M. Pallí Díaz.
El proceso fue el siguiente: desde el Stadium donde se desarrollaba el evento, se envió la señal televisiva a la sede central de la NBC en Nueva York. La señal captada por el Canal 23 (Fort Lauderdale, Fl.) se retransmitió al avión Douglas DC-3 cubano, que a su vez la derivó hacia la sede central de CMQ TV en Radiocentro, en el Vedado, quien la reprodujo en su cadena nacional con transmisores en Coliseo, Manacas, Sancti Spiritus, Jatibonico, Ciego de Ávila, Corojo y La Vallita. En Santiago de Cuba había una Antena Rómbica para captar las imágenes, que fueron tan eficientes que desde Haití y Jamaica reportaron haberlas recibido bastante bien.
Fue realmente una osadía tecnológica y humana, para la época, instalar un transmisor de Televisión y antenas en un avión comercial no diseñado para ello, pero también lo fue recepcionar y retransmitir esa señal durante varias horas en días consecutivos de vuelo en una zona geográfica de alta inestabilidad meteorológica.
Los cubanos no solo desbordaron imaginación y dieron una solución inédita al objetivo de la recepción directa de la señal de TV proveniente de otro país en tiempo real, sino que se arriesgaron en lo personal. En esas condiciones, pudo resultar una tragedia.
La NBC posteriormente envió a Cuba, varios técnicos especializados en control remoto, para estudiar lo hecho por los cubanos, mientras que el New York Times, elogió esta transmisión y la Revista Carteles (14 de octubre de 1956), planteó que “El sistema cubano había sido mencionado en EE.UU. como pionero de la posibilidad de una televisión mundial”.
En el 7° juego, estando la Serie empatada a 3 juegos ganados cada uno. En el sexto inning ganando los Dodgers 1×0, Edmundo “Sandy” Amorós Isasi fue el héroe de aquel decisivo juego.
“Los mulos” que era Home Club vinieron al ataque, Amorós acababa de entrar a jugar en el jardín izquierdo mientras Junior Gilliam fue llevado a segunda en lugar de Don Zimmer.
Mickey Mantle dice que Amorós no corría, volaba, era un hombre sumamente veloz en las bases y en los jardines. Reconocía la calidad del cubano y el carácter afable del mismo. Veamos que sucedió: Billy Martin abrió la entrada con boleto, se animaron las tribunas, McDougald tocó perfecto, como si la hubiera puesto con la mano, dos hombres en base, no había out y el turno para el peligroso Yogi Berra.
Amorós estaba jugando cargado a la línea del LF, lo que Mantle entiende que era un error. Berra que bateaba a la zurda y pocas veces sacaba líneas o batazos extraviados. Mantle no consideraba la velocidad de los lanzamientos de Podres, un zurdo joven en aquel entonces tiraba con buena velocidad y si la chocaba un hombre como Berra la bola podría ir en la otra dirección. Amorós ya no vive y nadie le podrá preguntar las razones por que jugó cargado a la raya del left.
En un equipo hay manager y coaches, seguro que Amorós se situó donde le deben haber orientado. Sea como sea el batazo de Berra salió extraviado y allá se lanzó a correr el matancero, extendió su mano derecha y realizó el engarce, un verdadero cubo de agua fría en el Yankee Stadium.
No estoy de acuerdo en que se diga que el fildeo fue posible porque Amorós era zurdo, algo que Mantle afirma. El buen jardinero siempre le habría llegado y situado para el fildeo. Mantle a continuación critica lo que hizo el cubano acto seguido, según él, Amorós tenía que asegurar el engarce y entonces soltar la bola, pues Amorós hizo todo lo contrario le llegó al batazo y soltó de inmediato un flechazo a Pee Wee Reese, quien puso la bola en primera para doblar a Gil McDougald, un dobleplay salvador. Hank Bauer cedió el tercer out con un roletazo al torpedero.
Terminó el inning sin carreras y Johnny Podres los dominó hasta el out 27 para ganar su segundo juego de la 52 Serie Mundial.
Los Yankees a pesar de haber conectado 8 hits no pudieron anotar carreras.
Los Dodgers ganaron el juego 2×0 y su primera Serie Mundial. Gil Hodges anotó las 2 carreras.
¡Esa tremenda jugada la pudimos ver gracias a CMQ y a sus grandes técnicos!
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