Por José “Chamby” Campos
Con el fallecimiento del lanzador mexicano Fernando Valenzuela, el mundo beisbolístico de la ciudad de Los Ángeles en California, no se ha detenido en recordar al joven zurdo que creó pasiones en esa comunidad.
Hombre muy querido por su sencillez se ganó el calor de sus seguidores cuando debutó en el año 1981, en la temporada de 1980 obtuvo dos victorias, pero su corta actuación no lo calificó como novato.
En esa primera campaña completa se llevó el premio Cy Young en adición al “Novato del Año”, todo esto ayudando a que Los Dodgers se coronaran Campeones Mundiales por primera vez desde el año 1965.
La franquicia azul siempre ha sido reconocida como una gran máquina publicitaria para sus integrantes y en este caso han continuado con la campaña de llevar al nativo de Sinaloa al Salón de La Fama. Todavía frescos de haber ganado esta última Serie Mundial en la cual el nombre de Valenzuela fue simbolizado y mencionado en diferentes ocasiones, están tratando de que el comité de veteranos finalmente lo pueda elegir.
Los halagos y reconocimientos al recién desaparecido se han aumentado y es de aplaudir la labor de la organización. Inclusive uno de los puntos que detallan es la etnicidad, (hispano), y su brazo de lanzar, (zurdo). Estas dos cualidades forman parte de un círculo muy exclusivo que le pudiera conseguir el premio final.
No me opongo a las gestiones que están llevando a cabo, solo espero que cuando el grupo elector se reúna para considerar las condiciones también consideren a otro zurdo hispano que no nació en México sino en Cuba. Me refiero al villareño Miguel Cuéllar.
Contrario a Fernando, Miguel nunca ha tenido el apoyo ni ha sido parte de una campaña publicitaria por parte de Los Orioles de Baltimore que fue el conjunto donde tuvo cuatro temporadas con más de veinte victorias.
Los Orioles por muchos años fueron propiedad de Peter Angelos quien era admirador del tirano que destruyó nuestra tierra y nunca se ocupó de apoyar algún ruido publicitario a favor del número 35.
Si cierto es que El Torito mexicano obtuvo el premio Cy Young, Cuéllar fue el primer hispano en haberlo logrado. Si el paisano de Benito Juárez participó en Clásicos Otoñales y Juegos de Estrellas, Mike también lo hizo.
En fin he aquí los “numeritos” de cada uno para que puedan apreciar mi argumento.
Ambos serpentineros lanzaron la misma cantidad de juegos – 453
El cubano ganó 185 y perdió 130 para un porcentaje ganador de .587% mientras que el mexicano logró 173 victorias con 153 derrotas y porcentaje de .531%
En 379 salidas el paisano completó 172 partidos de los cuales 36 fueron blanqueadas lo que le adjudicó un promedio de carreras limpias por juegos de 3.14; al tiempo que el oriundo de Navajoa abrió 424 encuentros, lanzó los nueve episodios en 113 incluyendo 31 lechadas que lo premiaron con un carreraje de 3.54 por juego.
El otrora de Los Havana Sugar Kings permitió menos hits, carreras, carreras limpias, jonrones y otorgó menos bases por bolas que el número 34 de Los Dodgers, quien solamente lo superó en los ponchados.
Por todas las cifras mencionadas anteriormente siempre he abogado por mi compatriota y en esta ocasión que resurge el nombre del azteca ruego porque los miembros del comité de veteranos le hagan honor a uno de los nuestros.
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