DOMENICO POGOLOTTI,  un italiano en La Habana

Written by Demetiro J Perez

8 de octubre de 2024

Por: Álvaro J. Álvarez

Domenico Pogolotti, conocido como Dino, nació el 9 de enero de 1873 en Giaveno, un pueblo de la Región del Paimonte, situado a 30 km al Oeste de Turín, 170 km al Suroeste de Milán y a 145 al norte del Principado de Mónaco.

Su padre Francesco Pogolotti y su madre María Carnino, fue el cuarto de nueve hijos. Sus padres eran propietarios de un horno de panaderos en la actual Via del Forno, en Rua Fasella, lo que proporcionaba cierto bienestar a la familia y pudieron asegurarles una buena instrucción a sus hijos.

Dino, realizó sus estudios en la escuela del seminario de Giaveno revelando un gran entusiasmo y gusto particular por los clásicos griegos y latinos que le quedó como un signo distintivo para toda la vida. Fue educado en el sentido práctico, en lo concreto y en el valor moral del trabajo, pero en él emergió también una curiosidad y una pasión por la cultura. A pesar de que siempre fue muy católico, carecía de una verdadera vocación para ejercer el sacerdocio por lo que, una vez terminados los estudios en el seminario, decidió no tomar los hábitos y embarcarse rumbo a Nueva York, donde llegó en 1895. 

Solo y sin apoyo comenzó a trabajar como camarero, pero fue despedido y pasó un periodo especialmente duro y precario durante el cual trabajó como estibador en los muelles. 

Una noche leyendo los anuncios de trabajo encontró uno que solicitaba los servicios de un maestro de francés, Dino se presentó ante el autor del anuncio, un rico industrial que poseía una fábrica de sombreros y una de pinturas, sin tener referencia alguna, logró hacer un trato con el industrial para que lo contratase a prueba durante dos semanas sin pagarle, de modo que su trabajo hablara por él. El industrial se dejó convencer al instante y le presentó a su hija Grace Joyce como la futura alumna. 

Grace Joyce, más tarde se convirtió en su esposa y del matrimonio nació Marcelo Pogolotti.

A finales de 1898 llegó a La Habana, contratado como secretario de Frank Steinhart, primer cónsul del gobierno interventor norteamericano. En 1903, a partir de la herencia que recibió su esposa, Dino Pogolotti comenzó a comprar vastas propiedades a precios módicos en la zona de Marianao y de ese modo, unir a su empleo ordinario una nueva carrera que se desarrollaba sobre roles y sectores diferentes, se sentía complacido y él mismo amaba definirse como un proyectista. Entre las propiedades adquiridas estaban las fincas Larrazábal, Benítez, Jesús María, San José que más tarde se convertirían en repartos del creciente Marianao.

En 1905, en sociedad con Bartolomé Ferrer dirigió una gran fábrica de ladrillos llamada “El Tejar”, además de ser el tesorero de la Compañía Nacional Constructora, presidía la Sociedad Urbanizadora de Marianao.

El 18 de julio de 1910 se aprobó la Ley Valdés Carrero, que promovía la construcción de viviendas populares y fueron asignadas por sorteo a familias cubanas que no tuvieran más recursos que el trabajo manual. El presupuesto asignado fue $1,300,000.

El 2 de septiembre de 1910 varias empresas presentaron sus proyectos entre ellos el de la Compañía Nacional Constructora, en la que Dino Pogolotti se desempeñaba como tesorero. El 3 de octubre de ese mismo año una comisión gubernamental examinó los proyectos, siendo escogida la propuesta de la Compañía Nacional Constructora. 

Esta empresa ganó la subasta para construir el nuevo reparto en octubre de 1910, el apellido del italiano perduraría como nombre del barrio obrero.

De acuerdo con el decreto, las casas, de mampostería y tejas, de 4.00 m de puntal, tendrían sala, comedor, dos habitaciones dormitorios, baño y servicio sanitario. El total de superficie edificada sería 48.00 m². Los beneficiados pagarían una cuota de $ 6.25 al mes.

El plan de Pogolotti y sus socios consistía en levantar viviendas, adosadas una a otra, hasta el número de 15. Conformarían en conjunto un solo edificio y en total completarían ocho manzanas.

En los terrenos de la finca Jesús María, en el barrio de Los Quemados, colocaron la primera piedra, el 30 de octubre de 1910 a las 10:00 am, con la presencia del presidente José Miguel Gómez, el representante Luis Valdés Carrero y Baldomero Acosta, alcalde de Marianao. 

El 24 de febrero de 1911 se entregaron las primeras 100 viviendas, naciendo así el primer barrio obrero de Cuba, que más tarde se conocería como Barrio Pogolotti, aunque originalmente se iba a llamar Redención.

El 15 de enero de 1911 una comisión presidida por el Secretario de Agricultura efectuó un sorteo de las 100 primeras casas y ya el 16 de febrero el gobierno adquirió 50 recién terminadas, por un valor de $32,500. Nueve días después fueron entregadas las llaves a los ganadores del Concurso. 

En julio habían entregado 250 casas. El 5 de mayo de 1912, el Presidente José M. Gómez inauguró en Pogolotti una escuela pública, ubicada en calle Emilio Zola, entre Cuarta y Quinta. Este proyecto también fue impulsado por Luis Valdés Carrero y tuvo un costo de $37,885.41. 

Ya en noviembre de 1912, residían más de 3,000 familias en el Reparto. La empresa construyó 950 viviendas, o sea, faltaron 50 para cumplir lo pactado y la calidad de los inmuebles no fue la mejor, ni tampoco el aseguramiento de los servicios básicos. 

La escasez de medios de transporte, así como la falta de agua y luz que por mucho tiempo llenó de privaciones a los primeros pobladores del barrio, motivaron que los trabajadores principal-mente los tabaqueros, que entonces constituían el núcleo principal de la clase obrera y a cuya protección tendía centralmente el espíritu de la Ley, no se interesaron mucho por las casas recién fabricadas. 

Este barrio fue un catalizador del desarrollo local, la compañía Ferrocarriles Unidos construyó la Estación Pogolotti, situada donde actualmente se cruzan la Avenida 33 y la Calle 90. 

Dino abrió en las cercanías de la estación gran cantidad de negocios de muchos tipos y el Café Torino, que adquirió una gran fama más allá de los confines de Marianao, con sus salones para fiestas y banquetes y la pista de baile. Junto al Café Torino construyó un teatro, como una concesión a su amor por la cultura.

Después de la construcción del Barrio Pogolotti, Dino se dedicó a la urbanización de otros terrenos de su propiedad en Marianao, entre los años 1914 a 1920, sus planes estaban destinados a la construcción de residencias señoriales y de prestigio, pero la operación fue un fracaso pues la venta de los lotes de terreno no significó ninguna actividad constructiva, sino más bien especulativa por parte de los compradores.

En marzo de 1916, junto con otros inversionistas y promotores constituyeron la Compañía Nacional de Fomento Urbano que se adjudicó el contrato para los trabajos de realización del Acueducto que debía resolver los problemas de los nuevos repartos surgidos. Además del Acueducto, la empresa instaló una Planta Eléctrica en Marianao, esta red de distribución fue la última intervención de tipo infraestructural que realizara en el municipio.

Dino adquirió nuevos intereses, se dedicó al estudio de la química del petróleo y tenía un estrecho vínculo de colaboración y amistad con Mac Comb, un ingeniero norteamericano. Juntos viajaron a los EE. UU en varias ocasiones y comenzaron a construir, en el Reparto Zamora (Coco-Solo), un gran establecimiento para refinar petróleo basado en una innovadora técnica: el Craking. 

La instalación nunca entró en funcionamiento debido al hecho de que para obtener la separación de las diferentes fracciones de crudo eran necesarias temperaturas y presiones altísimas que no estaban al alcance de los horizontes tecnológicos de los inicios del siglo XX.

Diferentes intereses y el eclecticismo empresarial caracterizaron la última fase su vida profesional, viajaba con frecuencia a la provincia de Matanzas para verificar la presencia de yacimientos de cobre. Otros viajes serían a San Juan y Martínez, Pinar del Río, con el objetivo de desarrollar en la costa un proyecto de saneamiento y desarrollo agrícola en gran escala. Con el Dr. Mario Calviño, quien dirigía la estación agronómica experimental en Santiago de las Vegas, condujo personalmente un estudio acerca de la disponibilidad de recursos hídricos y sobre la posibilidad de utilizar los cangrejos como materia prima para producir abono.

Dino estaba trabajando en la idea de construir una gran fábrica de ladrillos, la más grande de América Latina y había hipotecado casi todas sus propiedades e invertido todo su patrimonio cuando una enfermedad le obligó a abandonar los negocios.

Regresó a su tierra natal, ya casi sin fuerzas y falleció el 8 de mayo de 1923.

Vista desde hoy, la fundación de Pogolotti representó una contribución importante al desarrollo urbano de Marianao. No se olvide que se construyó en terrenos yermos e improductivos llamados a permanecer ociosos durante largo tiempo. Significó, al mismo tiempo, un aporte vigoroso al crecimiento de la población. Pese a sus fallas y carencias, entrañó la realización de un ensayo de economía y sociología digno de tomarse en cuenta.

Se dice que el Dr. Carlos J. Finlay realizó muchas de sus investigaciones sobre el mosquito Aedes Aegypti, vector de la fiebre amarilla, allí donde se construyó el Barrio Pogolotti.

El establecimiento del campamento militar de Columbia con un aeropuerto en esta zona dio lugar al incremento de la actividad urbanística originándose densos núcleos de población en torno al mismo. En el período de 1903 a 1915 se construyeron los Repartos: Columbia, Almendares, Santa Catalina de Buenavista, Larrazábal, San José, Jesús María, Los Hornos, Miramar, La Serafina, Clarisa, Oriental Park y Marianao pasó a ser privilegiado, donde los habaneros disfrutaban de sus hermosas playas.

1914 y 1918, obras de urbanización de nuevas áreas y construcción de suntuosas residencias en Marianao. Se edificaron los repartos La Sierra, Céspedes y Ampliación de Miramar, la segunda ampliación del reparto Almendares y la urbanización del reparto Alturas del Río Almendares. Asimismo, el Reparto Country Club. 

A la par de este rediseño, las zonas bases de la población, como Pocito, Coco Solo, Los Quemados y barrios como Buenavista, Pogolotti, La Lisa, La Ceiba, que eran más humildes.

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