Por María C. Rodríguez
Aretusa y Alfeo, mito de amor e historia
Según el mito, la ninfa Aretusa era devota de Artemisa (diosa griega de la caza, la naturaleza salvaje y la castidad) y a ella le había prometido permanecer virgen.
Un día de mucho calor, la ninfa Aretusa, se encontraba en un bosque de Grecia. Cansada y acalorada se despojó de su ropa y se metió a bañarse y nadar en un río que corría entre los árboles.
Fue entonces cuando un joven cazador, de nombre Alfeo, pasaba por allí y cuando vio a la ninfa quedó impactado por su belleza y al instante se enamoró perdidamente de Aretusa; pero ésta, al darse cuenta de que había sido vista por el joven, comenzó a escapar.
Con la intención de “librarse” del joven persecutor Aretusa pidió ayuda a su protectora Artemisa, quien decidió transformar a Aretusa en un manantial que emerge en Grecia, precisamente en la tierra de Ortigia. Pero el joven Alfeo no se dio por vencido, su amor era tan grande que decidió invocar con todas sus fuerzas a Zeus; y el poderoso dios lo auxilia transformándolo en río, el cual emergerá en Grecia, no en Sicilia. Alfeo (convertido en río) sigue buscando a su bella Aretusa, pasa debajo de los mares de Grecia y Sicilia, hasta llegar al Porto Grande de Siracusa. Y al fin, es así como Alfeo se une con Aretusa en las aguas subterráneas que, aún hoy, saliendo del mar, revive el rito de unión con Alfeo.
Aretusa, nombre que deriva del griego aretè (la virtuosa). La historia de amor de Aretusa y Alfeo, más que ser parte inalienable de la mitología griega, enseña una gran verdad histórica: Aretusa representa la colonia Siracusa, fundada lejos de la madre patria Grecia representada por Alfeo. Los griegos, en la segunda mitad del siglo VIII a.C. partían de su patria para fundar Siracusa, por ellos llamada apoikìai (lejos de casa). A pesar de todas las siguientes dominaciones, el espíritu griego permanece en el corazón de los siracusanos.
La isla de Ortigia es el corazón de Siracusa
Con apenas un kilómetro cuadrado, Ortigia, es el núcleo más antiguo de Siracusa, centro que por mucho tiempo fue cuna de la cultura y sede del poder en el Mediterráneo, la “ciudad ideal” de Platón y la primera ciudad griega de Sicilia.
En esta isla, conectada por un puente a tierra firme, sobran testigos de un lejano pasado, abarrotada de arquitectura griega, barroca y clásica, inmersa en un laberinto de callejuelas y escalinatas. Tan estrechas son sus callecitas, que casi se pierde de vista el mar, el cual baña todos los ángulos de este delicioso rincón.
La Fuente Aretusa (Fonte Aretusa), es un manantial natural en la isla de Ortigia en el centro histórico de la ciudad de Siracusa en Sicilia. Según la mitología griega, esta fuente de agua dulce es el lugar donde la ninfa Aretusa, patrona de la antigua Siracusa, regresó a la superficie terrestre tras escapar de su hogar submarino en Arcadia.
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