Por José “Chamby” Campos
Cuando hablamos de béisbol siempre sale a relucir el tópico de las comparaciones, sobre todo cuando se trata de evaluar diferentes peloteros que jugaron en distintas épocas.
Vemos que a través de los años han existido eras que han definido el deporte y cada una de ella ha aportado circunstancias positivas y negativas; por lo tanto, a la hora de compararlas es imposible llegar a un acuerdo.
La Pelota Muerta-Período de 1901 a 1920
Allí mientras se fomentó un enfoque estratégico, se destacó las habilidades defensivas de los jugadores de campos y la calidad de pitcheo, también se limitó la emoción ofensiva.
Predominaron los lanzadores y escasearon los batazos largos convirtiendo el pasatiempo en una actividad un poco aburrida. Los bateadores primordialmente trataban de embazarse sin preocuparse como lo hacían. El toque de bola y el robo de base fueron parte integral del deporte. Además, hay que destacar que la pelota que se usaba era de una calidad inferior lo que hacía que fuera muy difícil avanzara largas distancias.
La Pelota Viva-Período de 1921 a 1942
Contraria a la pelota muerta, esta época se destaca por la llegada de una esférica más avanzada y de mejor calidad. Como resultado la ventaja pasa del lanzador al bateador.
El aumento de ofensiva trajo consigo un incremento en el número de jonrones y carreras anotadas; lo que logró que los juegos fueran más emocionantes y atractivos para los aficionados, quienes disfrutaban de la acción constante y las altas puntuaciones.
El surgimiento de la radio y sus transmisiones popularizan el deporte dando a conocer los nombres y las hazañas de los peloteros y causando que empiecen a nacer estrellas como Babe Ruth.
Era de La Integración-Período de 1943 a 1961
En medio de la Segunda Guerra Mundial, las Grandes Ligas y los dueños de equipos hicieron la decisión de permitir que los jugadores de color pudieran participar.
Esta medida en adición a crear una igualdad social introdujo el atletismo de esos deportistas poniendo en énfasis la velocidad en el partido. Los mejores peloteros de las Ligas Negras, las cuales eran inferiores al Gran Circuito, finalmente pudieron competir al mejor nivel.
Jackie Robinson, Larry Doby y Roy Campanella fueron de las figuras que se beneficiaron inmediatamente y es ahí donde por primera vez el pelotero de color no nacido en EE.UU. participa en La Mejor Pelota del Mundo. En 1949 nuestro inmortal Orestes Miñoso hizo su debut y demostró su gran talento.
Si bien se beneficiaron las Grandes Ligas, estos años presenciaron el decline y eventualmente la desaparición de Las Ligas Negras.
Era de La Expansión-Período de 1962 a 1977
Con una nueva cantera de peloteros que no existía antes de la integración, el gran talento y desarrollo del pelotero profesional cubano, la promesa que los otros países caribeños y latinoamericanos también demostraban fueron el motor impulsador de esta época donde el comisionado y los dueños existentes en ese momento decidieron expandir la liga.
La aviación y las vías de comunicación a través del país, (trenes, súper carreteras y mejores autobuses) lograron llevar más franquicias al oeste estadounidense. El estado de Texas se incorpora con el nacimiento de un equipo en la ciudad de Houston al igual que el sur de California acogió un club en la ciudad de San Diego. Inclusive la pelota por primera vez se expande fuera del territorio norteamericano, otorgándole un team a la ciudad canadiense de Montreal.
Sin duda alguna ninguna época logró hacer crecer el deporte como esta.
Era de La Agencia Libre-Período de 1978 a 1994
Después que el jardinero de los Cardenales de San Luis, Curt Flood, ganara su demanda y pudiera establecerse la agencia libre, el deporte recibió uno de los cambios más radicales en su historia.
La ley permitió que los jugadores pudieran negociar contratos más detallados y justos con cualquier equipo una vez que cumplían con ciertos requisitos de servicio incluyendo cláusulas de no intercambio. Esto les brindó la libertad de buscar mejores salarios y condiciones laborales, resultando en un aumento significativo en los ingresos de los jugadores.
La posibilidad de que los jugadores cambiaran de equipo ayudó a una mejor competitividad en la liga, ya que al no poder retener a los jugadores indefinidamente las franquicias se vieron obligadas a ser más estratégicas en la gestión de su talento.
Al mismo tiempo la lealtad del pelotero a su público cesó de existir y el tan mencionado “jugar por el nombre en la camiseta” fue reemplazado por “jugar por el que mejor pague”. Si bien el atleta estaba en todo su derecho, el aficionado pagó el resultado lo que sigue en efecto hasta este momento.
Era de Los Esteroides- Período de 1995 al 2004
Después de grandes fiascos por parte de las oficinas del comisionado de la liga, comenzando con Fay Vincent y terminando con Bud Selig, el béisbol sufrió el golpe más duro de su existencia. Un paro laboral que el Selig no previó fue la causa de que la temporada 1994 concluyera en agosto y tuviera que cancelarse la Serie Mundial.
Ningún evento deportivo ha hecho más daño a sus seguidores como el anteriormente mencionado.
El comisionado presenciando que el deporte se venía abajo hizo todo lo posible para que los estadios empezaran a llenarse y desafortunadamente jugó un papel importante en la introducción de los esteroides al virar la cara a todo lo que ocurría. La trampa fue permitida.
El uso de esteroides llevó a un aumento notable el rendimiento de los jugadores ofensivos, rompiéndose las marcas de jonrones y carrerajes en los partidos. Esto hizo que el béisbol fuera más atractivo a los fanáticos tanto en los estadios como a través de las transmisiones de televisión.
Las batallas de jonrones entre Sammy Sosa y Mark McGwire, los números espaciales de Barry Bond y otros continúan siendo opacados por las consecuencias del esteroide.
A pesar de haber nombrado un sustituto para tratar de retirase como un hombre íntegro, el legado de Bud Selig siempre será “La Era del Esteroide”.
Era Contemporánea-Período del 2005 a la actualidad
Desde 2005 comenzó un “nuevo juego” llamado sabermetría. Una forma de analizar y evaluar el rendimiento de los jugadores y llevar una estrategia donde el pelotero es básicamente una pieza que se mueve como si fuera un robot.
La tecnología ha reemplazado el sabor del juego y el envolvimiento de la gran mayoría de los atletas, los cuales son forzados a producir de una nueva manera.
Hemos sido testigo de cómo la labor del lanzador ha cambiado; como una carrera impulsada no tiene la importancia que tiene la labor del pelotero que ayudó a que esa carrera estuviera en posición de anotar.
Desafortunadamente estamos en presencia de mejores atletas, pero peores peloteros.
Lo único que ha sido consistente en todas las eras es que las franquicias más ricas siempre han llevado la delantera en el momento de poner los mejores nueve peloteros en el terreno.
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