alPor: Álvaro J. Álvarez
Pinelli nació el 15 de diciembre de 1907 en la calle Obispo, esquina a San Ignacio, frente al Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Su nombre era Gregorio José Germán Piniella Vázquez, pero su mamá lo cambió para Germán Pinelli, para hacerlo más comercial.
Su padre, de origen asturiano fue un buen comerciante y su madrileña madre, una señora de una gran cultura. Tenía cuatro hermanos entre ellos Valentín y María Soledad (Sol).
Germán desde pequeño, se inclinó por el canto con el férreo apoyo materno y a los seis años y medio debutó en un homenaje celebrado en el Teatro Nacional, donde cantó varias canciones asturianas.
Con 13 años, gracias a su voz de tenor clara y firme, llamó la atención del tenor italiano Enrico Caruso, cuando en mayo de 1920 lo llevaron al Hotel Sevilla para que Caruso lo escuchara cantar la Cavallería Rusticana y Carmen.
Siempre habló del profundo amor que sentía por la literatura, Cervantes fue su caballo de batalla y la Biblia la leía con muchísima frecuencia.
Germán realizó estudios en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde perfeccionó sus dotes en la declamación.
Su primera incursión en los medios se produjo el 28 de octubre de 1922, con 14 años y sólidos estudios en el Colegio de Belén. Ese día se paró frente a los micrófonos de la PWX (la primera emisora, creada el 10 de octubre de 1922 por la Cuban Telephone Company), instalada en la calle Águila #161. Germancito dejó sorprendidos a los oyentes por su talento y carisma. La transmisión, se produjo 18 días después del nacimiento de la radiodifusión en nuestro país, se realizó desde el capitalino Teatro Campoamor y fue, en propiedad, el primer control remoto musical de la planta.
Tras fracasar en su intento de estudiar canto lírico en Italia por no recibir una prometida beca, abandonó en 1925 sus intenciones de estudiar en la Escuela de Derecho de la Universidad de La Habana y se fue a recorrer la Isla con su hermana María de la Soledad, más conocida como Sol Pinelli, quien actuaba, cantaba, bailaba y declamaba en la Compañía de Comedias de Manolo Fernández, donde a Germán lo bautizaron como El Barítono de la Voz de Terciopelo.
Siempre él comentaba que Sol fue su mentora, por llevarlo por todos esos caminos.
El abandonar sus estudios en las aulas no le afectó realmente, porque de manera autodidacta aprendió inglés, francés e italiano, estudió piano y guitarra y fue músico de la Orquesta Palau.
Luego perfeccionó sus aptitudes naturales para el canto con Tina Farelli y Arturo Bovy, dos profesores de mérito que lo ayudaron a transformarse en hombre culto y versátil.
Decidido a hacerse de un buen nombre, improvisaba en el piano tangos en bares y reuniones de amigos y hasta llegó a presentarse en cabarés de prestigio como el Casino Nacional y el Sans Souci. donde logró entrevistar al actor Gary Cooper.
Luego ingresó en la compañía de zarzuelas del Teatro Payret, donde interpretó obras como El Gato Montés.
Una afectación pulmonar le restó voz lo hizo abandonar su carrera para entonces dedicarse a lo que lo lanzó a la fama y al dinero.
Luego de pasar por varias emisoras, con sueldos miserables de hasta $5 al mes, entró en 1933 en la CMQ en calidad de escritor de notas para el Noticiero Nacional y dos años después ya era el redactor principal y jefe de los cuatros espacios dedicados a las informaciones de la poderosa planta.
En diciembre de 1937 se estrenó la popular Corte Suprema del Arte, en la CMQ de Ángel Cambó y Miguel Gabriel, un espectáculo de aficionados conducido por José Antonio Alonso, donde surgieron figuras importantes como: Rosita Fornés, Olga Guillot, Celia Cruz, Elena Burke y Tito Gómez, entre otros.
Las Estrellas Nacientes de CMQ, nombre de los ganadores trimestrales, se presentaban en conciertos que abarrotan los teatros de la capital y participan en varias giras por las provincias, organizadas y dirigidas por Pinelli, encargado hasta ese momento de los comerciales. En aquellos tiempos asumió algunos personajes humorísticos como un gallego que se luce de lo lindo en la zarzuela Cecilia Valdés estrenada en 1939 en el Teatro Nacional.
En 1938 sus dotes provocaron una demanda que cotizaban bien la Cerveza Polar, la RCA Víctor, la Cerveza Cristal y la Fábrica de Cigarros Competidora Gaditana. En aquel mundo comercial brilló Pinelli, un verdadero artífice en un género tan complejo como la entrevista.
Tras estos primeros éxitos enfrentó las críticas de Goar Mestre (1912-1993), que desde el 1° de agosto de 1943 era el nuevo dueño de la CMQ.
Mestre le aseguró que no servía para el micrófono por no tener buena voz y por eso lo dejó en la redacción noticiosa y con el mismo salario. Pinelli le respondió que él sí servía, aquellos tiempos buscaban timbres pastosos, pero no su voz de pito globero.
Un buen día iba a efectuarse un evento en CMQ y la suerte quiso que el locutor no apareciera por ninguna parte, llamaron a Pinelli y dijo que no, pero insistieron y al final fue y arregló el lío improvisando. Mestre le puso la mano en el hombro y a partir de ese día comenzó su desarrollo en CMQ Radio donde su labor se hizo intensa. Los proyectos le sobraron y él hizo del optimismo y la gracia natural un instrumento de contacto humano.
Pinelli, periodista, locutor multifacético y actor, llegaría a ser uno de los más sobresalientes artistas de la TV y la Radio cubana en el siglo XX. Ceremonioso, rimbombante a ratos, y un bromista capaz de dejarnos atónitos con chistes mordaces fue, más allá de cualquier análisis, un decano en su profesión.
Muchos aún recuerdan aquel programa de Canada Dry a las puertas de La Habana, un espacio que se grababa en el aeropuerto, donde Pinelli entrevistaba a las personalidades al bajarse de los aviones. Otros como el Ron Pinilla y Habla Pinelli, el comentario diario de actualidad que duraba 7 minutos.
A partir de 1944 era el presentador del programa de Eduardo Chibás, que salía al aire todos los domingos por las ondas de la CMQ, hasta el suicidio del líder del Partido Ortodoxo ocurrido en agosto de 1951. Ese día se fue al hospital donde habían llevado a Chibás, no permitían entrar, pero logró hacerlo por detrás y cuando estaba en el elevador, se abrió la puerta y entraron a Chibás en la camilla y le dijo entonces: “dile a la gente que si muero no olviden mis palabras”.
Al salir se encontró con Mestre y al contarle aquello, le dijo: vete en mi auto para la emisora y dilo al aire.
En 1946 llegó a La Habana el Primer Ministro de Inglaterra Winston Churchill. Pinelli tenía una grabadora Bosch, pudo llegar milagrosamente hasta la escalerilla del avión y con un inglés dudoso le pidió unas palabras para el pueblo. Fue la única vez que salió la voz de Churchill por la radio en Cuba.
Incapaz de escapar de la polémica, llegó a tener todos los domingos hasta cinco programas de una hora pertenecientes a partidos políticos diferentes que le pagaban $50 por su hora. El vendía su tiempo. Tenía un contrato de $1,200 pesos mensuales para hacer las cosas que no eran patrocinadas. Lo otro era aparte, su salario en CMQ llegó hasta $3,500 mensuales.
Se recuerda la narración que hizo, en vivo, el lunes 15 de septiembre de 1947 de la masacre de la calle 8 esquina a D del Reparto Benítez, conocido como Orfila, en la que se involucraron gánsteres y trotskistas como Emilio Tro (1917-1947) quien el 1° de marzo de 1940 hirió con 10 balazos a Orestes Ferrara. Fuerzas policiales o afines como Mario Salavarría, Orlando León Lemus “El Colorado”, José Fallet (El Turquito) y Cucú Hernández se enfrentaron durante más de 3 horas a la casa donde vivía Antonio Morin Dopico que había invitado a almorzar a Emilio Tro el jefe de la UIR y a Fidel Castro.
Pinelli, debajo de un carro estuvo todo el tiempo narrando aquella historia sangrienta donde murieron 6 personas y hubo varios heridos.
Fue el locutor que describió la inauguración del edificio Radiocentro en 1948.
El 17 de enero de 1950 le otorgaron un certificado de aptitud por la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling que lo acreditaba como periodista.
En 1950 cuando comenzó CMQ-TV Canal 6 también este medio lo cuenta entre los instauradores. Aunque su físico no le acompañaba, Pinelli se ganó la pantalla en el propio acto inaugural porque ante el extravío del libreto, fue llamado para improvisar y rellenar y concluyó animando todo el espectáculo. El primer programa que se hizo en la televisión de preguntas y respuestas lo animó Germán. Su nombre: Cristal, risas y dinero, patrocinado por la cerveza Cristal. Años después, sonría al contar que pasó las de Caín, él no bebía alcohol, solamente leche de chocolate y refrescos.
CMQ-TV le ofreció la posibilidad de desempeñarse en otros géneros y papeles. Como animador, en El Show del Mediodía que duró de 1950 a 1962 y junto a José Antonio Cepero Brito, Aquí todos hacen de todo. Fue narrador de Los Muñequitos, Abecedario Zenith y Norge y Cine del ayer. Protagonizó múltiples espacios habituales de la televisión y el mundo del espectáculo. Entre sus actuaciones inolvidables, el personaje de Éufrates del Valle de San Nicolás del Peladero.
Y alentaba a “Pepito” para que subiera el palo ensebado y se ganara el premio que daba el detergente Ace. El 14 de noviembre de 1954, la Sociedad Española de Radiodifusión le entregó a Pinelli, en el hotel Ritz de Madrid, una estatuilla dorada representada por la silueta de una mujer.
Aquel grandioso y lluvioso I Congreso Católico Nacional y la llegada de la Virgen del Cobre a la Plaza Cívica en noviembre de 1959 fue Pinelli el encargado de describir todo el religioso acto.
Según me contaron, fue suspendido en 1962 en CMQ-TV y enviado a trabajar en cabina, hasta que le levantaron el castigo para trabajar en el programa Mi Noche Favorita.
En 1967 fue a España a recoger el Premio Ondas al mejor locutor de radio internacional, en la foto aparece al lado de Roger Moore y Kirk Douglas.
Contó que tuvo 12 contratos en el extranjero (Costa Rica, Nueva York, Puerto Rico, Venezuela y México), algunos estaban en blanco para que él pusiera la cantidad en dólares. Nunca lo dejaron salir. Él explicó que nunca habló con Ernesto Guevara que lo que se comenta fue una mentira de un periodista.
Germán Pinelli se casó 3 veces, tuvo cuatro hijos: el mayor Germán Piniella Sardiñas (1936-2021), Tony Pinelli, Isabel y Alina. Alina con 9 años se fue de Cuba con su madre, Germán Pinelli logró viajar a Canadá para verla cuando ella ya tenía 18 años.
Germán tuvo 8 nietos, entre ellos Mónica Piniella, Germán y Ari Pinelli (fundadores del grupo Los 3 de La Habana).
Le gustaba sacar a sus nietos a pasear por El Malecón en su convertible rojo. Primeramente, vivió en O y 25 pero para que no lo molestaran tanto en CMQ se mudó en 1956 para el Reparto Atabey, cerca de la Ave. 23 y la calle 220, a 14 km de la CMQ. En su patio había muchas orquídeas. Germán Pinelli, falleció el 20 de noviembre de 1995 a los 88 años.
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