Por María C. Rodríguez
APAGONES HISTÓRICOS, EN NEW YORK
El 9 de noviembre de 1965 un gran apagón eléctrico dejó a ocho estados de la Costa Este norteamericana paralizados durante trece horas, con más de 35 millones de personas a oscuras. Por primera vez en su historia, Estados Unidos experimentaba un gigantesco apagón eléctrico que afectaría también a dos estados de Canadá.
Al desconcierto inicial a causa de un fenómeno sin precedentes y de tal envergadura, se le sumaron varios problemas de redes subterráneas, tráfico aéreo, bloqueos en los medios de comunicación y congestiones de tránsito. La avería eléctrica se produjo alrededor de las cinco y media de la tarde y duraría hasta las seis de la mañana aproximadamente, afectando a la hora precisa de más movimiento en la ciudad, entre salidas de oficinas y traslados en metros y autobuses. Miles de personas quedaron aprisionadas durante horas en ascensores y trenes, que se detuvieron en el mismo lugar donde les cogió el corte. Los pasajeros de los trenes tuvieron que ser desalojados al no poder resolverse el conflicto eléctrico.
El error se explicó como un colapso en la red, de 375,000 voltios, que interconectaba Canadá con la costa noroeste de los Estados Unidos, originado por una sobrecarga. Dos días más tarde, el 11 de noviembre, se registró un segundo fallo en el suministro de energía en Attica, Nueva York, y otras ocho comunidades más, aunque se descartó inmediatamente su vinculación con el apagón del
día 9.
El 13 de julio de 1977, una nueva pérdida de energía afectó al área metropolitana de la ciudad de Nueva York, esta vez durante veinticinco horas. Aprovechando que miles de policías y bomberos trabajaban para luchar contra el desorden provocado por el apagón, se cometieron actos de saqueo y de pillaje convirtiendo la ciudad en un caos.
Unos años más tarde, el 11 de agosto de 1996, se produjo otro apagón que afectó a nueve estados de la Costa Oeste y algunas zonas de México. Alrededor de cuatro millones de habitantes quedaron a oscuras durante diez horas.
La historia se repetía el 14 de agosto de 2003, cuando un apagón afectó a las capitales del noroeste de los Estados Unidos y el este de Canadá. Desde las cuatro y diez de la tarde, hora local, un importante corte eléctrico dejó sin luz alrededor de cincuenta millones de personas. El suministro eléctrico no se restableció completamente hasta el lunes día 18. La situación fue especialmente caótica para la ciudad de Nueva York, que provocó -además de promover escenas que recordaban el 11-S- que cientos de miles de personas tuvieran que salir a la calle y desplazarse andando, lo que causó el colapso circulatorio en las principales vías de la ciudad.
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