FIU ya tiene su 305

Written by Libre Online

13 de agosto de 2024

Por José “Chamby” Campos

En 1965 el gobernador de la Florida firmó el proyecto de ley que instruía a la Junta de Educación y a La Junta de Regentes del estado que comenzaran la planificación y desarrollo de una universidad pública de cuatro años en la ciudad de Miami.

En esa época existían los siguientes planteles de alta enseñanza; la Universidad de Miami (UM), la Universidad de Barry y la Universidad de Saint Thomas que se llamaba en ese momento Biscayne College. Las dos últimas eran y siguen siendo instituciones católicas. En otras palabras, no había universidades estatales.

Para ese entonces la única opción pública eran los dos campos de Miami Dade Junior College, hoy día nombrados Miami Dade College. La única dificultad de estos colleges era la limitación de que solamente cubrían los dos primeros años de estudios superiores, lo cual impedía al estudiante que pudiera graduarse como bachiller universitario; para lograrlo tenía que transferirse a cualquiera de las anteriormente mencionadas o por cuestiones económicas mudarse a otras ciudades donde estuvieran localizadas universidades estatales, las cuales ofrecían el currículum y son menos costosas.

Finalmente, en 1972 abrió sus puertas el primer campo estudiantil en la ciudad más grande de la Florida. Debido a su historial de recibir inmigrantes, griegos, judíos, italianos y en ese momento cubanos; el nombre que recibió fue “Universidad Internacional de la Florida” y sus siglas “FIU”.

Desde el momento de su apertura, la institución localizada en la comunidad de Westchester ha jugado un papel secundario a la universidad de Miami. El tiempo desde que se estableciera en Coral Gables (1925), en adición a los éxitos deportivos. UM, ha sido un modelo a seguir a través de la nación.

En su afán de mejorar sus programas atléticos han sufrido un sin número de fracasos a la hora de emplear a la persona correcta. Usualmente los individuos escogidos han venido de lugares ajenos al sur de la Florida.

Sin embargo, las pocas veces que la administración ha acertado a la hora de emplear es cuando el candidato ha tenido una relación con la escuela o con el área. Hay una frase popular que dice “Es una persona 305”, refiriéndose al código telefónico de nuestra área. Tenemos que recordar que existe otro código, el 786, pero el otro fue el original.

A continuación, las cinco personas “305” que han revolucionado el destino del deporte al cual les fueron entregadas las riendas.

En 1980 FIU contrató al germano-estadounidense Karl Kremser después que este se había retirado como pateador profesional de football americano con Los Miami Dolphins.

El nativo de Salzwedel regresó a sus raíces del alombare como director técnico en varios high schools siendo su mejor labor cuando la secundaria Killian se coronó campeón estatal. 

Durante sus 27 años en FIU, Kremser obtuvo dos campeonatos nacionales y en otras tres ocasiones sus equipos disputaron el juego final. Debido al gran trabajo que realizó al principio de su mandato, consiguió que FIU subiera de categoría y se colocara como miembro de la primera división donde actualmente se encuentra.

Kremser fue galardonado “El Coach del Año” en varias ocasiones y concluyó su carrera en FIU con una marca de 337 victorias, 210 derrotas y 41 empates. 

El mismo año 1980 cuando el mánager fundador del programa de béisbol, Tom Wonderling, decidió buscar fortuna en otro programa, la universidad se vio en la necesidad de buscar un sustituto rápidamente. 

En una decisión que trajo buenos frutos escogieron a un muchacho que había jugado en el primer equipo de su historia.

Danny Price vino como pelotero desde su nativa North Carolina y creó muy buenas amistades con miembros del club como Alberto Lorenzo y Tony Arguiz, al punto que se quedó a residir en esta comunidad.

Su labor en 27 años de servicio lo recompensó con 1033 triunfos, lo cual lo hace miembro del exclusivo club de 1000 victorias. Sus escuadras calificaron nueve veces para la postemporada. Varios de sus jugadores llegaron a Las Grandes Ligas siendo Mike Lowell el más renombrado de todos. En tres ocasiones fue seleccionado el “Mánager del Año”.

A pesar de haberse ido de la universidad hace 17 temporadas Price continúa siendo una de las figuras más populares que han representado el plantel.

La tercera vez que la administración decidió darle la posición a un director local, esta resultó ser histórica.

En 1995 la universidad empleó el primer director de deportes cubanoamericano en su historia. Marcos “Shakey” Rodríguez recibió el honor de también ser el primer coach de baloncesto procedente de Cuba a nivel universitario en EE.UU.

Shakey era un joven que había salido de Cuba por mediación del movimiento “Pedro Pan” y a través de su carrera como director en High School se había convertido en una leyenda. Sus teams habían estado entre los primeros diez de la nación durante 12 años y en cinco ocasiones se coronaron campeones estatales.

Su presencia en el gimnasio de FIU se notó inmediatamente cuando el equipo que se encontraba entre los seis peores del país comenzó a competir arduamente y las victorias empezaron a llegar más frecuentemente. También los estudiantes comenzaron a ocupar los asientos de la antiguamente desolada arena.

Sus cinco años al mando de “Las Panteras” han sido los más fructíferos de la escuela. Su récord de 79 victorias y 66 derrotas es extraordinario cuando tomamos en cuenta donde se encontraba el programa en el momento que él comenzó. 

La temporada de 1997-1998 produjo 21 triunfos y 8 reveses al mismo tiempo que fue testigo del comienzo de las carreras de Carlos Arroyo y Raja Bell. Estos dos jugadores fueron los primeros y únicos atletas del tabloncillo en brillar en la NBA.

Cuando el equipo de football americano llegó al momento más bajo de su existencia y no se veía prosperidad en el horizonte, la universidad despidió al popular Don Strock. El otrora quarterback de los Miami Dolphins había inaugurado el programa, pero nunca logró levantarlo. En la ocasión del desenlace el equipo llevaba una racha de 12 derrotas consecutivas.

La administración de la universidad después de que varios candidatos no tomaran la posición, le dieron la oportunidad al joven cubanoamericano Mario Cristóbal quien hoy día dirige a Los Huracanes de Miami y tiene un gran resumé dentro del deporte.

La tarea del joven coach fue titánica no solo en el ámbito de reclutar jugadores que pudieran subir la calidad de juego, pero también en términos de convencer al estudiantado de que vinieran al estadio y presenciaran los partidos.

Ambas tareas fueron alcanzadas cuando el gran recibidor Ty Hilton, quien en el profesionalismo se convirtió en uno de los mejores en su posición, ayudó a que FIU participara en un juego de postemporada por primera vez. También los estudiantes se involucraron en el programa llenando los 10,000 asientos del estadio en más de una ocasión.

Por último, la universidad recibió la semana pasada posiblemente la mayor contribución de su historia y al igual que las cuatro anteriores proviene de una persona local.

Si es cierto que no es la mayor cantidad de dinero, lo que si no tiene discusión es el nivel de relaciones públicas que devengará y esto pudiera monetizarse a gran escala. 

Armando Hernández más conocido mundialmente como “Pitbull” ha firmado un acuerdo donde el estadio de football llevará su nombre, “Pitbull Stadium”, por los próximos cinco años y una opción para otros cinco adicionales.

El cantante cubanoamericano es reconocido como “Mr. 305” por su manera de representar nuestra área. Vivió una parte de su vida en Westchester, hizo estudios en el colegio Coral Park. FIU no podía haber escogido mejor candidato en términos de acercamiento al campo de la calle 8.

Como promotor Pitbull atraerá las grandes cadenas televisivas y de la prensa escrita al estadio de football y por ende una promoción a los equipos atléticos. Su presencia será carta de presentación a diferentes ramas dispuestas a donar fondos. Al mismo tiempo podemos esperar eventos donde se presentará a llenos completos.

Una vez se comprueba que las mejores adiciones atléticas de la universidad provienen de personas locales y ahora pueden exclamar que “FIU es dueña del 305”.

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