En esta ocasión he querido convertir el artículo semanal en una serie de notas interesantes sobre nuestra querida ciudad, distante en la geografía, pero presente siempre en nuestros corazones y en nuestros pensamientos. Las notas no obedecen a un determinado orden. Las hemos escrito tal como se han asomado a nuestra mente.
• Matanzas fue fundada en el mes de octubre del año 1693, entre la desembocadura de los ríos Yumurí, San Juan y Canímar, nombrada San Carlos y San Severino de Matanzas. Por un decreto conocido como cédula real suscrito por la metrópoli española la ciudad se inició con la inmigración de 30 familias procedentes de Islas Canarias.
• A la ciudad de Matanzas se le conoce también como la Venecia de Cuba, principalmente por los cuatro ríos que atraviesan la localidad, Yumurí, Bacunayagua, San Juan y Canímar. Debido al interés de unir los diferentes barrios de la ciudad se han construido 22 puentes. El primero fue construido en el año 1722 en la desembocadura del río San Juan, aunque lamentablemente destruido varios años después por un huracán. Hoy día, además de este puente reedificado, existen como los principales el puente de Bacunayagua, el Puente Giratorio y el Puente Canímar. Apropiadamente a Matanzas también se le asigna el nombre de la Ciudad de los Puentes.
• Los dos iconoclastas que por más de medio siglo desgobiernan a Cuba se refocilan en el placer de cambiar nombres. En Cuba antes de la nefasta revolución, teníamos 6 provincias. Hoy tenemos 15 provincias y el Municipio Especial de la Isla de la Juventud. En Matanzas el Palacio de Junco es hoy el Museo Provincial de Matanzas y el antiguo edificio de la Aduana hoy es el Palacio de Justicia.
• La famosa farmacia Triolet, obra matancera en tiempos de libertad, conocida por el pueblo matancero como la “farmacia francesa” es hoy un sitio de atracción al que hay que pagar para entrar. La farmacia fue inaugurada en el año 1882 a iniciativa del conocido médico francés Ernest Triolet y el cubano Juan Fermín Figueroa. En el año 1964 los comunistas la convirtieron en el Museo Farmacéutico, extraordinaria atracción turística cuyos orígenes son ignorados por los visitantes.
• Una vieja tradición relata que en el año 1861 un esclavo chino llamado Justo Wong se hallaba en sus labores agrícolas en la finca conocida como “La Alcancía”, propiedad del terrateniente Santos Parga, cuando al hundir su pico en una tierra arenosa encontró una hondonada que poco después fue descubierta como una extensa serie de cuevas. El nombre mundialmente conocido que se seleccionó fue el de Cuevas de Bellamar. Las cuevas albergan aproximadamente 26 kilómetros de galerías, se estima que su formación se produjo hace más de 300 mil años, aunque originalmente había, y podría ser que todavía haya porciones cubiertas por el mar.
• Los que hoy día visitan las Cuevas, atracción turística de interés mundial, pueden verlas en una limitada extensión, pues hay todavía decenas de corredores que no han sido totalmente preparados para el deleite público. Las maravillosas combinaciones de estalactitas, coloridas columnas que descienden del húmedo techo de las grutas y las estalagmitas que se forman en el suelo cavernoso son bellísimos logros del poder creativo de Dios.
• El Castillo de San Severino fue edificado para la protección de la ciudad de Matanzas. El sitio estratégico para fabricar esta fortaleza fue seleccionado en el año 1693 y cinco años después sus instalaciones estaban parcialmente listas para su funcionamiento. Se terminó la obra en 1735 y se le asignó una guarnición de un capitán y 80 subalternos. En 1762 el castillo fue destruido por la orden dada por el capitán Felipe García de Solís, quien tomó la drástica medida para evitar que la fortaleza cayera en manos de los ingleses que ocupaban militarmente la ciudad de La Habana. Después que la capital regresó a la Corona Española el castillo fue reconstruido.
San Severino no es la única fortaleza que protege a Matanzas. Además de ésta, se construyeron otras fortificaciones, el Morrillo, La Vigía y la batería de Peñas Altas. El Morillo recibió atención nacional a principios del siglo XX ya que allí fue donde en una confrontación bélica murió Antonio Guiteras Holmes.
• Es interesante que el primer pelotero cubano que haya jugado en las Grandes Ligas de béisbol en Estados Unidos naciera el 3 de octubre de 1887 en la ciudad de Matanzas. Se trata de Armando Marsans, quien murió en La Habana en 1960.
Marsans entró como jardinero en las Ligas Mayores con el equipo de Cincinnati en el año 1911, colocado por el mánager Clark Griffith en un juego contra los Piratas de Pittsburgh, terminando su carrera con los Yanquis de Nueva York en 1919.
Otro grande del béisbol fue Dagoberto Campaneris, quien naciera en la barriada de Pueblo Nuevo, en la ciudad de Matanzas. Jugó en las Grandes Ligas con los equipos de Atléticos de Kansas City y Oakland. Aparece en la lista de los records de todos los tiempos en las Grandes Ligas en el décimo cuarto lugar de los robadores de bases, con 649 almohadillas estafadas, y tuvo el honor de ser seleccionado para participar en 6 Juegos de Estrellas.
Considerado como uno de los grandes peloteros de todos los tiempos tenemos a Martín Dihigo, nacido en Matanzas el 25 de mayo del 1906, y quien fuera cercano amigo de mi padre. Tuve el placer de conocerlo personalmente en el antiguo Estadio del Cerro en La Habana. Aunque era un muchacho de poca edad nunca he olvidado ese encuentro. El nombre de Martín Dihigo se luce en tres Salones de la Fama y aunque fue un famoso y temible lanzador se le recuerda por ser un experto jugando las nueves bases de un equipo de béisbol.
• Breves cosas que son parte de la leyenda matancera: entre los años 1774-1775 (según las forjas 229-258) un señor llamado Nicolás Naranjo permutó un solar por un caballo viejo. El solar estaba muy cerca de la actual Plaza de Armas.
El primer cementerio construido fuera de las iglesias de acuerdo con la costumbre de lejanos días fue inaugurado en una zona rural de la ciudad de Matanzas en el año 1811. Y actualmente se mantiene como Campo Sagrado histórico. Un trágico suceso que casi extermina la población matancera fue la epidemia del cólera morbo que cobró centenares de miles de vidas en el año 1833.
El estadio conocido como Palmar de Junco fue, no tan solo el primero dedicado en Cuba, precisamente en la barriada de Pueblo Nuevo en Matanzas, sino que hoy día es el más antiguo del mundo que permanece con sus instalaciones abiertas. Fue fundado en el año 1874.
Bien, hemos completado el espacio de que disponíamos. Pudiéramos seguir hablando de las curiosidades matanceras. Por ejemplo, del famoso teatro Sauto, la modesta catedral de San Carlos Barromeo, sobre los varios e interesantes puentes de los que dispone la ciudad y sobre muchos adicionales legendarios sitios; pero la tarea nos queda como reto.
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