Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE
Cuando Benny Moré o Celia Cruz daban sus primeros pasos y las melodías en el archipiélago cubano aún no sospechaban de la revolución que estaba en camino, un pianista que confesaba no saber leer música marcó época en el jazz de la Isla.
Felipe Dulzaides Badía nació el 13 de marzo de 1917, su madre Josefina Badía Baeza (Cárdenas-1895-La Habana 1962) la hija de un catalán, maestro y dueño del colegio Froeber, Rosendo Badía Pagés y de una valenciana. Josefina fue pianista desde niña y en 1932 formó una orquesta con otras cuatro mujeres.
Siendo muy joven se casó con Dulzaides y sus dos primeros hijos murieron muy pequeños y entonces en 1917 nació Felipe. Josefina luego de separase de su esposo se fue a vivir con sus padres en La Habana y cuando Felipe tenía 2 años su padre lo secuestró.
Josefina se casó con el obstetra, Dr. Sergio García-Marruz (1886-1947), tuvo a Sergio (1919-1982), Bella Esther en 1921 y a Josefina Consuelo “Fina” (1923-2022).
Viviendo Josefina Badía en Neptuno #308 entre Águila y Galiano, se dedicó a montar los repertorios de cantantes, en su casa se oía lo mismo una zarzuela española que una ópera o lo mejor del cancionero cubano y latinoamericano de la época.
En 1932, la economía de la familia se resintió, cuando el Dr. García Marruz se quedó sin sus clases en la Universidad, aunque ya divorciados, él seguía sosteniendo a sus hijos, pero ya no ganaba lo suficiente. Entonces a Josefina se le ocurrió formar un quinteto de mujeres junto con su hermana Lola, su parienta Ursisina, sus amigas Ester y Teté.
Su tercer esposo fue el trompetista Alfredo Hernández.
El reencuentro con su hijo Felipe ocurrió cuando él tenía12 años y ya nunca más volvieron a separarse. Un buen día Felipe, se sentó al piano y comenzó a tocar “de oído”, su madre lo miró risueña y orgullosa y a partir de ese momento, lo ayudó, dándole lecciones y enseñándole los secretos musicales que ella tan bien sabía.
Su padre había tratado de apartarlo de la música y de todo lo relacionado con su madre, pero no pudo lograrlo, porque ¡todo en esa casa era musical!
Felipe no cursó estudios académicos de música, su talento fue innato, al igual que su buen gusto, su amor por la música en la que el trabajo diario, junto a esas cualidades, le permitió formar músicos de diversas generaciones a quienes transmitió las claves para lograr la excelencia a partir de la disciplina, la entrega sincera, el estudio y la capacidad.
Felipe, en la década del 40 se trasladó para Matanzas, donde fundó el Grupo Bellamar. En 1948 regresó a La Habana y empezó hacer suplencia en la orquesta del Club Topeka, dirigida por Venerando Llovet. Ese mismo año fundó el popular cuarteto Llópis-Dulzaides, junto con los hermanos Francisco (Frank) y Manuel (Ñoclo) Llópis y Leo Torres, donde mezclaban la música cubana con el jazz, el rock y otros ritmos. Fue el inicio del rock cubano e incluso fue el primer intento de llevar el género a Hispanoamérica donde estuvieron de gira en 1949 así como en EE.UU.
Los años 50 marcaron el nacimiento e introducción del rock cubano. En esos años comenzaron a exhibirse en Cuba un grupo de películas musicales norteamericanas que propiciaron su desarrollo y marcaron la historia del Rock & Roll en Cuba.
Este cuarteto, constituyó uno de los primeros grupos que incursionó en el rock y pop, en el cual Felipe tocaba el piano y el acordeón.
Según Humberto Manduley los Llópis-Dulzaides llevaban la delantera en el rock and roll a lo cubano. Sus constantes giras al exterior permitieron que lograra más éxitos en el campo internacional que en Cuba. Se dice que en España el rock and roll llegó primero por la vía de los Llópis-Dulzaides.
Gilberto Aldanás Gutiérrez fue el primer cantante que estuvo en los Llópis-Dulzaides, hasta que entró Javier Dulzaides, un primo de Felipe.
El actor y cantante mexicano Tito Guizar actuó con los Llopis-Dulzaides en los primeros programas de la TV, en el Canal 4, Unión Radio TV, en octubre de 1950.
Luego en febrero de 1951 en el Canal 6, CMQ TV en el programa Álbum Phillips, donde cantaron Profecía de Adolfo Guzmán. También actuaron en El Gran Programa Bacardí y en un Espectáculo en el antiguo Palacio de los Deportes en Paseo y Malecón.
En 1954 la ACRYT lo seleccionó el mejor conjunto vocal de la TV cubana.
En 1955, después de una gira por Venezuela, Felipe abandonó el grupo, que continuó como el cuarteto los Llópis y en 1956 fundó Los Armónicos donde trabajó una novedosa instrumentación y un amplio repertorio de música cubana e internacional, gran parte del cual recogió en varios discos LD para el sello GEMA de Álvarez Guedes.
El grupo original estuvo formado por: Pablo Cano (guitarra), Doris de la Torre (voz), Lucas de la Guardia (clarinete y voz), Luis Ortellano (trompeta) y Felipe Dulzaides (piano, voz y dirección).
En octubre de 1956 debutaron en el Casino de La Alegría de CMQ TV.
Los Armónicos se presentó en los Cabarés Sans-Souci, Montmartre, Salón Panorámico de Tropicana, Hotel Comodoro y Hotel Nacional así como en diversos programas de televisión y con ellos tocaron los mejores jazzistas de Cuba.
Según Felipe, sus primeras preferencias musicales fueron Carmen Cavallaro, Eddie Duchin y Frankie Carle, sin embargo, su gusto cambió cuando escuchó a los pianistas Art Tatum y Nat King Cole. Pero la influencia como intérprete y arreglista la recibió del pianista inglés George Shearing, a quien conoció en Chicago: “Me encantó el timbre, me enamoré de su forma de tocar, de la manera en que armonizaba y lo difícil que era lo que él hacía parecer fácil, siempre tocando detrás del ritmo, no junto a él.” Ese timbre fue el que hizo posible el sello sonoro de Los Armónicos, en el cual utilizaba al unísono piano, vibráfono y guitarra.
Este cuarteto es uno de los antecesores del boom de cuartetos que vendría en la década del 60. En sus inicios era un cuarteto vocal-instrumental, con el tiempo abandonó el formato vocal, se limitó a un solo cantante para finalmente convertirse en un grupo totalmente instrumental. Los Armónicos alternaron con el baterista de jazz Philly Joe Jones, el cantante Matt Denis y los pianistas Frank Emilio y Bebo Valdés, entre otros.
Uno de los secretos de Felipe era su innato oído musical y su entrenamiento armónico, unidos a una memoria fenomenal y su capacidad para tocar en cualquier tono los números más complejos. A Felipe le bastaba escuchar una vez una melodía para repetirla, ya armonizada y retenerla en la memoria. Dentro de su repertorio internacional tenía temas de Monk, Parker, así como de Tom Jobim, John Lennon y Paul McCartney. La grandeza de este músico radicaba en su formación autodidacta, reconociendo él mismo, que no leía mucha música. Su discografía consta de 22 discos, los cuales no constituyen una muestra de su carrera tocando jazz, bossa-nova, música popular bailable o rock.
Doris de la Torre nació en Santa Clara el 18 de mayo de 1932, su padre Miguel Encanto Díaz “Miguelito” fue cofundador del Trío Pinareño, pudo haber influido en su temprana inclinación alrededor de la música. Doris comenzó su carrera en su ciudad natal y más tarde se trasladó a La Habana, vivía en el Country Club, en una casa de arquitectura moderna.
Emergió como una de las voces más influyentes, conocida por su admirable contribución al movimiento Filin, dejó una huella imborrable en la imagen musical de la Isla. Su paso por el grupo Los Armónicos de Felipe Dulzaides fue un período clave en su carrera. Aquí, Doris no solo cantó, sino que también tocó el vibráfono y la guitarra, experimentando con el bossa-nova brasileño y el jazz melódico. Este período fue decisivo para consolidar su posición en el movimiento Filin, donde fue aclamada como “La Reina” del género por su habilidad para jugar con tonos y armonías.
Con Los Armónicos, grabó 3 discos. A finales de los años 50 y principios de los 60, se convirtió en una figura prominente en los clubes habaneros.
Se exilió en EE. UU viviendo en Nueva York donde tuvo una librería, pero seguía cantando, allí se encontró con su gran amigo y coterráneo, Meme Solís y por supuesto actuaron juntos.
Residió poco tiempo en España. Dejó de cantar al perder un poco de voz, enferma y ya mayor, regresó a Santa Clara donde falleció el 9 de junio de 2003, a los 71 años.
Este tema de Orlando de la Rosa, Doris lo cantaba como nadie: “Nuestras vidas pudieron ser algo, pero no son nada, se han perdido como la mañana se pierde en la tarde. Nuestras vidas, líneas paralelas, que jamás se encuentran. Fue el destino que envolvió en su sombra nuestro gran amor. Nuestras vidas que quizás un día valieron un poco, hoy no valen que digo yo un poco, ni siquiera nada. Ya es muy tarde para arrepentirnos son cosas que pasan. Nuestras vidas no se comprendieron, ya no hay más que hablar”.
Nuestras vidas, Moriat, Delirio e Imágenes, son parte de los grandes éxitos interpretativos de la diva villaclareña.
La primera esposa de Felipe fue Silvia González con quien tuvo a Eduardo (a quien llamaba Babacho) y a Silvia, su Pochi querida, Su casa estaba en la playa de Santa Fe al oeste de La Habana.
Según contó su familia, Felipe era un hombre apuesto y seductor y tenía facilidad para que se le pegaran bellísimas amantes, prestó a una de ellas su Buick convertible. Al parecer, ambos (ella y el carro) acabaron detenidos por participar en una actividad contrarrevolucionaria y Felipe fue arrestado una noche tras actuar en Hotel Nacional y condenado a 6 años de cárcel en La Cabaña, primero y luego en el Presidio Modelo de Isla de Pinos, aunque solamente cumplió dos años.
Cuando a su madre Josefina la hospitalizaron, el 5 de febrero de 1962, Felipe pudo verla, lo trajeron desde Isla de Pinos vestido de preso político, con la cabeza rapada y custodiado por cuatro guardias, pero dos días después cuando falleció, él la tuvo que llorar desde su celda. Josefina murió a los 67 años, de la misma causa que moriría Felipe 29 años después.
Su segunda esposa fue Virtudes Danta la madre de su hijo Felipe Jr. nacido en 1965.
Finalmente, Felipe estaba viviendo en el apartamento 404 del edificio #652 de la Avenida 26 y la calle 35 frente al Cine Acapulco en Nuevo Vedado, uno de sus vecinos era el ingeniero Carlos Berenguer Torralbas el cual fue sometido a varios meses de actos de repudio por haber intentado escapar por la embajada del Perú en abril de 1980, junto con su esposa e hijo. Felipe fue uno de los pocos que lo ayudó y protegió, le daba alimentos y ánimo, le decía que todo aquello pasaría, lo trataba de convencer que finalmente un día le darían la salida. Él sabía de un muchacho de 12 años que pateaba su puerta y él trató de que no lo volviera hacer.
Ese acto fue organizado por Raúl y Fidel Castro quienes fueron muchas veces a observar y arengar a los manifestantes contra Carlitos el de 26. Luego que terminó aquel asedio, Carlos iba en una guagua de la Ruta 27 y alguien lo reconoció y empezaron a insultarlo, gracias a Felipe no lo agredieron. Entonces Felipe le dijo bájate conmigo para evitar males mayores, se bajó en Paseo y no en “G” como debía haberlo hecho.
Felipe contribuyó a formar valiosos músicos como su sobrino Sergio Vitier García-Marruz (1948-2016), Rembert Egües, Lucas de la Guardia y Ahmed Barroso. Compuso pocas obras, entre ellas el mambo “Qué te traes conmigo”, las canciones e instrumentales “Pochi”, “Babacho”, “Tropicana Especial” y su último bolero “Es muy Fácil” en 1954 que cimentó su prestigio como compositor.
Como arreglista, realizó arreglos para el famoso disco de La Lupe “Con el Diablo en el Cuerpo” así como para el bolerista Fernando Álvarez.
Felipe fue uno de los impulsores del jazz en Cuba, su grupo fue una cantera de la que salieron muchos de los intérpretes del género.
Me contó el director de CMQ TV, Antonio Diéguez que en su programa Desfile de la Alegría (los miércoles a las 9 pm) Felipe Dulzaides tenía la sección Rincón Azul (dos veces al mes) y fue una creación de Diéguez para engañar a los censores castristas que no le hubieran permitido ponerle The Blues Music.
Para los lectores no familiarizados cómo el dictador Fidel Castro manejaba su finca de 111,000 km², en la televisión los hombres no podían cantar con pelos largos, ni con cinto ancho, ni con pantalones campana, ni con camisas de brillo. La nómina de los que no podían aparecer ante las cámaras estaba a la puerta de cada estudio. Los Meme pronto integraron la Lista Negra, ninguno de los cuatro eran milicianos, ni del CDR y eran “extravagantes” (delito penado por las leyes de FC).
Un miércoles se presentaron en el estelar “Desfile de la Alegría” con unos trajes de vinyl negro y unos suéteres de franjas metálicas. Sus admiradores chillaban. Cuando arrojaron los sacos al público (como Raphael), firmaron su sentencia. Antonio Diéguez, el director del programa, también fue suspendido (lo fue dos veces).
Con Felipe debutaron cantantes que luego se convirtieron en grandes figuras, como Maggie Carlés, muy jovencita.
Durante algún tiempo y debido a la pérdida de sus instrumentos por un fuego en el Hotel Nacional, Felipe siguió tocando en uno de sus bares para que sus músicos pudieran seguir cobrando, demostrando su calidad de persona.
El 4 de octubre de1958 cuando Meme Solís comenzó a tocar el piano al lado de la barra del Casino del Hotel Hilton, allí también estaba, en otros horarios Felipe y su grupo. Dice Meme, nosotros tocábamos mientras las personas jugaban.
Meme tuvo una gran amistad con Felipe que se desarrolló principalmente en el Elegante y el Internacional del Habana Riviera. También en Varadero, donde compartió muchísimo con Felipe y Los Armónicos. Se recuerda que el gran amor de la Dama del Filin, Elsa Rivero fue Felipe Dulzaides. La ilusión de amar que se encerraban en las canciones que interpretaba en aquellas noches en Kawama o en el Red Coach en La Dársena de Varadero que ya no volverán y solo viven en los recuerdos emocionados de los que tuvimos la dicha de escucharla en silencio.
Estos eran los que nos alegraban aquellas noches: Felipe, en el piano; Carlos del Puerto, contrabajo; Rembert Egües, vibráfono; Tony Valdés, batería; José Luis Quintana (Changuito) en la percusión cubana; Elsa Rivero y Regino Tellechea, los cantantes.
El espectáculo de Felipe se dividía de dos partes, con un entreacto que aprovechaban los artistas para relajarse mientras eran invitados a las diferentes mesas por sus admiradores, que les exigían de forma cortés mayor presencia e intercambio. Entre una actuación y otra el grupo de artistas se dispersaba entre la concurrencia y una hora después, pasada la medianoche, volvían a reunificarse para cantar hasta cerrar el espectáculo.
Durante sus años en la música estos trabajaron con Felipe: Iselina Acosta, Salvador Almiral, Manolo Armesto (Cala), Orestes Barbachán, Ahmed Barroso, Guillermo Barroso, Ignacio Berroa, Pablo Cano, Bobby Carcasses, Roberto Casas, Lucas de la Guardia, Carlos del Puerto, Doris de la Torre, Eduardo Dulzaides, Francisco Echavarría (Paquito), Rembert Egües, Luis Escalante, Julio César Fonseca, José Franca, Joe Iglesias, Gustavo Más, Juanito Márquez, Lázaro Manuel Morúa, Nelson Padrón, Luis Ortellano, Isidro Pérez (Isito), Rolando Pérez Pérez, Alberto Pujol, Nina Pujol, Cristóbal Quesada, José Luis Quintana (Changuito), Carlos Quintero, Luis Quiñones, Elsa Rivero, Armando Romeu Sr. y Jr, Margarita Royero, Regino Tellechea, René Luis Toledo, Jorge Luis Valdés Chicoy, Tony Valdés, Manuel Valera, Kiki Villalta, Sergio Vitier, Javier Zalva y Armando Zequeira, entre otros.
Entre los lugares que estuvo actuando están: Hotel Kawama, el Red Coach, el Hotel Oasis y el Hotel Internacional de Varadero, Hotel Riviera, Hotel Nacional, Cabaré Nacional, Montmartre, Hotel Comodoro, Sans Souci y Tropicana.
Imposible olvidar aquellas noches en el Club La Red, cuando Felipe ponía las canciones en tiempo de jazz para que las interpretara Doris de la Torre (1932-2003) con Los Armónicos, como su versión de Cest si bon y Nuestras vidas.
Además de Doris de la Torre con “La Renuncia” de Eduardo Davidson, con Felipe estuvo Margarita Royero que al interpretar “Frenesí” hacía vibrar los corazones de los presentes.
La Lupe como solista, grabó en 1960 con Felipe Dulzaides y el argentino Eddy Gaytán (1929-1999) para el sello Discuba-RCA, titulado “Con el Diablo en el Cuerpo”, el disco incluía el bolero “No Me Quieras Así”, canción que el público cubano apodó como “La Pared”, al ver cómo La Lupe cuando lo cantaba se apretujaba contra la pared de la discoteca La Red en la esquina de 19 y L, en El Vedado. Fue su primer disco de oro y con RCA en Cuba.
Felipe Dulzaides fue víctima de dos trombosis. La primera en 1983, que le afectó su brazo izquierdo, durante esos siete años, siguió tocando con su mano derecha, pero la segunda lo sorprendió y fue fulminante, falleció el 22 de enero de 1991 a los 73 años.
Nota.-
El Dr. Sergio García Marruz (1886-1947) padrastro de Felipe Dulzaides Badía, se casó con Josefina Badía en 1919, fue un brillante gineco-obstetra, profesor de medicina en la Universidad de La Habana y Ministro de Salubridad de Batista en 1941 y 1942.
Pero una de sus mayores satisfacciones ocurrió durante su participación, junto con el Dr. Rafael Menocal, en el X Congreso Internacional de Historia de la Medicina en Madrid, en septiembre de 1935, donde participaron representantes de 49 países y fue presidido por el doctor español Gregorio Marañón. El Dr. García-Marruz y el Dr. Menocal tenían preparada una ponencia que debían leer en una de las sesiones del Congreso pero, para sorpresa de ambos, en la sesión inaugural, la delegación de Estados Unidos se dedicó a repartir, gratuitamente, entre todos los delegados, un libro editado en 1930 por el Instituto Conmemorativo Gorgas, traducido al francés y al español, en el que, entre otras cuestiones, se manipulaba la realidad y se presentaba al Dr. Walter Reed como el descubridor del vector transmisor de la fiebre amarilla, silenciando todo el trabajo de Carlos J. Finlay.
Fue entonces que García-Marruz y Menocal le solicitaron a Marañón leer una réplica a este libro en lugar de la ponencia anunciada, lo que hicieron en una reunión convocada especialmente para esto.
Fue Sergio García-Marruz quien la redactó, la leyó y defendió ante todos los presentes, en su documento destacando 7 puntos en los que demostró que Finlay había sido el primero en el mundo en revelar, “en términos concretos y precisos”, que el mosquito Aedes Aegypti era el vector responsable de la transmisión de la fiebre amarilla.
También subrayó la importancia de los estudios de Finlay para realizar una campaña efectiva de erradicación del mosquito y, por tanto, de la enfermedad, así como muchos otros aspectos de sus investigaciones.
El Congreso, en pleno, respaldó la propuesta del Dr. García-Marruz y del Dr. Menocal y quedó bien establecida la primacía de Finlay sobre los trabajos de la Comisión Norteamericana presidida por el Dr. Walter Reed.
El Dr. Sergio García-Marruz y Badía (1919-1982), medio hermano de Felipe Dulzaides, fue también un reconocido gineco-obstetra como su padre. Junto con el Dr. Alfredo Sardiñas aplicaron durante una operación cesárea una técnica muy novedosa entonces, basada en la micro incisión baja estética longitudinal.
Esa técnica fue dada a conocer públicamente en octubre de 1951 ante la Sociedad Cubana de Cirugía Plástica y Reconstructiva y en el Primer Congreso Internacional de Técnica Operatoria, celebrado en México.
Bella Esther García-Marruz y Badía, media hermana de Felipe, nació en 1921 y en 1948 se casó con el escritor Eliseo Diego (1920-1994). Tuvieron en 1949 a Constante Alejandro (Rapi) y en 1951 nacieron los jimaguas María Josefina (Fefé) y Eliseo Alberto (Lichi).
Josefina Consuelo García-Marruz y Badía (1923-2022) conocida como Fina, la otra media hermana de Felipe, fue poetisa y ensayista e integrante del grupo Orígenes, encabezado por José Lezama Lima. Se casó en 1947, con el escritor y poeta, Cintio Vitier (1921-2009) padres de Sergio (1948-2016) y José María (1954) Vitier García-Marruz.
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