En dibujos con adornos grandes y también diminutos, el estampado de flores es un clásico que cada primavera vuelve a las tendencias. Loewe, Altuzarra, Blumarine o Carolina Herrera son algunas de las firmas que posicionan las flores como una de las claves en moda de la temporada en contraposición a las prendas lisas.
María Muñoz Rivera.
Son un estampado clásico que “siempre funciona y favorece, al contar con varias tonalidades”, explica la estilista Mónica Rivas sobre este tipo de estampado, ligado a la feminidad, la naturaleza y, sobre todo, a la llegada del buen tiempo, y por el que apuestan desde Kendall Jenner a Emily Ratajkowski.
Si en la moda últimamente imperaba el minimalismo o el denominado ‘color block’, término que hace referencia al uso de varios colores en tejidos lisos, algunos diseñadores plantan cara a esta tendencia desde la dicotomía en sus colecciones: De estos diseños en monocolor a otros completamente copados de flores.
Si en el siglo XVII está técnica se empleaba con motivos como madreselvas bordadas sobre prendas en símbolo de estatus económico, la moda hippie de los años setenta hizo del estampado floral una de sus señas de identidad estética junto a pantalones campana y prendas repletas de color.
Loewe bajo la batuta de Anderson en París, Givenchy con vestidos vaporosos, Balenciaga con estampados en clave mini o Carolina Herrera con dibujos de grandes flores son algunos de los diseñadores que han introducido las siluetas de este motivo en sus diseños, previo a la llegada de la tendencia a la calle.
Guía de uso del
estampado floral
“Realmente, las flores nunca se han ido, aunque es cierto que solo nos atrevemos a sacarlas del armario durante unos meses al año”, resalta la estilista, para quien la tendencia en este tipo de ornamento es “de inspiración años 70, con dibujos pequeños y en colores que contrasten”, desgrana.
“Es un estampado alegre y vital que favorece a todo el mundo, aunque como todas las modas, depende del subtono de la piel o la complexión”, señala sobre esta tendencia, que llega, por ejemplo, en vestidos de flores maxi y también en blusas y chalecos, como la última propuesta de la firma Antik Batik.
Para la estilista “los estampados que repiten el mismo patrón y tienen dibujos más pequeños suelen ser más favorecedores”, apunta a la hora de decantarse por una pieza que contenga el estampado de moda, en la que incita a elegir estampados en contrastes y colores vivos, “que siempre favorecen en los meses más cercanos al verano”.
Mientras que “las flores grandes por toda la prenda ópticamente tienden a ensanchar”, apostar por diseños en los que grandes dibujos de esta silueta se coloquen “por ejemplo, en los bordes de las prendas como mangas y parte baja de faldas y vestidos estiliza la figura”, indica.
Este modelo es el que está presente en algunas de las piezas de la diseñadora Esther Noriega, habitual en los circuitos de moda internacional, tras diseños que han lucido celebridades que van desde Paris Hilton a la supermodelo Nieves Álvarez.
“Yo apuesto por los estampados porque le dan mucha personalidad a un vestido, me parecen muy elegantes: Bordados, pintados a mano… Sí que es cierto que no todo el mundo se atreve con ellos, pero favorecen un montón”, dice Noriega, cuya imagen de un vestido bordado se viralizó internacionalmente en la plataforma Pinterest.
Para Noriega las flores y los estampados “son una apuesta segura, y además son tendencia”. Desde motivos bordados en relieve con flores pequeñas en turquesa y rosa presentadas en la plataforma de moda nupcial Barcelona Bridal Week a otros vestidos con grandes rosas rojas estampadas son parte del ADN de su firma.
En forma de
apliques o bordadas con volumen
Además de en estampados, la tendencia también llega en forma de apliques o flores bordadas con volúmenes, aplicadas en puntos estratégicos como los hombros o los escotes, una forma de “equilibrar volúmenes visualmente”, según apunta la estilista, sin olvidar grandes faldas compuestas de flores en relieve, como las de Silvia Fernández.
Una de las diseñadoras nacionales que incluye esta técnica en sus prendas habitualmente es la diseñadora leonesa María Lafuente, una de las veteranas en la pasarela madrileña y también de las pioneras en emplear materiales reciclados y sostenibles en los circuitos de la moda en España.
“Llevo muchos años incluyendo flores en mis colecciones, en muy diversos materiales y formatos”, explica Lafuente, que opta por este ornamento en seda, organza, lonas, tencel, encaje, neumático reciclado y, en esta última colección también “biomateriales porcelánicos”, que emulan la textura de la porcelana.
Lafuente encuentra en las flores “mucha versatilidad, feminidad y romanticismo”, y aunque ahora las flores “estén visibles en muchas colecciones” son un emblema en su firma. “Suelo apostar por las flores porque mis inspiraciones provienen de la naturaleza, y en la naturaleza está todo”, señala.
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