La película de mayor éxito en estos días se titula, “El último Cuplé”. Con este título, se ha popularizado en el mundo entero, su protagonista Sarita Montiel. Y como Sarita Montiel es una artista que filmó en La Habana una película, y paseó por nuestras calles cuando aún la fama no se lo impedía, les traemos esta semblanza de ella trazada con recuerdos de charlas, crónicas y entrevistas realizadas a su paso por La Habana y New York.
Por DON GALAOR (1958)
¡Protesto! ¡Rechazo de plano que se me llame la Marilyn Monroe o la Gina Lollobrigida del cine español!
De esta forma y contestando a una pregunta, se expresó la linda actriz de “El Último Cuplé”.
Y agregó:
—Yo soy Sarita Montiel. En México, y en España, y en Cuba, sólo soy Sarita Montiel. Con eso me conformo.
Y empinaba el busto magnífico como en una demostración gráfica de su aserto, para agregar con muchísima gracia:
—Que, si Marilyn y Gina tienen lo suyo, Sarita no tiene nada que envidiarles. ¡Y a otra cosa, mariposa!
***
Sarita Montiel estuvo filmando en La Habana, con el galán cubano Alberto González Rubio, una película que se tituló “Frente al Pecado de Ayer”, ¿se acuerdan?
Desde entonces, si usted se detiene a conversar con ella cinco minutos en cualquier parte del mundo, le dirá antes de despedirse:
—En el mundo sólo hay dos calles con personalidad: la Gran Vía, de Madrid, y el Malecón, de La Habana.
Precisamente, estando, filmando “Frente al Pecado de Ayer” sobre una novela original de la escritora cubana, María Teresa de la Cruz Muñoz, pregunté:
—¿De verdad se llama usted realmente Sarita Montiel?
A lo que respondió ella sin disimular su gracioso acento andaluz:
— No. señor. Yo me llamo Antonia María Isidora Abad.
— Y es usted andaluza?
– De Granada, sí señor.
-Entonces, ¿de dónde sacó usted ese “Sarita Montiel” tan fácil a la popularidad?
Me bautizó el dibujante Enrique Herreros.
Por cierto, que con el estreno de aquella película cubana que protagonizó Sarita, se presentaron problemas de cierta importancia.
“Frente al Pecado de Ayer” se escribió originalmente para el radio.
Y fue tan ruidoso el éxito obtenido para la novela radial que la Compañía Cinematográfica Mexicana adquirió los derechos literarios para adaptarla a la pantalla. _ En los planes iniciales, la película iba a ser filmada totalmente en Cuba.
Pero debido al problema que surgió meses antes entre los técnicos cubanos y mexicanos, sólo se filmaron los exteriores en la provincia de Pinar del Río. La trama y los interiores se filmaron en México.
Días antes de su estreno, en enero de 1955, se presentó en las oficinas de Pelimex. la señora María Teresa Fernández manifestando que su abogado acababa de presentar una demanda contra la compañía productora, por considerar que en el argumento de “Frente al Pecado de Ayer”, se habían incluido hechos que le acaecieron a ella en la vida real, y que no se le había pedido autorización para hacerlo.
Tras los trámites de rigor por el director Juan J. Ortega, la autora. María Teresa de la Cruz Muñoz y el productor Octavio Gómez Castro, se llegó a un acuerdo que hizo posible el estreno de la película.
A todo esto, entre los protagonistas, el romance vivido frente a las cameras estaba tomando trazas de convertirse en realidad.
González Rubio se había enamorado de Sarita Montiel y el divorcio estaba a punto de estallar cuando Sarita decidió alejarse para seguir una carrera que ya empezaba a dar señales de grandes éxitos.
Ella había hecho cine en España. En México y en Cuba.
Sus fotografías la señalaban como una rival muy seria de Marilyn Monroe de Gina Lollobrigida y Sofía Loren.
De ahí que cuanto periodista la visitaba con ánimo de entrevistarla le hiciese la pregunta de ritual:
—¿Cree usted que podrá destronar a Marilyn Monroe?
—Por favor. ¿Qué tengo que ver yo con Marilyn?
También hubo quien le preguntó:
—¿Se cree usted capaz de anular la prioridad física de Gina Lollobrigida?
—Nada de eso aspiro a ser. en el cine y en la vida real Sarita Montiel. ¡Y ya es bastante!
Fue a mediados de 1954 que firmó un contrato con la compañía productora de Burt Lancaster y Ben Hecht, por el término de siete años.
Su compromiso con Lancaster y Hecht es de dos películas por año, en inglés.
Solamente seis meses, cada doce, pueden emplearla en sus filmaciones. Le quedan seis meses para hacer cine en español.
La primera película de ese contrato fue la titulada “Veracruz”, en la que Gary Cooper y Lancaster hacen horrores con la revolución mexicana.
Hablando con los periodistas de México, cierta vez, exclamó:
—Mi ambición es llegar a ser una gran actriz y hacer teatro clásico.
—Pero usted canta, ¿no prefiere las comedias musicales?
—No. Prefiero el drama.
—Por ejemplo, ¿qué personaje le gustaría encarnar?
—Me gustaría representar a Isadora Duncan, si alguna vez se filmara su biografía.
Pero un día, entre ambición y anhelo, le hablaron de hacer una película en la que debía cantar unos cuplés.
—¿Cuplés a mí? ¡Vamos, anda!
Sarita es de una vivacidad maravillosa. Salta de un tema a otro en sus conversaciones con una agilidad mental encantadora.
—¿Se decide?
—¿A qué?
—A hacer esta película. Verá usted., Sarita. Se trata de la historia de una cupletista famosa…
—¿Una biografía?
—No es propiamente una biografía. La historia se parece a la de muchas artistas. Pero en realidad no está basada en ninguna…
—¿Me deja leer el argumento?
—Aquí lo tiene.
Sarita se llevó el libreto que contenía el primer tratamiento de la película que habría de titularse “El Último Cuplé”.
Lo leyó con avidez. De un tirón Se quedó encantada con la protagonista. Con su vida y su romance.
—¿Acepta?
— Acepto. -Pues empezamos la filmación la semana próxima.
Y ya se sabe. Grabó los cuplés.
Los cuplés pertenecen a una época ya ida. De la primera década de este siglo. Lo cantaron y se hicieron famosas cantándolo, Amalia Molina, Emilia Benito, María Conesa, Consuelo Mayendia, Amalia Isama y otras.
Raquel Meller, que no llegó a venir nunca a Cuba, ha alcanzado fama universal como intérprete de cuplés.
Muchos han querido ver en la anécdota de “El Último Cuplé”, algo de la historia de Raquel Meller. Pero Raquel Meller nunca tuvo amores toreros. Su personalidad. Su gran prestigio como artista de estelarísimo historial, la llevó a amar a un escritor. Cronista de finísimo estilo. Hombre de mundo de gran renombre en el mundo de las letras: Enrique Gómez Carrillo.
A La Habana llegó el cuplé como parte de las obras del género chico.
“El Bateo”, “Venus Salón”, “La Peseta Enferma”, “Las Bribonas”, “El Perro Chico”. “La Patria Chica”. El “Club de los Solteros”, eran obras escritas para dar salida al cuplé, que empezó siendo de matiz político. Casi siempre, de oposición. Y acabó con los inolvidables de tema amoroso como los que dejó para ¡a posteridad, Consuelo Mayendia entre nosotros.
Ahora, el cine, vehículo maravilloso que bien debían aprovechar los productores para empeños tan amables como éste, nos ha resucitado el cuplé.
En la figura española de Sarita Montiel, ha revivido la cupletista de antaño. Que casi siempre se enamoraba de un torero.
Y en su voz, el cuplé volvió a hacerse sentir como mensaje amable que va directo al corazón. Como iba al corazón de las muchachas casaderas en los años cercanos al 1920, en la vocecita pequeña y nítida de Consuelo Mayendia.
Quizá, con el estrellato que le proporciona “El Último Cuplé”. Sarita Montiel no vuelva a retratarse como en la ocasión que nuestro fotógrafo la visitó en su casa de New York, hace apenas tres años.
Pero la que aparece en esta información es la Sarita Montiel que paseó por La Habana y se fue añorando la gracia y el ensueño de sus paseos por el Malecón.
Por eso repite siempre que de ciudades se habla:
—En el mundo sólo hay dos calles con personalidad: la Gran Vía, de Madrid y el Malecón, de La Habana.
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