Pedro Roig, director del Centro Cubano de Estudios Estratégicos, advirtió que Cuba es uno de los países más pobres y endeudados del presente siglo y esto ha provocado que no tenga con qué pagar su exorbitante deuda con varios países.
Desde el comienzo de la Revolución cubana en 1959, los cubanos se han endeudado mucho, pero nunca han pagado ni un peso. Y no lo podrán hacer porque no tienen caja para hacerlo debido a la pésima economía en que la tiene el comunismo a la isla.
Durante las décadas de 1970 y 1980, el régimen de Fidel Castro tomó préstamos de muchos países de Europa Occidental, los soviéticos, Latinoamérica y Japón. La mayor parte no se pagó hasta que comenzaron a restructurarlo con los acreedores en vísperas de la etapa del deshielo con Estados Unidos.
México, por ejemplo, perdonó el 70% de casi 1.000 millones de dólares en 2013, y Rusia canceló el 90% de los 35.000 millones de dólares en el mismo año. De manera similar, el Club de París y otros catorce países acordaron reducir su deuda de 11.100 millones de dólares a 2.500 millones en 2015.
Cuba acordó pagar el resto en cuotas anuales hasta 2033, pero solo cumplió parcialmente con sus obligaciones en 2019 y volvió a incumplir un año después. El país necesita ponerse al día con alrededor de 200 millones en pagos, pero no ha dicho cuándo asumirá los cargos.
Más recientemente, en 2020, el Club de Londres presentó una demanda en el Reino Unido para forzar un pago pendiente de 4.000 millones de dólares de La Habana. Era la primera vez que el gobierno cubano se encontraba entre la espada y la pared, obligado a responder a los reclamos bajo la amenaza de una sentencia sumaria que permitía a los acreedores a perseguir activos cubanos en cualquier parte del mundo.
El primer ministro Manuel Marrero Cruz, en su informe a la Asamblea del Poder Popular en su Décima Legislatura, señaló la necesidad de: “Continuar el proceso de renegociación de la deuda con países estratégicos. Es conocido que tenemos muchas deudas; no obstante, ratificamos nuestro compromiso de saldar nuestras deudas…”
La noticia es que Marrero sabe que Cuba no tiene divisas disponibles para cumplir con “el estricto compromiso de saldar la deuda”. De hecho, José Luis Rodríguez, ministro de Economía desde 1995 hasta 2009 y actual vicepresidente del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, señaló que Cuba no tiene capacidad para pagar la deuda internacional que afecta a numerosos países y es de aproximadamente 30 mil millones de dólares.
La política de “default” (no pago) tiene un largo historial. Ejemplo: En el 2012, luego de una larga renegociación, Cuba firmó un acuerdo con Japón para pagar la deuda de $1,400 millones. Once años más tarde (2023), Japón no ha recibido un centavo del pago acordado.
En el 2019, China perdonó a Cuba más de 5 mil millones de dólares y continuó otorgando préstamos a cambio de pagos parciales. (Para China es muy importante cobrar). Cuba no pagó y la deuda actual asciende a la cifra de $4,600 millones de dólares (2022).
En el 2015, la oligarquía militar de Cuba inició una renegociación de $11 mil millones de su deuda con el Club de París. (Que presta dinero de los bolsillos de los ciudadanos de los países miembros). El Club de París acordó perdonarle a Cuba $8,500 millones de dólares.
El pago de los $2.5 millones restantes se haría en 18 años. Un año más tarde Cuba dejó de pagar. Y desde entonces no ha pagado un centavo al Club de París (2023).
El problema es que Cuba no le puede pagar ni al Club de París ni a nadie porque la economía de Cuba sufre un colapso sistémico. La fracasada Revolución no genera las necesarias divisas para superar la quiebra financiera. Cuba no tiene crédito en la Banca Internacional porque no paga. La bancarrota es profunda y total. Mientras Cuba siga aferrada a la obsoleta ideología marxista seguirá siendo uno de los países más pobres del mundo.
Es evidente que, en febrero del 2024, la economía de Cuba comunista está en un serio problema financiero. Con el colapso de la industria turística, que no alcanzó los 2.5 millones de visitantes, la galopante inflación de un 300%, la falta de divisas para comprar el 80% de los alimentos, “apagones” que promedian de 8 a 10 horas diarias por falta de combustible y sin crédito bancario, la dictadura militar enfrenta su más peligrosa vulnerabilidad en la historia de la Revolución. ¡La deuda eterna le está mordiendo el cuello!
MENOS TURISTAS, PERO MÁS HOTELES
En el 2023, la cifra de turistas que recibió Cuba fue de 2,436,980, pero la oligarquía militar invirtió fuertes sumas del escaso capital disponible en la construcción de nuevos hoteles, cuando la tasa de ocupación por habitaciones promedia el 15%, con un 85% de habitaciones vacías.
En los últimos 15 años, se calcula que Cuba ha invertido $24 mil millones de dólares para fabricar hoteles que están vacíos. Cuando la calidad de vida del cubano responde a una miserable dieta en la que el 70% de los cubanos tienen acceso a una comida al día, es realmente delirante continuar invirtiendo en fabricar nuevos hoteles.
¿Qué peligroso ingrediente de locura está presente en las decisiones de la cúpula del poder en Cuba cuando faltan alimentos, combustible, viviendas, electricidad y transporte, y gastan 24 mil millones en fabricar hoteles?
El manicomio marxista tiene que pagar por el 80% de los alimentos que consume el pueblo, incluyendo las 300 mil toneladas de carne de pollo congelado que Estados Unidos vendió a Cuba en el 2021. Pero qué se puede esperar de un régimen que no puede darle leche a los niños y levanta un monumento a una vaca lechera. Es evidente que la oligarquía militar ha perdido el contacto con la realidad.
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