La base primordial y fundamental
de un matrimonio para ser feliz
que se se sepan comprender y amar
es un sí, y sin desliz.
En el matrimonio debe existir
un respeto noble y cordial,
ese deber es describir
como un eterno ejemplar.
No hay nada más bello
ni que tenga tanta ternura,
que es hallar un destello
en una unión es hermosura.
Quererse y amarse mutuamente
eso es un lírico embeleso,
y estar siempre presente
en un ardiente beso.
Las más bellas expresiones
que no debe haber otra más,
cuando se unen dos corazones
se hacen sueños de felicidad.
El matrimonio es una gratitud,
como la mirada de un espejo
tanto en la belleza de la juventud,
que cuando se llega a viejo.
Amarse eso no tiene edad,
porque en el matrimonio, no existe
que hasta en la eternidad,
para y que así persiste.
En la ternura de un abrazo
la delicadeza del matrimonio
que se unen en un lapso
es dar ejemplo de testimonio.
En el matrimonio que haya alegría
para que sea luz en la oscuridad,
que se espacie como el día
para que reine la claridad.
El matrimonio es cupido
en el hogar se hace precioso,
cuando se está bien curtido
se levanta alto y fervoroso.
No hay nada más firme y fijo
cuando se sabe recibir y dar
que la bendición de los hijos
que es orgullo de un hogar.
Pedro León López
Spokane, Wa.
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