Iglesia de Nuestra  Señora de la Candelaria

Written by Libre Online

30 de enero de 2024

Por Lilian María Aróstegui Aróstegui

Tal vez muchos camagüeyanos desconocen que en el siglo XIX en el barrio de La Caridad, además de la Iglesia que le da su nombre, existió otra dedicada a la patrona de Camagüey: la Virgen de La Candelaria, cuya fecha de celebración en el santoral católico es el 2 de febrero. 

Estuvo ubicada en el espacio ocupado hoy por el llamado Palacio de los Quince, cuyo lateral colinda con la calle Falco Rodríguez, antes callejón de La Candelaria según la placa que todavía muestra ese nombre, tenía a un costado a la desaparecida casa número tres de D Pablo Antonio de Betancourt.

El motivo de la edificación de esta segunda iglesia dentro del barrio de La Caridad aparece documentada en manuscritos de archivo, en ellos, los vecinos se quejaban de que la imagen de La Candelaria, situada en la Iglesia Parroquial Mayor, les quedaba muy alejada de su lugar de residencia. La solicitud fue aceptada por el Vicario Real Sr. Marqués de Someruelos en 1806.

El 2 de septiembre de ese año, el arzobispo envía el Decreto y la correspondiente licencia de construcción a D. Agustín de Noa, vecino de esta villa para comenzar la construcción sufragada por el aporte de todos los vecinos sobre los croquis realizados por el señor Felipe Pichardo Moya de la capilla pública “[…] que inmediata a sus casas, en el Barrio de la Caridad (…) en paraje seco y bien proporcionado (…) con anuencia del párroco.” 

En el año de 1807 la Calle Real de La Caridad, hoy Avenida de La Libertad, exhibía esta iglesia para el beneplácito de sus vecinos y, aunque hasta el presente no contamos con imágenes de la misma, podemos imaginarla a partir de las descripciones en los manuscritos revisados. Gracias a ellos sabemos que su interior fue muy bien habilitado con abundancia y riqueza de los objetos del culto, las lámparas e imágenes. 

Muy ilustrativo resulta al respecto, el Inventario de Bienes del Presbítero Félix Riverol de 1847 donde se lee:

• Altar Mayor con la Santísima Virgen y niño Jesús con ara.

• San Juan Nepomuceno.

• 3 altares más. 

• 2 confesionarios.

• 11 candelabros de maderas nuevas, 1 de una vara de alto, 10 poco más o menos.

• 24 candelabros de madera.

• 1 farol para la lámpara sobre su columna de caoba.

• 1 púlpito.

• 1 araña de cristal.

• 11 arañas de 6 luces.

• 1 araña mayor de 12 luces.

• 1 par de bombas de cristal medianas.

• 12 faroles de 4 luces nuevas.

• 2 cuadros del Divino Rostro en cada pila de la Iglesia.

• 6 candelabros azules y 13 candelabros de platino bastante usados.

• 1 corona para la Virgen.

Además de algunas prendas con piedras preciosas de la Virgen.

 Lamentablemente, el terreno escogido para esta construcción religiosa resultó bajo y cercano al río Hatibonico y al Arroyo Juan De Toro, esto provocó severos daños durante la temporada de lluvia, solo la devoción de los vecinos con sus donaciones monetarias la mantenían en pie y hasta fue posible la construcción de la torre.

En 1840 se produjo una de las inundaciones más recordadas “se cubrió de agua la  Ermita de la Candelaria y el Presbítero D Cipriano de Céspedes, Capellán  cogió en una mano la custodia y en la otra un poyo atado y se subió al camerín de la Virgen, y en esa posición se mantuvo hasta que bajó el río dos días después llevándose a su paso todos los ornamentos”, hasta los vasos sagrados que allí tenían para el acto litúrgico estaban en peligro, según concluyeron las autoridades religiosas.

La humedad causada por estos desastres naturales fue socavando al edificio que necesitó de varias restauraciones y, según el Presbítero Antonio María Lladó en abril de 1853, su estado era deplorable y amenazaba ruina. Una vez más fue restaurada, se confirma que además de la torre tenía su coro y le colocaron además un Altar Mayor traído de París; sin embargo debido a la ocurrencia de las inundaciones en esta zona tan baja, se denegó que se hiciera Auxiliar de Parroquia de la Iglesia de La Caridad. 

Otra gran calamidad vino a sumarse a su historia cuando a la una y media del 6  de septiembre de 1865 cayó una descarga eléctrica en la torre de la iglesia. Según el informe realizado por el Arquitecto Municipal Dionisio de la Iglesia, los daños se observan “[…] en la cubierta de la torre, fachadas norte y sur, lucernario del coro, puerta principal, así como todo el edificio por causa del gran estremecimiento que sufrió en el momento de la descarga mencionada resulta, que se encuentran hendiduras, penetraciones, grietas y astillas levantadas en los marcos, largueros y peinazos de la puerta, todo lo cual no manifiesta carácter pernicioso, sin que por esto deje de atenderse lo más pronto posible por quien corresponda, para que la acción del tiempo no influya en la destrucción de la torre que nos ocupa máxime cuando la construcción de ella no es de la mejor índole o clase.”

Durante la Guerra de los Diez Años, la Iglesia sirvió de depósito de los objetos del culto religioso de la Parroquial Mayor y otras Iglesias. 

Una vez terminada la contienda, el Pbro. Juan Seisdedos recibió bajo su responsabilidad esta Iglesia que según acta de entrega contaba con el Altar del comulgatorio con crucifijo de madera, una Virgen Dolorosa, San Juan y Santa Magdalena, el Altar Mayor donde se veneraba a Nuestra Señora de La Candelaria, Patrona de la villa, el Altar del Crucificado, el Altar de Nuestra  Señora del Rosario, el Altar de San José y un cuadro de San Juan de Nepomuceno.

A pesar de los avatares a que se enfrentó este edificio, es posible imaginar el énfasis que dio al inicio de la alameda, sobre todo después de que se le diera lechada por dentro y por fuera así como a la torre. Las puertas se pintaron de verde “de óleo con un aspecto lindísimo” tal y como la describe el Pbro. Juan Seisdedos Guerra el 1 de febrero de 1883 en vísperas de la festividad de la Virgen. Al siguiente día se publicó en la Gacetilla que “El jueves fue abierto el templo con una Gran Salve como loor a Nuestra Señora de la Candelaria ocupó la Cátedra del Espíritu Santo el párroco de Nuestra Señora de la Caridad D Juan Seisdedos,  y concurrencia numerosa con dos fiestas.

Pese al amor y esfuerzo de los vecinos y las autoridades religiosas, la suerte de La Candelaria estaba irrevocablemente echada, luego de sufrir un incendio fue desmantelada, usándose sus ladrillos en otras construcciones. 

Según la Dra. Amarilis Echemendía Morffi, este templo fue muy utilizado por los canarios residentes en la villa, no solo por celebrar el día de su Patrona, sino también en otras festividades religiosas. En el grabado de Leonardo Barañano del siglo XIX “Puerto Príncipe visto desde el Cristo”, se aprecia la iglesia de La Candelaria con su torre. Ya en la década de 1880, el templo se hallaba sin capellán y estaba prácticamente abandonado, pero la información exacta sobre la fecha en que fue demolida, no la teníamos al momento de esta investigación, pero se infiere que fue en los últimos años del siglo XIX o inicios de XX. 

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