El día de Año Nuevo es realmente una de las más antiguas y universales de las festividades y no siempre se celebró el 1 de enero ni fue de carácter religioso. Su historia se inicia en una época en que aun no había calendario y el año se media por el tiempo transcurrido entre la siembra y la cosecha.
La fiesta de Año Nuevo más antigua que se ha registrado, ocurrió alrededor del año 200 A.C., y fue celebrada en la famosa ciudad de Babilonia, cuyas ruinas se alzan cerca de la moderna ciudad de Abd al-Ilah, en Irak. Esta fiesta ocurría a finales de marzo, al comenzar la primavera, y el esplendor que alcanzaban aquellos festejos hacen palidecer a cualquiera de los modernos.
De acuerdo con el Calendario Romano que existía mucho antes del nacimiento de Cristo, el año comenzaba el 1 de marzo, pero el Emperador Julio César en el año 47 A.C. lo modificó creando el Calendario Juliano, el cual recibió después algunas modificaciones hasta llegar a las hechas por el Papa Gregorio XIII, que dieron origen al Calendario Gregoriano, instaurado por este Papa en 1582. En esa fecha, 1582, el Papa Gregorio XIII dispuso que el Calendario Gregoriano, que es el que tenemos vigente ahora, sustituyera al Calendario Juliano para todos los países católicos, señalando como inicio del año el 1 de enero, y posteriormente se le añadió a la celebración un sentido religioso, ya que de acuerdo con la tradición judeo-cristiana, el 1 de enero coincide con el día de la circuncisión de Cristo, el día que el recién nacido hijo de Dios recibe el nombre de Jesús, según dice el Evangelio de Lucas.
Durante el siglo XX, al expandirse la cultura occidental el 1 de enero se convirtió en una fecha de carácter universal, ya que poco a poco, muchas de las naciones del mundo que siguen otro tipo de Calendario lo fueron aceptando, siendo los rusos los últimos en hacerlo en 1917 y así se aceptó en casi todo el mundo que el año comenzara el 1 de enero, aun por aquellos países que celebran su propio Día de Año Nuevo en otra fecha, como es el caso de China.
La celebración del Día de Año Nuevo es una de las principales fiestas en el mundo, especialmente las que se celebran la noche de la víspera, 31 de diciembre, para esperar su llegada, marcadas con grandes eventos de pirotecnia.
¿Cómo se celebra el Año Nuevo en Estados Unidos?
El 1ro de enero fue aprobado por el Congreso como día feriado federal en 1870.
Los estadounidenses festejan la llegada del Año Nuevo desde la noche del 31 de diciembre hasta la madrugada del 1ro de enero.
La celebración más popular es un evento televisado en Times Square, Nueva York, donde a las 12 de la noche una multitud se reúne para ver bajar una gran bola de cristal con luces sobre un edificio de la plaza, iniciando una cuenta atrás que despide los últimos segundos del Año viejo. Cuando la cuenta atrás termina, la tradición es abrazar a la persona que se tenga más cerca.
El 1ro de enero se realiza el tradicional Desfile de las Rosas en Pasadena, California con carrozas cubiertas de flores y bandas de música. Tras el desfile, se lleva a cabo el “Rose Bowl”, un juego de fútbol americano universitario.
En la cultura hispanoamericana existe una gran variedad de tradiciones y supersticiones para estas fechas, diciembre 31 y enero 1, como forma de augurios para el año entrante. Y muchas de esas costumbres los inmigrantes las han traído a Estados Unidos.
“Ahuyentar a los malos espíritus a balazos” como parte de la fiesta llegó a ser tan popular que a mediados del siglo XVIII algunas localidades lo prohibieron para reducir al mínimo el ruido y el peligro. Pero espantar a los malos espíritus y anunciar el Año Nuevo sigue arraigado en las celebraciones de Año Nuevo, aunque en las formas más seguras de fuegos artificiales y ruidos de pitillos y matracas en las fiestas.
Al Año Nuevo a menudo se le representa en dibujos como un bebé que sólo lleva un pañal, un sombrero festivo y una banda impresa con el número del año.
Cada Año Nuevo nos aviva la esperanza, por un lado de que en este país, donde vivimos, solucione sus problemas y para Cuba que al fin llegue la ansiada libertad.
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