Por María C. Rodríguez
La nomofobia consiste en el miedo irracional a no tener el móvil o a estar incomunicado a Internet. Ha ido en aumento en los últimos años debido a la mayor facilidad de adquisición de smartphone y al auge de las redes sociales. Estudios confirman que con la pandemia de COVID también “llegó” la ‘pandemia’ de Nomophobia.
NO TELÉFONO (no mobile-phone) + MIEDO (phobia)= NOMOPHOBIA
Actualmente se busca pareja por internet y también se rompe con ella utilizando el WhatsApp o mensajes de texto; se mantienen conversaciones con muchos desconocidos y se cuelga cada detalle (imágenes, vídeos o cometarios) de la propia vida en las redes sociales. El gran problema se hace grande si ‘se corta’ este hilo conductor de las relaciones sociales.
Dentro de las llamadas adicciones comportamentales no se incluye la nomofobia por considerar que faltan estudios suficientes que la avalen. Pero, aunque no está incluida, los criterios para poder diagnosticarla pueden basarse en la definición usada para las fobias:
• Miedo o ansiedad excesiva e irracional por no poder usar el móvil.
• Ser consciente de que no dispones de móvil causa una ansiedad inmediata.
• La persona reconoce que su miedo o angustia son desproporcionados (normalmente).
• Las rutinas y las relaciones interpersonales suelen verse afectadas por esta fobia.
Algunas de las señales a las que se recomienda estar atento especialmente en los adolescentes son:
• Revisar el móvil de manera compulsiva para comprobar las notificaciones.
• Mostrar enfado excesivo si se queda sin señal, por ejemplo, si falla la wifi, o si se le limita el uso del teléfono móvil en ciertas situaciones como vacaciones con la familia, tiempo de estudio…
• Dormir con el dispositivo muy cerca, pegado a la cama, en el suelo, debajo de la almohada, dentro de la cama.
• Malestar por no poder consultar el Smartphone de forma constante.
• Ponerse nervioso cuando alguien no contesta a un mensaje.
• Llevar encima cargadores portátiles cuando salen a la calle por miedo a quedarse sin batería.
• Presentar insomnio, pues la ansiedad constante de revisar el teléfono no deja a la persona descansar bien. En numerables ocasiones, muchas personas sacrifican horas de sueño para estar conectados.
• Bajo rendimiento escolar.
• No poder disfrutar de su tiempo de ocio sin tener el Smartphone en la mano, ya que cualquier actividad que no tenga relación con su teléfono le parece aburrida.
• Problemas de socialización.
Lo cierto es que es consecuencia de una adicción; y para contrarrestar los efectos aprender a controlar el uso del móvil o Smartphone es clave. Es importante aprender a manejar la ansiedad que aparece en esas situaciones en las que no podemos, no es conveniente o sería mejor no usar el móvil.
Acudir a un profesional especializado en dependencias, adicciones y en el tratamiento de la autoestima es necesario cuando las consecuencias de la adicción al móvil empiezan a alterar la vida de la persona, especialmente si es un o una adolescente.
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