Al leer en LIBRE el artículo de nuestro querido Reverendo Añorga no pude olvidarme de las líneas que escribí acerca del inolvidable Rolando y familia en mayo del 2009. Catorce años después quisiera compartirlas con los lectores de LIBRE.
Leonor y Aldo Seoane
New Jersey
Mayo 6, 2009
Demetrio Pérez
Director del Periódico “Libre”
Estimado Demetrio:
Con cuanta satisfacción y orgullo escribo estas líneas. Satisfacción por ver cómo el sacrificio y el trabajo de un hombre como Rolando Espinosa, no fue en vano. Tanto en Cuba como en el Exilio demostró su cubanía y sembró afecto y amor en toda su trayectoria y como bien lo expresó en este célebre pensamiento…
“Y cuando yo muera quiero que se diga de mí, que donde quiera que pude arranqué un cardo y sembré una flor. Rechacé el pecado y busqué contantemente a Dios.”
Pensamiento que para mí lo hace inmortal. Su vida la dedicó a luchar por la liberación de su patria y para ayudar al prójimo; esto no podremos olvidarlo nunca.
Los maestros no sólo en la Florida recibieron su reconocimiento y sus documentos, también aquí en New Jersey hay muchos maestros, quizás algunos ya retirados, que recibieron los documentos de sus manos y así pudieron trabajar en las aulas y ayudar a nuestros niños que estaban recién llegados a este gran país y no dominaban el idioma inglés.
“Honrar, honra”, dijo nuestro apóstol José Martí y en este momento todos los maestros cubanos en el exilio nos sentimos muy orgullosos y honrados por el querido e inolvidable “maestro de maestro”, Dr. Rolando Espinosa.
En especial me considero una privilegiada por haber sido parte de esta gran familia. Arminda, casi mi hermana, llevamos una amistad fraternal desde muy jóvenes, aún no había nacido Rolandito y ya compartíamos nuestras aspiraciones e ideales educacionales personales, así como políticos. Hoy al ver cristalizado el sueño de inmortalizar la memoria de Rolando, no me queda menos que dar gracias a Dios por todas las bendiciones recibida por esta familia.
En Miami, en el condado Dade donde tanto luchó, queda su nombre inmortalizado mediante una escuela que nos hará recordar para siempre el nombre de ese gran educador cubano que se llamó Rolando Espinosa.
A ti Demetrio agradecemos las hermosas palabras durante la inauguración de esta escuela, que sabemos que para ti es motivo de orgullo, ya que conocemos de la amistad que te unía al Dr. Rolando Espinosa.
Por todo lo anteriormente expresado doy gracias a Dios y a todas las personas que han participado para que esta escuela fuera una realidad.
Sin más, Atentamente
Leonor Seoane
Vicepresidenta Asociación Mujeres Martianas, New Jersey
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