Placa en honor a la industria ganadera en Universidad de Miami. “Cuando Cuba sea libre hay que volver a hacer floreciente la ganadería”

Written by Demetiro J Perez

26 de julio de 2023

POR GERMÁN ACERO E.  

Exclusiva para LIBRE

Con palabras muy elocuentes Arturo Riera habló de la floreciente industria de la ganadería en Cuba, por allá en la década del 50, cuando se exportaba ganado y carne a todos los países del mundo, incluyendo, los Estados Unidos.

“Cuba fue toda una potencia en esta industria tanto que enriqueció los sementales de Norteamérica donde la carne y el ganado eran muy apetecidos lo cual dejó millonarias ganancias a esta industria en la isla”, destacó Riera.

El tema fue abordado después de que se colocó una placa en el salón Roberto C. Goizueta Pavilón de la Universidad de Miami por la Asociación de Ganaderos de Cuba que, en aquel entonces fue la más grande y técnica del área.

Riera recordó que la importación de ganado vacuno en Cuba empezó en el siglo XVI cuando lo trajeron de La Española a la zona oriental de la isla, en las provincias de Oriente y Camagüey, principalmente.

“El crecimiento de la ganadería cubana tuvo un gran desarrollo hasta 1958 debido a la formación del BANFAIC, Banco de Fomento Agrícola e Industrial, que en aquel entonces era el principal”, reiteró Riera, quien es el presidente de la Asociación de Ganaderos de Cuba en Miami.

“A principios de la década del 1950, por el señor Felipe Pazos; este fue un banco que le prestaba dinero al campesino cubano, así él podía producir alimento para el pueblo. Dentro de esa idea estaba la ayuda a los colonos cubanos productores de carne que en ese tiempo habían más de 70,000”, añadió.

“Es bueno también recordar que el cubano era un gran consumidor de carne y en el 1958 Cuba tenía una res y media por cada habitante”, insistió Riera quien presidió el acto de la colocación de esa placa en el muro de “Cuban Heritage Collection”. 

“La producción de ganado vacuno estaba adelantada con las mejores técnicas suizas de inseminación artificial y la importación de sementales al precio de $100,000 cada uno para purificar la raza recordó el empresario cubano.

“Las razas que se desarrollaban eran la Angus, Charley y la Holstein. Las dos primeras para carne y la tercera para leche. La raza Angus, de exquisita carne, cuando pasaba de 600 libras empezaba a criar más grasa que carne por lo tanto se sacrificaba cuando llegaba a ese peso”, explicó. 

“La Charley, por el contrario, podía crecer hasta más de 900 libras manteniendo la buena proporción de carne y grasa, dando una carne de superior calidad. Esa era la que se consumía en los hogares cubanos”, sostuvo.

“La Holstein era puramente para dar leche. Cuba tenía plantas ordeñadoras automáticas con aire acondicionado y música para mayor rendimiento lechero. La leche en Cuba se vendía pasteurizada y homogeneizada y había toda la que se quisiera para negociar”, indicó.

“Del ganado vacuno se aprovechaba todo, se comía la carne, vísceras, la piel para hacer bellos artículos y hasta los cuernos para hacer utensilios. Cuando Fidel Castro tomó su sanguinario poder en Cuba, lo primero que hizo fue eliminar el BANFAIC, y robarse todo el dinero y crear el fatídico INRA, el cual no ayudó al campesino cubano nunca”, denunció.

“En 1958 la ganadería llegó a tener el segundo lugar de la economía cubana después del azúcar”, insistió Riera, tras aclarar que el surgimiento de la ganadería en Cuba se inició con la llegada de los colonizadores españoles, los cuales trajeron ganado mayor y menor de Europa, que fue soltado libremente en todo el territorio nacional”.

“Favorecido por el clima y la abundancia de pastos naturales, el ganado vacuno se reprodujo a un ritmo mayor que la apropiación y estabilización de las haciendas pecuarias, desarrollo que en aquellos primeros tiempos estuvo con frecuencia interrumpido por la extrema movilidad de los colonos”, aseguró.

“A mediados del siglo XVI la ganadería pasó a ser la actividad económica fundamental en la Isla, favorecida por sus características de satisfacer tanto las necesidades internas, como las demandas del comercio exterior”, enfatizó.

“Con la penetración política y económica de Estados Unidos en Cuba, se introdujo una nueva ganadería proveniente de Honduras, Puerto Rico y Estados Unidos, con la que se redoblaron las haciendas”, sintetizó Riera.

“En esa época se introdujo la raza Cebú (Boss Indicus), ya aclimatado en Jamaica y en el sur de Estados Unidos, que mostró rápida adaptabilidad a los rigores del clima tropical, además de ser un animal poco exigente en cuanto a mantenimiento”, enfatizó.

“Existía por lo tanto una cierta cantidad de ganado criollo, con un Genofondo productor de carne y leche, y excepcionales condiciones como animal de trabajo, surgido a partir de razas europeas traídas por los colonizadores españoles”, concluyó.

Y remató diciendo: “Cuando Cuba sea libre hay que volver a hacer floreciente la ganadería”.

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