Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE
Uno de los principales, influyentes y prestigiosos bufetes de abogados de la Cuba que se perdió en 1959, fue sin duda el de Lazo y Cubas, ubicado en el 9° piso o sea el Pent-house del Edificio Ámbar Motors en la calle 23 #55 en plena Rampa habanera. Recordemos que este edificio inaugurado en 1949 tenía también entradas por la calle Infanta y por la calle P.
El bufete fundado en 1927, era propiedad del Dr. Mario R. Lazo Guiral en sociedad con el Dr. Jorge E. de Cubas y de Mármol, quienes se conocieron en la Universidad de La Habana y ambos dirigieron su oficina legal por 35 años. En el bufete trabajaban por lo menos 35 abogados y 75 empleados.
Se especializaba en asuntos mercantiles y tenía fuertes lazos con empresarios norteamericanos dentro y fuera del país, además de una distinguida clientela cubana.
Los abogados más conocidos que formaban parte eran: Dr. Bernardo Figueredo Sanz, cuñado de Cubas; Dr. Ernesto de Zaldo Deschapelles, (hijo de Ernesto de Zaldo Ponce de León, presidente y propietario de Havana Coal Company, vicepresidente de Zaldo y Martínez, fábrica de abonos e importadores de maquinaria agrícola e industrial y almacén de ferretería, en Zanja #721 esq. a Hospital y en Calzada de Aldecoa entre Sta. Teresa y 47. Con intereses en el Central Isabel, en Godoy y Sayán así como en Oficina Aseguradora de Cuba. La familia Zaldo era de Sagua La Grande).
Dr. Sergio Méndez Peñate, Dr. Eugenio Desvernine, Dr. Jorge Hevia Díaz cuyo hijo el Dr. Jorge Hevia Inclán estaba casado con María Núñez García, hija del Dr. Emilio Núñez Portuondo y media hermana de Emilio Núñez Blanco (1925-2006) quien se casó con Mirta Díaz Balart luego que ella se divorció de Fidel Castro al enterarse que él la engañaba con Naty Revuelta; Dr. Francisco Figueroa Miranda, nieto de Miguel Figueroa, dirigente de los Autonomistas e hijo político de Alfredo Lombard Sánchez; Dr. Pedro Castillo Perpiñán, hijo del Dr. Pedro Castillo y casado con Julia María Falla Bulle (1932-2004) la hija de Miguel Ángel Falla Álvarez (1903-1973).
El Dr. Mario Roberto Lazo Guiral, nació el 21 de marzo de 1895 en Washington, la capital de EE.UU. Su padre José Antonio Lazo Arriaga (1857-1938) nació en Guatemala y su madre María Lorenza Guiral Domínguez (1863-1897) en La Habana. Su abuelo paterno, Luis de Jesús Lazo Ordaz nació en Honduras en 1823 al igual que su abuela Manuela Josefa Arriaga Medina (1831-1896). Su abuelo materno Antonio María Guiral y Poyo (1839-1877), su abuela María de la Concepción Domínguez y Cowan (1843) ambos de La Habana.
Sus cuatro tíos: Luis de Jesús, Felipa, Clotilde y Cornelio Lazo Arriga.
Sus siete hermanos: María Lorenza (1886-1886), Antonio Manuel (1887-1956), Luis Fernando (1888-1889), Blanca María (1890-1977), Jorge Guillermo (1891-1924), Julio Víctor (1893-1950) y Carlos Enrique Lazo Guiral (1897-1971).
Mario Lazo se graduó de Leyes en la Universidad de Cornell. Con el grado de capitán, formó parte del Ejército Expedicionario de EE.UU. en Francia durante la I Guerra Mundial.
Trabajó en una firma legal en Nueva York y en la enseñanza en Filadelfia.
Primo del Dr. Carlos Márquez Sterling (1898-1991) nacido Guiral y Márquez Sterling y del Dr. Enrique Guiral, abogado y político afiliado al Partido Liberal que estando detenido en la Cabaña contrajo una pulmonía y allí murió en 1961.
Lazo, el 30 de diciembre de 1925 se casó con Gertrude Minshall. Hopper (1900-1958) en Manhattan, N.Y. y fue la madre de sus hijos.
Al finalizar la guerra se trasladó para Cuba donde se graduó de nuevo en la cátedra de Derecho en La Universidad de La Habana.
Durante los 40 años que vivió en Cuba, visitaba constantemente la tierra de su nacimiento, renovando viejas amistades y trabando conocimientos con nuevas personas. Con motivo de su labor profesional, le resultaba imprescindibles entender las tradiciones, usos y fueros de ambos países, enfocando los distintos problemas que se presentaban, no sólo desde el punto de vista cubano, sino también desde la perspectiva estadounidense. Con miras a resguardar a sus clientes y amigos.
Gracias a su socio Jorge de Cubas a quien conoció cuando tenía 22 años, ya se había graduado de abogado y siempre había vivido en Cuba, en tanto Lazo había vivido sus primeros 30 en los EE.UU. Desde que conoció a Jorge, llegó a la conclusión que sí ambos aunaban experiencias y conocimientos de las tradiciones e idiosincrasia de los dos países, su asociación podría resultar eficaz. Al planteársela Jorge aceptó su proposición. Entonces alquilaron un pequeño despacho, amueblándolo con escritorios de segunda mano, una máquina de escribir y un solo archivo.
Desde entonces hasta abril de 1961 que el Dictador en Jefe dio al traste con el bufete Lazo y Cubas, su sociedad prosperó. Todos los años aumentaban su clientela y al producirse el cierre del bufete contaban con 22 abogados y 53 empleados, todos cubanos.
Sin duda la razón principal de semejante progreso en un período tan corto fue el talento excepcional, el excelente discernimiento y la amplia cultura y capacidad intelectual de Mario y de Jorge. Creo debemos agregar el haberse apegado a las más altas tradiciones profesionales en cuanto a organización y responsabilidad que Mario aprendió en el curso de su fugaz pero provechosa experiencia adquirida en uno de los mejores bufetes de Nueva York.
En incontables ocasiones Jorge y él discutieron acerca de las costumbres predominantes en Cuba y en los demás países de Hispanoamérica, contraponiéndolas a las de EE.UU. Esas discusiones se han prolongado hasta el final de sus vidas, sin dejar por ello de constituir una amena fuente de complacencia e ilustración.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el bufete Lazo & Cubas, representó los intereses del Gobierno de los EE.UU. en Cuba y en esa época negoció con el Gobierno de la Isla la instalación de las plantas de níquel de Nicaro y de Moa, la base aérea de San Antonio de los Baños. Luego más adelante el negocio de la construcción del Hotel Habana Hilton. También representaba los intereses de la poderosa United Fruit Sugar Company.
El Bufete era, además, el consejero legal de la Cámara de Comercio Americana de Cuba que agrupaba 180 firmas establecidas en el país (el 90 % de las existentes) y cuyo secretario era el Dr. Ernesto de Zaldo, uno de sus abogados.
Lazo y Cuba fue un importante intermediario entre el capital norteamericano, el cubano, el gobierno y la banca paraestatal de la Isla durante el boom hotelero de la década de 1950. Se destacó particularmente y gestó en la práctica ante Conrad Hilton el negoció del Habana Hilton, tratando de interesar primero al Gobierno de Cuba y los capitales nacionales y, al no tener éxito, gestionando el préstamo de la Caja de Retiro de los Trabajadores Gastronómico Cubanos que, finalmente lo financió aportando los $24 millones necesarios.
También gestionaron ante la banca paraestatal cubana el financiamiento para la construcción de otro gran hotel frente al Parque Central, pero tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 el proyecto fue abandonado.
Finalizando el mes de julio de 1951, Lazo recibió en su casa a Eduardo Chibás Ribas (1907-1951) quien unos días antes había acusado al Ministro de Educación del presidente Prío Socarrás, el Dr. Aureliano Sánchez Arango (1907-1976) de haber invertido millones de pesos malversados en Guatemala. Días antes, en su programa de radio Chibás, había anunciado que el domingo día 29 de julio exhibiría los documentos que sustentaban aquellos cargos.
Entonces, Chibás enterado que Lazo poseía información del viaje secreto del presidente Prío a Guatemala, en un avión militar y sin el consentimiento del Senado, como estaba acordado en la Constitución de 1940, fue a la casa del Dr. Lazo para obtener aquel importante testimonio.
Sentados los dos frente a frente en la sala de recibo del hogar de Lazo en el #2116 de la calle 150 en Marianao, Chibás le dijo: “Hábleme del viaje de Prío a Guatemala”. “Si tuviese un millón de pesos, Lazo, se lo daría a cambio de esa información porque me encuentro en uno de los momentos más difíciles de mi vida”. La información de Eddy era correcta, Prío había realizado ese viaje secreto, pero el mismo no se hallaba relacionado con los fondos malversados por Aureliano. El FBI había observado su llegada al aeropuerto de Ciudad Guatemala e informado a la Secretaría de Estado en Washington de que se había entrevistado a puertas cerradas con el presidente guatemalteco. Lazo le dijo que él no podía hablar sobre ese asunto sin violar el secreto profesional y que él mismo desaprobaría si lo hiciese. Chibás, bajó la cabeza y le respondió: “Sí, tiene razón, tiene razón”.
Como Lazo sabía que era cierto lo del viaje secreto se ofreció con Chibás acompañarlo a casa de su vecino (eran las 3 de la madrugada), un respetado industrial norteamericano y amigo íntimo del exembajador Spruille Braden (de 1942 a 1945) que los recibió en su terraza.
Luego de explicarle lo que Chibás necesitaba saber, el amigo y vecino de Lazo determinó llamar a Braden a Nueva York en la mañana. Luego su vecino lo llamó para decirle que había hablado con Braden y éste le enviaría a uno de los colaboradores políticos de Chibás una carta cuyo párrafo final diría lo siguiente: “Le diré de paso que he hablado con unos amigos de Guatemala que vieron al presidente cubano en esa ciudad”.
Cuando Lazo le informó a Chibás de todo aquello, se llenó de júbilo, porque estaba convencido que el testimonio de un exembajador estadounidense sería suficiente para acusar a Prío ante el Senado. El Dr. Lazo estaba ansioso por escuchar la charla dominical de Chibás aquel 5 de agosto de 1951, pero no hubo alusión alguna a corrupción, ni habló de Prío y terminó diciendo: “este es mi último aldabonazo” y en ese momento se disparó en el abdomen. Todo el país quedó sumido en el más profundo pesar. Murió el 16 de agosto, 11 días después.
Finalmente Dr. Lazo se pudo enterar que la carta esperada por Chibás, fue enviada al Dr. Herminio Portell Vilá, aunque dirigida a la Asociación Cultural Cubano Americana que como recientemente había trasladado sus oficinas a una nueva dirección, por eso la carta nunca llegó a su destino. Si Portell Vilá, amigo íntimo y colaborador de Eduardo Chibás la hubiera recibido, la historia hubiera sido distinta, porque Chibás no se hubiera suicidado.
Fulgencio Batista dio el Golpe de Estado a las 2 y 40 de la madrugada de 10 de marzo de 1952.
A las 4, una hora y 20 minutos ya el Dr. Lazo lo sabía a través de una llamada telefónica de uno de sus abogados. Deprimido y desanimado, le dijo a su esposa: “Este es un día funesto para Cuba”.
El Dr. Lazo se casó en 1954 con Carmen de la Guardia y Calvo que nació el 9 de enero de 1907. No he podido encontrar dato alguno sobre la terminación de su primer matrimonio.
El Dr. Mario Lazo recuerda en una ocasión en que habló con Eleanor Roosevelt (viuda de F. Delano) ésta le dijo: “los cubanos se hallan tan irremisiblemente hundidos en la miseria que quizás un gobierno socialista sería la mejor opción para ellos”. Fíjense lo equivocados que estaban muchos norteamericanos y los políticos ineptos sobre la realidad económica cubana.
Cuando Cuba en 1956 poseía 3 veces más líneas de ferrocarriles por km² que los EE.UU.
Las leyes laborales cubanas en 1958 eran más avanzadas en casi todos los aspectos que las que regían en los EE.UU., por ejemplo, un mes de vacaciones pagadas para todos los trabajadores, salarios mínimos, jornada laboral de 8 horas y una tarifa de hora y media por cada hora suplementaria, semana de 44 horas con 48 de salario, beneficios de seguridad social, maternidad y accidentes y la disposición de que ningún trabajador podía ser despedido, excepto por alguna causa establecida.
Durante la campaña presidencial de 1960, el senador demócrata John F. Kennedy afirmó en un discurso en Cincinnati que las compañías norteamericanas dominaban la economía cubana, cuando la realidad era que solo el 5% del capital invertido en Cuba era norteamericano y de una fuerza de trabajo de 2 millones aproximadamente, solo poco más de 70,000 eran obreros y empleados de empresas norteamericanas.
Cuando Batista tomó el poder en 1952, la construcción privada sumaba $53 millones anuales y la pública $76 millones. En 1957, las cifras eran $77 y $195.
En 1957, cinco nuevas fábricas de papel y cartón de bagazo se hallaban en vías de construcción. Owens-Illinois construyó una planta con capacidad de cubrir las necesidades del consumo nacional de botellas y otros envases de vidrio. Reynolds Aluminio edificó una planta para producir papel y envases de aluminio.
El Bufete Lazo & Cubas estaba encargado de mantener los contactos oficiales para la construcción de una segunda planta de níquel y cobalto en la parte norte de Oriente. Una vez terminada Cuba hubiera sido el mayor productor de níquel del mundo y el primero en el hemisferio occidental en cobalto. Recuerden que el níquel es importante para fortalecer el hierro. El proyecto representaba una inversión de $115
millones.
Cuando el bandido de Birán tomó el mando, la planta fue desmantelada. Así como la de Nicaro, que era propiedad del gobierno de EE.UU.
Cubas y Lazo intervinieron decisivamente en el proyecto de constru-cción del Habana Hilton, una inversión de $24 millones, resultando en ese momento la mejor edificación de toda Hispanoamérica. A mediados de 1950, había 25,000 maestros en las escuelas públicas y 3,500 en unos 900 colegios privados legalmente reconocidos. Las tres universidades estatales totalizaban unos 20,000 alumnos. Los centros privados de enseñanza, incluyendo tres universidades, tenían más de 100,000 alumnos. Cuba tenía casi el doble de médicos en relación con su población que la de los EE.UU.
Durante sus últimos 10 años de residencia en la Isla, el Dr. Lazo consiguió trabajo para más de 1,000 cubanos en compañías estadounidenses por ser muy deseadas por el solicitante cubano de acuerdo a los beneficios que recibían.
Según Lazo, Ángel Castro Argiz, el padre de la víbora, cuando murió en 1956 a la edad de 86 años, dejó una fortuna de más de medio millón de pesos (dólares) aunque era un ser repudiado por su concubinato y amancebamiento con escándalo. Lazo afirma que el gallego Castro casado en 1911 con María Luisa Argota Reyes (Guaro 1890) una maestra mulata que le dio 5 hijos, trabajó desde 1904 hasta 1918 para la United Fruit, una compañía cliente de su bufete. Trabajaba como peón de vías férreas y posteriormente cavando zanjas de desagüe en los cañaverales. Casi siempre descalzo o en alpargatas.
Con lo ganado como peón, levantó unos bohíos y compró una fonda en el poblado de Guaro, vendiéndolos a la compañía en 1920 por $5,000. Luego empezó a venderles leña a la Cía. para las locomotoras, pero cuando los encargados se enteraron, que cortaba árboles de bosques ajenos, le terminaron las compras.
A mediados de la década de 1920, Ángel inició un negocio de tiro de caña junto con un sujeto llamado Francisco Calderín, alias Virulilla. La West Indies Sugar Company descubrió que estaban robándose los sacos de azúcar y llevándolos para la finca Manacas del gallego Castro, pero solamente fue acusado Virulilla y condenado a varios años de prisión. Luego Castro logró, pagando una buena suma de dinero que lo indultaran. Se sabía que sus balanzas siempre estaban desniveladas a su favor y que extendió ilícitamente los límites de su propiedad, en perjuicio de sus vecinos. Además, no era raro que el ganado vecino fuera a parar al lado de la cerca de sus tierras.
Al emplear a la joven sirvienta Lina Ruz González, el gallego Ángel no tardó en seducirla. Cuando la mulata Argota se dio cuenta del engaño se fue para Santiago de Cuba con sus hijos. Lina tuvo 7 hijos con el gallego, luego de haber nacido todos ellos es que Ángel se divorció de María y se casó con Lina. Un mayoral de la finca contigua a Manacas afirmó que Lina tenía ascendencia china, de aquí los rasgos faciales de algunos de sus hijos.
Gustavo Hevia, uno de los amigos íntimos del Dr. Lazo le contó que cuando visitó la casa de la familia en Birán, la casa carecía de ducha y para él le instalaron una regadera en el rincón de un retrete contiguo a su habitación para con una cuerda atada al surtidor pudiera inclinarla hacia abajo. La única cama de la casa que tenía sabanas y almohadas era la suya. La familia Hevia poseía propiedades contiguas a la finca de los Castro. Cuando la familia compró una tienda, fue Lina la que se encargó de dirigirla y casi siempre con revolver al cinto.
Durante el año 1958, Mario Lazo utilizó la valija diplomática de un país europeo para enviarle informes al FBI.
Algunos funcionarios del Servicio Exterior, representantes del FBI y de la CIA a veces pasaban los fines de semana en la casa de Lazo en Varadero.
El Dr. Mario Lazo fue quien le informó al embajador americano Earl Smith la noche del 27 de noviembre de 1958 que iba a venir William Pawley a hablar con Batista para que se marchara y dejara a cinco destacados cubanos al frente de un gobierno provisional.
Según describe el Dr. Lazo en su libro Cuba traicionada, Daga en el Corazón, en la página 235, en su discurso del 2 de enero de 1961, FCR exigió a la embajada de EE.UU. que, en un plazo de 48 horas, redujera a 8 los miembros de su personal. Los acusó de tener 300 funcionarios norteamericanos, de los cuales un 80% eran espías del FBI y de la CIA. En realidad, la embajada tenía 75 funcionarios estadounidenses y 200 empleados cubanos. Así fue como los EEUU se vieron obligados a romper relaciones diplomáticas con Cuba a las 8 de la mañana del 3 de enero de 1961.
La prensa siempre tirando a la zurda, en octubre de 1960 el Hispanic American Report, una revista publicada en la Universidad de Stanfort en California informó sobre los campamentos en Guatemala. También en el periódico guatemalteco La Hora y en noviembre en The Nation. El 22 de diciembre el Mirror de los Angeles informó a sus lectores sobre las actividades que estaban en curso en Guatemala. Un representante del Post Dispatch de San Luis, Missouri, visitó Guatemala y confirmó la existencia de los campamentos de lo que sería la Brigada 2506.
El 6 de enero la revista Time informó que la CIA estaba proporcionando ayuda financiera calculada en unos $500 mil al mes a las organizaciones de la resistencia cubana.
El 10 de enero de 1961, The New York Times prestó otro servicio a los castristas cuando publicó un reportaje fechado en Guatemala, afirmando que un contingente anticastrista estaba siendo adiestrado en las montañas cercanas al Pacífico, mostrando en un mapa la localización exacta del centro de instrucción.
La primera arremetida frontal de FCR contra los EE.UU. ocurrió el 26 de octubre de 1959 en un discurso frente a un inmenso público, Lazo estaba seguro que lo hizo después de haber sido autorizado por Moscú.
En 1958 el director de la CIA, Allen Dulles, le aseguró al presidente Eisenhower que comunistas y ultra radicales habían infiltrado el M26 de Julio. Además, uno de los consejeros del presidente, el Sr. William D. Pawley le planteó muchas veces el apoyar a Batista, porque pese a sus defectos, representaba el mal menor.
Pero el presidente se enojó al recibir con tanto retraso el informe de la CIA, rechazando la recomendación.
La CIA y el Dpto. de Estado estaban enterados del radicalismo de Castro desde que con 21 años comenzó a agitar contra el imperia-lismo yanqui, durante los sucesos del llamado bogotazo de 1948 en Colombia.
Lewis Lapham, presidente de la línea de vapores Grace Line le había pedido al Dr. Lazo que indagara la posibilidad de que La Habana sirviera de puerto de parada para los nuevos buques de la compañía. En una entrevista que el Che Guevara le concedió al Dr. Lazo, a comienzos de 1960 al explicarle esos planes, a Guevara no le interesó en absoluto la idea, planteándole que a ellos no les interesaba servicios de vapores con los EEUU, pues esa dependencia había esclavizado a Cuba anteriormente. “Le dijo que los soviéticos liberaban no esclavizaban y que él como abogado de la embajada americana, debería saber que el gobierno revolucionario de Castro y el imperia-lismo yanqui estaban empeñados en una lucha a muerte y tanto Ud. como yo sabemos que uno de los dos debe perecer en la lucha”.
En la mañana del 17 de abril, Lazo fue arrestado por tres agentes del G2 en su casa de Varadero e internado en varios lugares, uno de ellos fue el estadio Palmar de Junco de Matanzas. Su esposa Carmen había seguido en su auto al carro patrulla donde se lo llevaron. El día 21 le comunicaron que iba ser fusilado, no se le ocurrió intentar huir, pero permaneció sentado durante una hora, pensando en Carmen y en sus hijos Sandra, Mario y Donald, en sus únicos hermanos vivos Blanca María y Carlos Enrique. Entonces llegó un capitán que le ordenó seguirle, los guardias abrieron las pesadas puertas y en aquel momento, de la sombra del muro surgió su esposa Carmen y sus colegas Eugenio Desvernine y Ernesto de Zaldo, socios de su bufete.
Entonces el capitán le dijo que había sido puesto en libertad y que podía irse. ¿Cuál fue la razón? Él cree fueron varias, primero Carmen consiguió con un médico amigo un certificado médico falso, planteando que estaba bajo tratamiento de insulina. Además, la coincidencia que al llegar Carmen frente al jefe del G2, éste estaba contento por acabar de recibir la noticia del triunfo sobre los invasores y la orden de trasladar a los prisioneros para, una granja avícola abandonada.
Se fueron los cuatro hacia su casa de Varadero, pero a la mañana siguiente, la jugarreta de Carmen fue descubierta y lo estaban buscando nuevamente por lo que decidieron entrar en la embajada de Italia. Aquella noche dos de sus mejores amigos americanos Louise y Gilbert Smith también se refugiaron en la embajada italiana. Después de una semana la embajada estaba tan repleta que Carmen y Mario decidieron abandonarla y bajo nombres supuestos se metieron en una clínica de un amigo.
Varias semanas más tarde, a finales de mayo de 1961, los dos pudieron escapar a bordo de un barco de carga en una forma dramática.
El destacado abogado cubano Mario Lazo escribió un libro cáusticamente titulado Daga en el Corazón. Allí escribió: “La derrota de Bahía de Cochinos fue totalmente autoinfligida en Washington, Kennedy dijo la verdad cuando su responsabilidad fue públicamente aceptada. El heroísmo de la asediada Brigada 2506 había sido traicionada para causar la derrota, la muerte para muchos de ellos, con largas y crueles prisiones para el resto. El pueblo cubano y las naciones latinoamericanas, ligadas a Cuba por miles de sutiles lazos de raza y cultura, quedaron con sentimientos de asombro y desilusión, y en muchos casos desesperación. Siempre habían admirado a los EE.UU. como fuerte, rico, generoso, pero ¿dónde estaba su sentido del honor y la capacidad de sus líderes? El error de los cubanos luchadores por la liberación fue que estimaron demasiado a EE.UU. Creyeron hasta el final que no los defraudaría”. ¡Pero así fue!
Según, el documento de HSCA (26/sept/1978) Mario Lazo calificó la crisis de los misiles de octubre de 1962 como un «golpe desgarrador».
El Dr. Jorge E. de Cubas y de Mármol nació en 1895 y era vicepresidente de los Ferrocarriles Consolidados de Cuba y de la Compañía dueña de los Centrales Jobabo y Jatibonico.
De Cubas participó en el Primer Congreso de Estudiantes en 1923 dentro del ala derecha junto a Emilio Núñez Portuondo, Herminio Portell Vilá, Eduardo Suárez Rivas y otros. En 1931 fue director del periódico El Mundo. Era el consejero legal de la Cámara de Comercio Americana de Cuba, la cual agrupaba 180 firmas norteamericanas establecidas en el país, o sea el 90% de las existentes. El secretario era el Dr. Ernesto de Zaldo, uno de sus abogados.
Los Ferrocarriles Consolidados de Cuba, era uno de los dos grandes consorcios ferroviarios del país, operaba desde Las Villas hasta Oriente con 1,900 Km. de recorrido, más de 12,000 empleados 2,727 obreros e integrado por Compañía de Ferrocarril de Cuba, Ferrocarriles del Norte de Cuba y Compañía de Ferrocarriles de Guantánamo y Occidente.
Su capital suscrito era de $39,803,000 de los que $30,507,00 estaban emitidos por 304,735 acciones preferidas.
Notas desclasificadas sobre el Dr. Mario Lazo Guiral
Luego del incidente de Watergate, el 13 de julio de 1972, Mario Lazo es identificado en la prensa como un abogado que vicvía en Norfolk, Connecticut, que representó a los estadounidenses en Cuba y fue contacto no oficial de la Estación de La Habana (léase CIA) y que ha estado en contacto frecuente con la Agencia a lo largo de los años, y fue considerado para su uso como observador en 1962. En noviembre de 1971, Lazo era de interés para la Oficina del Servicio de Contactos Domésticos de Boston, pero sin ninguna relación oficial con la Agencia.
Bernard L. Barker (1917-2009, un americano nacido en Cuba) un activo operativo de la estación de La Habana, se encontraba en el área de Washington DC por sugerencia del Sr. Howard Hunt, en un esfuerzo por resolver su estatus de ciudadanía, según el propio Barker, su caso se convirtió en objeto de rencor personal por parte de un oficial anónimo de la Embajada, quien tomó medidas para revocar la ciudadanía en base a su membresía en la policía cubana. En un esfuerzo por rectificar su situación, Spears, el representante del FBI en la Embajada, lo envió al Dr. Mario Lazo, para preparar el caso para una súplica para recuperar la ciudadanía, Barker fue presentado a la CIA, La Habana, por Lazo, quien era amigo de James Noel).
Según recuerda Bernard L. Barker esto ocurrió en 1953. El Dr. Lazo compiló un archivo formidable sobre Barker y estaba en comunicación con una firma legal de Washington DC, que Barker recuerda vagamente como la de Edward Bennett Williams (1920-1988, un abogado famoso por haber defendido legalmente personas muy importantes), para recuperar la ciudadanía de Barker, gracias a eso, Barker viaja con un pasaporte cubano y se encontraba en los EE.UU.
En carta del 2 de julio de 1974 sobre posibles testigos en el caso de EE.UU. contra John D. Ehrlichman (1925-1999) consejero de Richard Nixon y relacionado con Watergate, Mario Lazo aparece que fue contactado varias veces entre marzo y agosto de 1971 para obtener información sobre destacados cubanos que él conocía personalmente.
El Dr. Lazo era muy amigo de Spear, agregado legal de la embajada de EE.UU. en La Habana y alto miembro del FBI, a cargo de las operaciones en Cuba.
El Dr. Lazo durante muchos años representó como abogado, al Departamento de Justicia de los EE.UU. en Cuba.
En 1964, fue descrito como un «ex abogado de La Habana que está muy bien informado sobre los asuntos del exilio cubano y tiene fuentes de información dentro de Cuba». Mario Lazo era un abogado bien conectado, cuyo bufete de abogados, según un memorando del FBI de enero de 1966, manejó los asuntos de la Embajada de EE.UU en La Habana durante muchos años.
El Dr. Lazo vivía en Golf Drive en la ciudad de Norfolk en Connecticut cuando tuvo que ingresar en el Doctor Hospital de Henrico área de Richmond, Virginia. Padecía de un cáncer esofágico que le produjo metástasis hepática, muriendo el 25 de marzo de 1976 a los 81 años.
Al año siguiente falleció su hermana Blanca María, la última de su familia en morir. Carmen su segunda esposa, falleció en Potomac el 27 de junio de 1996.
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