El reciente revuelo publicitario que ha actualizado la existencia y expansión de la base de espionaje auditivo, y de otras ventajas tecnológicas, instalada en Cuba, nos ha hecho creer que se trata de un nuevo acontecimiento en el tejido conspirativo entre China y Cuba. No es cierto. La trama viene de lejos. Y Estados Unidos, aunque, por razones desconocidas, lo ha mantenido en cierto confuso secretismo, lo cierto es que, desde muy temprano, ha conocido de la existencia de este enlace de China con Cuba por más de 20 años.

Estos esfuerzos de espionaje por parte de los chinos comenzaron en serio después del colapso de la Unión Soviética, cuando se creó un vacío, en el mundo comunista, dejando al régimen de Fidel Castro desprovisto del apoyo económico que le proporcionaban los soviéticos desde principios de los años 60s.

El Partido Comunista Chino se apresuró a llenar el vacío creado por el desmantelamiento del comunismo soviético, y rápidamente trató de aprovechar la oportunidad de reemplazar a Moscú como el nuevo salvavidas de Cuba, usándola como una línea frontal antiamericana al servicio de los intereses chinos.

Como resultado, Beijing y La Habana, por las últimas dos décadas, han firmado un número de convenios, algunos secretos y otros públicamente conocidos, mediante los cuales, China ha modernizado el obsoleto sistema armamentista soviético, existente en Cuba, con armamentos y sistemas de telecomunicaciones técnicamente avanzados.

No ha sido un secreto para nadie, y mucho menos para la inteligencia americana, que China ha estado utilizando a Cuba para sus actividades de espionaje en nuestro hemisferio. Tampoco ha sido un secreto que China ha estado armando al régimen cubano desde el 2001; y que, el departamento de Estado, inexplicablemente, con gobiernos demócratas y republicanos por igual, ha ignorado este abierto reto a nuestra seguridad nacional, a una distancia que no va más allá de nuestras narices.  

No deja de ser sorprendente el hecho de que este flujo de armas chinas hacia Cuba, que está en directa violación con numerosas sanciones americanas, haya sido tan notoriamente soslayado por nuestros servicios de inteligencia, como si no fuera un asunto de vital importancia. Mucho de este armamento ha sido transportado abiertamente, y otros, más ocultos, a través de falsas documentaciones, declarándolos como productos comerciales en las grandes compañías navieras chinas. 

Los chinos, en estas actividades, han mostrado un evidente desdén por las consecuencias negativas que pudieran tener para su reputación en la comunidad internacional.

Estas tropelías chinas han sido expuestas en varias ocasiones. Una de ellas en marzo del 2015, cuando un barco mercante de la compañía china “Cosco” hizo una escala en un puerto de Colombia, vía Cuba, y al ser abordado por agentes aduaneros, se descubrió una larga cantidad de armas, entre ellas, 3,000 proyectiles para cañones; 90 rockets; 100 toneladas de dinamita y 2.6 millones de detonadores fabricados por la empresa Norinco, controlada por el Partido Comunista.

Todo este arsenal fue falsamente camuflajeado y declarado como mercancía comercial.   

Al margen del potente simbolismo político que representa una base de espionaje instalada a 90 millas de las costas de Estados Unidos, en el terreno de la seguridad práctica, esta base por su posición geográfica es de un orden sumamente serio, porque, es, precisamente en Florida, donde se encuentran tres importantes comandos de combate para operaciones militares globales, y el Comando Central para operaciones especiales localizados en Tampa y Doral. Además, también funcionan en Florida, la Cuarta Flota del Navy, en Mayport, y la más grande Estación Aérea Naval in Jacksonville, con la principal base de entrenamiento de pilotos del Navy en Pensacola.

Como se puede apreciar, la base de espionaje manejada conjuntamente por Cuba y Beijing, puede, fácilmente, interceptar comunicaciones sobre el tráfico y la logística de las operaciones de estas instalaciones militares con enormes riesgos para esta nación. 

Y hay algo más: el peligro se extiende a los programas de investigación y lanzamientos espaciales de Cabo Cañaveral cuya vulnerabilidad es evidente.

En medio de esta extensa concentración de facilidades militares con sede de altos comandos de las fuerzas armadas del país, es lógico asumir que, para los chinos, como antes para la Unión Soviética, Cuba era, y es, el blanco ideal para el ejercicio de sus actividades de espionaje.

Sí, el espionaje chino en Cuba viene de lejos. Y por los últimos 20 años, ambos partidos políticos, han sido, por igual, indolentes ante una amenaza de magnitud no menor, que nunca debió haber sido desestimada, como desestimados han sido los globos espías volando sobre el territorio nacional, que fueron descubiertos, no por nuestros servicios de inteligencia, sino por ciudadanos americanos en tierra, que, alarmados, observaron los artefactos volando y lo reportaron a distintos periódicos. 

El Partido Comunista chino, que es equivalente al gobierno chino, ha mostrado, en incontables ocasiones, su agresiva actividad de espionaje, que es parte integral de sus ambiciosos planes para la dominación global.

¿Es demasiado tarde para detenerlo? Probablemente no. Pero se ha perdido mucho, demasiado tiempo, y éste, es el momento de recuperarlo. 

Al terminar esta columna, el FBI anuncia que el Partido Comunista chino ha infiltrado células en empresas americanas con el objetivo de espiar sus secretos y funcionamientos, para apoderarse, robarse, la propiedad intelectual de esas compañías, como lo han venido haciendo por más de 30 años impunemente.

Si esta nación no encuentra la forma de detener la agresividad y maliciosa conducta china, enfrentaremos graves consecuencias a lo largo del camino.

BALCÓN AL MUNDO

Dmitry Medvedev, un ex presidente ruso tan mendaz, tramposo y truculento, como Putin, aunque tal vez no tan asesino, acaba de pronosticar que la Tercera Guerra Mundial se acerca. Se le olvidó decir que muchos países desaparecerán a consecuencia del holocausto, siendo el suyo, Rusia, el primero en esfumarse de la faz de la tierra.

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 En la reunión de la OTAN celebrada la semana pasada en Vilnius, Lituania, salieron triunfante Ucrania, Estados Unidos y la organización internacional por sí misma, al ofrecer, no una inclusión inmediata a Ucrania, pero sí una invitación para un futuro, probablemente después de la guerra, y una garantía de continuo apoyo militar. Inevitablemente, a su debido tiempo, Ucrania se unirá a Finlandia y Suecia en la OTAN y también en la Unión Europea. Y Europa terminará más fortalecida que nunca.

  Otro triunfo fue el de Suecia, cuya aprobación para ingresar a la OTAN quedó prácticamente garantizada con la aprobación de Turquía. Erdogán, un político muy astuto, salió airoso con su chantaje, para aprobar la admisión de Suecia. Por fin, Estados Unidos, a cambio de su voto en la OTAN, le venderá los F16. 

Los grandes perdedores Vladimir Putin y Rusia.

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  En el mundo de las repúblicas bananeras, todo sigue igual. Maduro inhabilita a potenciales candidatos, locales, nacionales y presidenciales, porque sabe que, en unos comicios honestos, el oficialismo sería derrotado, y en un encuentro contra María Corina Machado, perdería la presidencia.

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La inflación en Estados Unidos comenzó su ansiado descenso. En junio llegó al 3%, algo que no se veía desde el 2020 cuando disfrutábamos del 2% en una economía muy estable. Pero, llegó el Covid-19 y todo cambió. Probablemente para finales del 2024, volveremos a ver otra vez el 2% de inflación que es el blanco de la Reserva Federal.