Carlos Manuel de Céspedes: De Yara a San Lorenzo

Written by Libre Online

30 de mayo de 2023

Por Enrique Ros †

La Lealtad y la perfidia.  El brigadier de Cambute. El Médico de Jiguaní

Esta obra aporta datos concretos sobre actos, algunos censurables; los más, admirables, de los hombres que participaron en aquella gloriosa gesta.

Cambios en los mandos militares

(IX de X)

LAS PRIMERAS 

EXPEDICIONES: 

EL GALVANIC Y OTRAS

Al desembarcar el Conde Valmaseda por Vertientes para dirigirse a Puerto Príncipe y Nuevitas ya Manuel de Quesada  (se había expatriado y servido en el ejército mexicano junto al Presidente Benito Juárez enfrentándose a los invasores franceses que respaldaban al emperador Maximiliano) se encontraba en Nassau organizando la primera expedición que llegaría luego a playas cubanas.

Adquirió Quesada de su primo Enrique Loynaz el pailebote Galvanic (En el Galvanic se cargaron 2,540 fusiles, 150 rifles Spencer, 500,000 tiros, 200,000 cápsulas metálicas, un cañón mediano, 300 granadas y mucha pólvora. El Cónsul de España denunció la intentona del Galvanic «pero los ingleses se limitaron a poner una fianza de 10,000 pesos al pailebot, importe que fue abonado por Martín Castillo» (Fuente: Jorge Navarro Custin, Revista Rumbos, mayo-junio, año 2001) matriculado en Nassau que enarbolaba la bandera inglesa, situación que aprovechó el Comité Revolucionario de La Habana para enviar a Nassau a un grupo de jóvenes entre los que se encontraban Julio Sanguily, José María Aguirre, Ramón Pérez Tru-jillo, Francisco La Rúa, Cristóbal Mendoza, Rafael Morales, José Payan, Antonio Zambrana y los hermanos Betancourt para que se incorporaran a las fuerzas de Quesada. El Galvanic desembarcó en la Guanaja, en la costa norte de Camagüey, el 28 de diciembre de 1868.

Días después, el 17 de enero de 1869, con el capitán Alberto Agüero como jefe de tierra, llega el Galvanic nuevamente a las costas cubanas. Desembarca en Cayo Romano pero al acercarse una nave de guerra española sólo pueden desembarcar 9 de los 33 expedicionarios entre los que se encontraba Manuel Sanguily. Varios de éstos pudieron incorporarse a las fuerzas insurrectas.

Doce meses después, desde Nueva York, la Junta Revolucionaria organiza otra expedición comandada por Francisco Javier Cisneros, en el vapor Mary Lowell, que no puede desembarcar al ser apresada en Las Bahamas. Venía en ella Thomas Jordán que pronto ocupará, por muy breve tiempo, el más alto rango militar en el Ejército Libertador.

Continúan los esfuerzos. Una expedición de gran importancia desembarca en mayo de 1869 por la costa sur de Oriente comandada, precisamente por Jordán, y la que es recibida por José de Jesús Pérez. Es la expedición del Perrit a la que nos referimos separadamente. En la misma fecha, por la Guanaja, en la costa norte de Camagüey, arriba sin contratiempos, en el vapor Salvador la expedición del Coronel Rafael de Quesada que había partido de Nassau con 129 hombres, entre ellos William A. Ryan con experiencia militar en la Guerra de Secesión norteamericana. Los expedicionarios se incorporaron a las fuerzas insurrectas.

No tuvo la misma suerte la expedición del Grapeshot, que antes habíamos mencionado, organizada por la Junta Central Republicana de Cuba y Puerto Rico comandada por el Coronel Francisco León Tamayo que el 31 de mayo llegó a Baitiquirí, en Guantánamo pero sorprendidos por tropas españolas perdieron gran parte del material de guerra que habían desembarcado. No tuvo éxito tampoco la próxima expedición organizada por aquella institución que estaría al mando de Domingo Goicuría cuyo barco, el Catherine Whiting, fue detenido por las autoridades norteamericanas en New Haven; pero sí llega felizmente el 10 de agosto a un punto cerca de Cabo Cruz el pailebot comandado por Ignacio Alfaro en operación organizada también por la Junta Central Republicana.

Se prepara ahora una nueva expedición. Una de las mayores, que culminará en un doloroso desastre. Es la de Lillian, con más de cuatrocientos hombres y cuatro mil armas, artillería y parque. Estará al frente de ella Domingo Goicuría y frente a Holguín, en la costa norte de Cuba, agotado el combustible, deciden no realizar el desembarco. Regresan a Nassau, dejando en uno de los cayos cercanos al mayor número de expedicionarios, donde los recogerían al volver el Lillian con destino a Cuba; pero al llegar a Nassau el barco es apresado y se pierde gran parte del cargamento. (Una goleta rentada allí pasó al cayo a recoger a los expedicionarios que allá se encontraban).

Va finalizando el año 1869 y sigue aquella Junta Central mostrándose como la más tenaz organizadora de expediciones hacia Cuba, algunas de ellas fallidas, como ésta que el 23 de octubre partió de Jacksonville en el Lillian con 410 hombres que representaría la mayor de las expediciones de la Guerra de los Diez Años. Venían en ella Juan Clemente Zenea, Ramón Roa, (nació en Cimentes el 22 de noviembre de 1844. Después del Lillian desembarcó por Casilda en septiembre de 1870 en la expedición del Salvador, luchando en Las Villas y, luego en Camagüey. Participó en el encuentro de Jimaguayú donde murió Ignacio Agramonte. Peleó después a las órdenes de Máximo Gómez y de Julio Sanguily. Participó en las negociaciones del Pacto de Zanjón y, posteriormente, aceptó una posición en el gobierno español. Su libro «A Pie y Descalzo» le ocasionó una seria diferencia con José Martí que fue luego superada. No participó en la guerra del 95).

Juan Arnao, (nacido en Matanzas el 17 de septiembre de 1812 cooperó con las conspiraciones y expediciones de Narciso López. De regreso de la frustrada expedición del Lilliam siguió trabajando con los emigrados cubanos en Nueva York pero no participó en la lucha armada en la isla).

Ricardo Trujillo, (nacido en Las Villas el 13 de septiembre de 1853, luego de la frustrada expedición del Lilliam, formó parte de la fatal tercera expedición del Virginius pero pudo escapar, incorporándose a las fuerzas del Teniente Coronel Cecilio González. Luego participó en la Guerra de Independencia). Por falta de carbón fue apresada por las autoridades de Nassau sin poder llegar a Cuba.

Goicuría contrata una nueva embarcación, febrero 10, 1870 el Herald de Nassau, desembarcando cerca de Gibara donde se enfrenta, de inmediato, con fuerzas españolas y logra, con media docena de expedicionarios, incorporarse a las fuerzas cubanas.

(Continuará la semana próxima)

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