Los educadores tratamos de fomentar el espíritu en la lectura de una forma amena y divertida en los niños. 

Sus primeros años darán forma al resto de sus vidas y es importante encontrar modos de enseñanza amenos e interesantes para ellos. Estas serán sus primeras experiencias en este campo y contar con una literatura diversa para la comprensión en la primera etapa de crecimiento y desarrollo es fundamental. 

Es el tiempo donde se podrán formar fuertes bases lingüísticas y cognitivas en el entorno de abrir nuevas experiencias enfocadas en el interés sobre la misma. 

Esto se inicia en las edades tempranas y será perecedero para sus estrategias futuras donde podrán constituir un momento único del crecimiento en que el cerebro se desarrolla notablemente. 

Durante esta etapa, ellos reciben una mayor influencia de sus entornos y contextos. La capacidad futura en su aprendizaje dándoles la oportunidad a una ventana infinita engrandece el comportamiento que seguirán en sus vidas.Aquí es donde reciben las mayores influencias y comienzan a definirse como adultos equilibrados; el aprendizaje lingüístico y literario les ofrece la oportunidad de comprender qué tipo de adultos pueden llegar a ser teniendo el conocimiento sano del desarrollo y éxito.

Con los indicadores de desarrollo, los educadores buscarán estrategias concretas ya que cada estudiante tiene una forma diferente de aprender y comprender a ampliar sus habilidades. 

La lectura les ayuda a expandirse y a mejorar su capacidad de pensar con claridad, ya que las historias muestran a sus cerebros a pensar en orden tras reconocer significados. De esta forma serán buenos lectores en el futuro e implicarán ventajas estructuradas, un pensamiento lógico, mejor capacidad de atención, expresión y el uso de nuevas palabras, cualidades cuales dejarán fluir la imaginación.

Si los padres se involucran, abrirán una experiencia única y beneficiosa para sus hijos.

Leticia Prado

Miami, Fl.