SI PERDEMOS EN UCRANIA…

Written by Libre Online

24 de enero de 2023

(I de III)

Muy apreciado señor Pérez:

Desde hace numerosos años soy asiduo lector de su valioso periódico, uno de los pocos en Miami que aún nos brindan ameno e instructivo material de lectura. Usted se ha ganado mi aprecio sincero a través de su ejemplar medio impreso.

Sin embargo, he notado que, al igual que la gran mayoría de la prensa escrita, radial y televisada, las noticias que aparecen sobre la decisiva guerra de Ucrania han decaído a un segundo o tercer plano en muchos casos, y, en otros, a niveles todavía inferiores. Es necesario mantener en plena vigencia editorial las noticias sobre la brutal embestida rusa contra una nación independiente, soberana y pacífica, cuyas fronteras fueron aceptadas y legitimizadas por todas las naciones, incluyendo a Rusia, en 1991. 

No pueden ignorarse las acciones de una nación autocrática (así le llaman ahora a los «comunistas» del siglo veintiuno), cuando quebranta todas las leyes y normas internacionales, desacata las fronteras de los países del orbe y viola todos los preceptos de las Naciones Unidas. 

En otras palabras, su actitud marca una conducta agresiva, expansionista y totalmente irrespetuosa hacia las demás naciones del mundo. Y es doloroso escuchar aún algunas voces que intentan desconocer los acontecimientos de las últimas décadas para afirmar olímpicamente que «Ucrania es Rusia». Ese increíble disparate sería lo mismo que afirmar que los Estados Unidos es Inglaterra, o que la América Latina es España, o que Brasil es Portugal. 

A ningún país del mundo se le ocurrió revertir la independencia de una colonia, o un territorio cuya soberanía fue reconocida por toda la comunidad de naciones y por la misma nación que le dejó libre. A Inglaterra no se le antojó la inverosímil idea de formar una nueva flota para atacar otra vez a sus antiguas colonias de Norteamérica, ni a la corona Española se le ocurrió formar un nuevo ejército para retomar sus antiguas colonias en la América Latina. Esa peregrina idea sólo cabe en el cerebro enfermizo y criminal del gángster ruso.

Ucrania es Ucrania. Nación independiente y soberana. Y allí, en Ucrania, se está librando la batalla decisiva del mundo libre frente al totalitarismo de la «nueva Unión Soviética». No nos llamemos a engaño. El decidido expansionismo ruso, al igual que el chino, es sólo más de lo mismo.

Por ello, la primera noticia diaria debería tratarse de la guerra que el pueblo y el valeroso ejército ucraniano libran contra la ampliación rusa, descarada e ilegal. Debemos preocupamos a diario sobre la encarnizada lucha de las Brigadas Mecanizadas No. 53 y 58 de Ucrania en el frente este de la zona de Bakhmut, así como la victoriosa entrada de la Brigada Mecanizada No.59 en la ciudad de Kherson, capital provincial que los rusos proclamaron «suya para siempre», pero que tuvieron que abandonar usando vestimenta civil y mezclados con la población local, escondiendo sus uniformes rusos tras el descalabro de otra derrota más. 

Desde el comienzo de su fallida invasión a Ucrania, el ejército ruso ha demostrado sus grandes deficiencias tácticas y estratégicas, su falta de moral combativa, su mediocre entrenamiento y sus erradas y anticuadas proyecciones militares, enquistadas en los preceptos heredados de la segunda guerra mundial, con los patrones rígidos de comando y control, tan propios de los regímenes dictatoriales fundamentados en el temor interno a las consecuencias de sus actos, dentro de sus propios estratos militares.

Ante los desconcertados ojos del mundo occidental, —que creyó a ciegas la propaganda rusa de su potente ejército bien equipado con armas muy modernas y poderosas— el ejército de Ucrania ha ido en ascenso de victoria en victoria, y los rusos han ido en declive de derrota en derrota. En los primeros meses de la guerra, tras la pérdida rusa de numerosos generales, cientos de tanques y vehículos militares, hordas indisciplinadas que saqueaban las zonas ocupadas, y tenebrosas unidades de tortura y abuso contra civiles desarmados, los rusos demostraron sus verdaderas habilidades: Un ejército muy efectivo frente a civiles desprotegidos, como aconteció en la ciudad siria de Aleppo donde probaron su salvajismo enfrentando una guerrilla que combatía con sandalias de playa y fusiles viejos, con algunas armas montadas en pick-ups y escaso entrenamiento militar. 

Los comunistas son muy «valientes» en el avasallaje a personas indefensas y desarmadas, como hemos visto en Cuba, Nicaragua, Venezuela y otros desdichados países bajo la férula de estos gángsteres modernos. Pero son intrínsicamente cobardes frente a la determinación de la fuerza. Recuerden al coronel Tórtolo y sus tropas en Granada. Eso no es nada nuevo.

Felipe Lorenzo

Hialeah, Fl.

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