La Navidad es la fuente que alimenta que nunca se agota. En Navidad es más abundante el amor hacia el nacimiento de quien vino a traer consuelo y salvación.

El Niño que maravillosamente nos visita, que da vida y calor. Seguirlo es el camino vivo que nos conduce a hacer bendecido, nunca se debe olvidar. Como Niño prodigio que es porque así se puede testificar.

El nacimiento de Jesús no es obra de hombre, esa es obra de Dios Creador del Universo. Aun Jesús es Hombre y Dios verdadero, Hombre nacido de mujer “María’ engendrado, del Espíritu Santo.

Como es sabido, ese Niño nació como otro niño cualquiera, pero con un poder soberano reconocido sobrenatural.

Cada año se debe esperar con todos los poderes que esa criatura merece. Él nos enseña el valor de la vida, como cristianos hay que reconocer que gracias a ese precioso infante, hoy somos lo que somos, verdaderos cristianos, si de verdad creemos en su fuerza y poder.

Hay que dar gracias a la Santísima Virgen María por aceptar ser la madre del verbo encarnado que Dios quería para la salvación del hombre por desobediencia y pecado. 

Gracias Padre por esa bondad y privilegio que tuviste para nosotros tus hijos muy amados, agradecido de Ti siempre estaremos.

Pedro León López 

Spokane ,WA