Julio Estorino
Madre de Cristo, Señora,
dulce madre de mi patria:
una vez más en tu Ermita,
una vez más a tus plantas…
vengo con el mismo ruego,
traigo la misma plegaria;
sólo que ahora, Cachita,
esta oración de mi entraña
es cada vez más doliente,
más triste, más desolada,
ya se me ha vuelto un susurro
porque las fuerzas me faltan,
porque me pesan los años,
porque el tiempo se me acaba,
y el silencio del Señor
debilita la esperanza.
Recuerda, Madre del Cielo,
que este pecador… es nada…
es tan sólo carne y hueso
el cascarón de mi alma;
que toda, toda mi vida,
puse en Jesús mi confianza;
que traté, día tras día,
de seguir sus huellas santas,
pero… que sólo soy barro,
mi fe es hija de su gracia,
y esa fe sufre, Señora,
en esta espera tan larga.
¡Ruégale a Cristo, Cachita,
que llegue ya la alborada,
que no tarde más el día
en que sea libre mi patria,
que ha pasado mucho tiempo
y ya el tiempo se me acaba!
Sé que es tal vez egoísta,
Madre mía, esta plegaria.
Sé que del segundo piso
veré mejor la mañana
en que Cuba lance al viento
sus cadenas, ya quebradas,
y el grito de ¡Libertad!
vibre en todas las gargantas;
sé que esa dicha, en el cielo,
será la dicha más alta.
Pero no es sólo, María,
por mí que pido esta gracia:
¡es que Cuba se nos pierde,
es que han torcido su alma,
es que el odio y la rapiña
la tienen endemoniada,
y si el sol no sale pronto…
¿qué alumbrará cuando salga?…
¡Madre, no es sólo mi vida:
la patria también se acaba!
Pide a Cristo que perdone
el tono de esta plegaria,
que perdone este desvelo
que se posa en mi ventana
tras tanto mirar al cielo
esperando esa alborada,
sea que falta la fe,
sea falta de esperanza.
Que entienda que ya mis hombros
no bastan para esta carga,
que sólo quiero morir
sabiendo libre a mi patria…
Pero, también, Madre mía,
en fin de cuentas, caramba:
dile que al igual que Plácido
yo acepto lo que Él me manda,
que como tú ante Gabriel
se cumpla en mí su palabra…
¡que se haga su voluntad
aunque a mí me parta el alma!
Aunque, a pesar de los años,
siga al pie de mi ventana,
esperando por la muerte
o por ver libre a mi patria.
0 comentarios