Puesto en libertad regresa a Jagüey Grande y establece comunicación con los conspiradores. El 10 de febrero de 1869 se produjo el levantamiento de Jagüey Grande y logra ocupar el pueblo por poco tiempo teniendo, luego, que abandonarlo para refugiarse en la Ciénaga de Zapata. En aquella región el mejicano Inclán reorganiza sus tropas creando el Regimiento Jagua con el cual libró varias acciones entre ellas la quema de los ingenios. Limonar, Jovellanos, Macuríjes y Colón. Para entonces, ha establecido contacto con su superior el Mayor General Federico Fernández Cavada y en agosto de 1869 sale a combatir a la guerrilla conocida como Tiradores de la Muerte formada por negros apalancados y presidiarios dados a la destrucción de todo lo que encontraban a su paso.
El 24 de febrero de 1870 Inclán fue ascendido a General de Brigada y después, el 4 de abril de 1870, el Presidente Carlos Manuel de Céspedes lo designó para sustituir al Mayor General Adolfo Fernández Cavada en el mando de la Brigada de Cienfuegos y Trinidad.
A los seis meses se colocó bajo las órdenes del Presidente Céspedes y se le confió el mando de las fuerzas villareñas que se encontraban en territorio camagüeyano a las que condujo hacia Sancti Spíritus. Pasados pocos meses se encuentra Inclán ofreciendo su ayuda a la segunda expedición del vapor Salvador, organizada por la Junta Central Republicana de Nueva York que traía como Jefe de Tierra al Coronel Fernando López de Queralta. Llegaban, entre otros, Ramón Roa, Juan B. Osorio y Andrés y Manuel Pimentel. El 8 de marzo de 1871 Inclán es nombrado Jefe de la División Holguín al frente de la cual realiza los ataques a San Juan y Bariay.
Han pasado los meses y al comienzo de 1872 es detenido y acusado de tener preparativos, junto con su viejo amigo el compañero González Galbán, para desertar y presentarse al enemigo. Lo complican también con un cubano: con José Payán.
EL PROCESO DEL MEXICANO JOSÉ INCLÁN
En 1871 fue designado el santiaguero Payan jefe de una de las columnas de villareños que se trasladaron hacia la región Oriental. Subordinado como ayudante del General de Brigada José Inclán, el santiaguero Payan fue sustituido como jefe de la división de Sancti Spíritus por el español Francisco Villamil acusado, sin prueba alguna, de pretender entregarse al enemigo.
Fue un largo y engorroso proceso. El 29 de febrero Inclán es juzgado por un tribunal que lo condenó a la pena de muerte, pero un Consejo de Revisión le conmutó la sanción por no existir pruebas concluyentes.
No era la primera vez que este impulsivo militar recibía la condena de la pena capital. Años atrás, luego de servir con coraje en el combate de Puebla que se libró en México el 5 de mayo del 62 contra los invasores franceses, fue hecho prisionero y enviado a Francia. Tres años después regresaba a México, su país natal, incorporándose nuevamente al ejército pero fue procesado por el presidente Benito Juárez por abuso de autoridad y conspirar contra este gobierno uniéndose al general Aureliano Rivera por lo que fue detenido y condenado a la pena de muerte. Por gestiones familiares se le condonó esa pena con el compromiso de incorporarse a los revolucionarios cubanos que se habían alzado el año anterior.
Todos reconocían en Inclán un hombre que imponía a sus subordinados una estricta disciplina. En ese sentido el Presidente Carlos Manuel de Céspedes escribía en 1872:
«Celebro mucho sus esfuerzos por disciplinar y regular esa División (la división de Holguín) que se hallaba en mal estado y confío en que continuará trabajando con constancia y buen éxito».
Igual calificativo mereció de su ayudante, Ramón Roa, que lo describió como «un jefe valiente y organizador que había levantado a las fuerzas… a un nivel tal de moralidad y disciplina que no podrá jamás olvidarse»
Al someterse su causa a un Consejo de Revisión, Inclán, que no se había expresado en el primer juicio, asumió su propia defensa con tanta eficiencia y poder de convicción que el Mayor General Modesto Díaz, quien presidía el tribunal, lo felicitó y le expresó:
«¿Por qué no hablaste antes? No te hubiéramos condenado».
No obstante, sancionaron a Inclán a dos años de suspensión de empleo y destierro a la jurisdicción de Holguín donde solicitó traslado para el Estado Mayor del Mayor General Ignacio Agramonte marchando hacia Camagüey.
Cuando iba rumbo a Cama-güey Inclán fue capturado por tropas españolas el 1º de junio de 1872. Conducido a Puerto Príncipe fue juzgado y condenado a fusilamiento lo cual se ejecutó el 15 de junio de aquel año.
Otro fue el destino de Payan. Luego de ser absuelto en el juicio al que fue sometido, Payan se mueve hacia el departamento Oriental junto con el venezolano Salomé Hernández. Al no obtener en la región de Holguín y Tunas los recursos militares que esperaban pasó Payan a Camagüey de donde marchó hacia la República Dominicana. Posteriormente se trasladó a Perú donde se desempeñó, con gran éxito, como director de un banco en el Callao.
No participará José Payan en la Guerra de Independencia, pero el Consejo de Gobierno de la República en Armas lo nombró Agente General de Cuba en aquel país. Regresará a la isla en 1904, treinta años después de haberla abandonado.
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