Nadie vaticina lo mejor para Cuba tras la muerte del general López-Callejas, quien era considerado “el cerebro económico” del régimen, ya que su vacante no podrá ser llenada por ninguno de los mandos medios, debido a la falta de capacidad de estos para manejar la cuestión económica del régimen.
Conocido también como “el zar de la economía cubana”, el medio de comunicación Bloomberg llegó a considerarlo como uno de los hombres más poderosos de la isla, ya que fue una figura clave en las estructuras del poder político, económico y militar de Cuba.
Hijo del general del Ejército cubano Guillermo Rodríguez del Pozo (1929-2016), que llegó a ser jefe de los Servicios Médicos de las FAR y del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, López-Calleja, manejó siempre las arcas económicas del régimen castrista hasta la fecha en que murió.
Era tanto el poder de López-Calleja, quien también fue presidente del Grupo de Administración Empresarial (Gaesa) de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), un opaco complejo multisectorial con más de medio centenar de compañías, que nunca rindió cuentas ante la Asamblea Nacional.
“Se trataba del mayor grupo de empresas del estado cubano con importantes intereses en cadenas hoteleras, comercio minorista, telecomunicaciones, inmuebles, empresas de importaciones y comercializadoras de combustibles”, opinó Jorge Gutiérrez Izaguirre, conocido como “El Sheriff”.
“Y, por eso, fue un hombre clave como la primera fuente de divisas de Cuba, elemento irremplazable en un país que importa el 70 % de lo que consume. Su ausencia va a ser difícil para el régimen llenarla”, aseguró Gutiérrez Izaguirre.
Pese a que sus apariciones públicas eran contadas -una de las últimas fue en la visita a La Habana del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador-, los expertos lo calificaban como una de las personas esenciales en el entramado político-económico cubano.
Gutiérrez recordó que Estados Unidos lo sancionó durante el mandato del expresidente Donald Trump (2017-2021), incluyéndolo en la lista de personas “especialmente designadas y bloqueadas” de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.
“En un país que atraviesa una grave crisis, también fue criticado por las notables inversiones en nuevos hoteles (pese a la caída del turismo), la
dolarización parcial de la economía (de la que se beneficiaban las tiendas en divisas de Gaesa) y la elevada inflación”, opinó.
“La revolución va a sentir su desaparición porque era un hombre astuto ya que en 1990 pasó a prestar servicios en la Contrainteligencia militar y, como muchos militares cubanos, cumplió
“misión internacionalista” en la participación de Cuba en la guerra de Angola”, afirmó.
“En 1996 se le designó para dirigir el Sistema Empresarial de GAESA, cargo que ejerció durante casi tres décadas hasta su muerte. Y participó en la Comisión Política Económica desde su creación en 2006 y en 2011 encabezó la comisión del Gobierno cubano para la atención a la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, un proyecto de promoción económica”, explicó.
“Fue miembro del Comité Central del Partido desde 2011 y desde el año pasado pertenecía también a su núcleo duro: el Buró Político y era diputado en la Asamblea Nacional”, insistió Izaguirre en su comentario tras la muerte de López Calleja.
“¡Ha muerto López-Calleja, el verdadero poder detrás del poder! Ahora sí se armó la gorda en Cuba. ¿Qué estará pasando detrás del telón?”, recordó Gutiérrez el comentario que hizo sobre esto el dramaturgo opositor Yunior García, radicado en España.
Llegó a acumular un poder impresionante no solo en términos económicos. Además de financista de la familia Castro-Espín, manejó la mayoría de las cuentas en divisas del país, pues GAESA (Grupo de Administración Empresarial S.A.) controlaba cada dólar que entraba en Cuba.
“Pero se ha sobrevalorado su rol. Cuando Callejas llegó a GAESA ya ese entramado furtivo de recaudar divisas existía. Se creó a fines de la década de 1960 y se perfeccionó en los 1970 por especialistas de la inteligencia, que eran los encargados de burlar el embargo”, acotó Izaguirre.
“Después del fusilamiento del general Arnaldo Ochoa (1989) y la muerte del ex ministro de Interior José Abrantes (1991), Raúl Castro jubila a un número importante de oficiales de la inteligencia y la contrainteligencia”.
Izaguirre hizo un paréntesis para aclarar que “la contrainteligencia militar del Ejército cubano (FAR), es decir Raúl, tomó el mando de otros importantes cuerpos. Y aunque las FAR tenían sus estructuras empresariales, el manejo de las cuentas en paraísos fiscales y operaciones comerciales en Panamá, México, Canadá, España o Estados Unidos, en Miami, ciudad donde la inteligencia cubana había estructurado agencias de vuelos chárter, envíos de dinero y paquetes a Cuba, pasaron a manos de Julio Casas Regueiro, el hombre encargado por Raúl para esas funciones”, argumentó.
“Pero hijo del general Guillermo Rodríguez del Pozo (1929-2016), Luis Alberto López-Calleja, sin embargo, se destacaba por su talento para las matemáticas y las finanzas. Entró en la familia Castro-Espín cuando se casa con Déborah, la hija mayor del matrimonio de Raúl y Vilma”, recordó.
“Con la muerte de Julio Casas Regueiro en 2011, Luis Alberto comienza a escalar puestos de poder. Era una persona discreta y demostró lealtad a Raúl. López-Calleja llegó a manejar no solo las finanzas de GAESA, es decir el dinero de Raúl Castro, también comenzó a controlar todas las empresas que ingresaban moneda dura, desde la exportación de servicios médicos y ETECSA hasta el turismo y la Zona Especial de Desarrollo del Mariel”, reseñó.
“López-Calleja llegó hasta donde Raúl le permitió llegar. Pero también era desechable. No creo que resulte traumático para el régimen sustituirlo. Tal vez la persona que ocupe el cargo no tenga tantos privilegios como él, que llegó a formar parte de la familia Castro-Espín”, insistió.
“Probablemente el trabajo sea más colectivo. Desde luego que internamente, dentro del gobierno y del partido, distintas facciones rivalizarán para obtener ese cargo, por el dinero que mueve, las influencias y el poder que da. Luis Alberto Rodríguez López-Calleja personificó el poder paralelo diseñado por Raúl Castro”, concluyó. Izaguirre.
Izaguirre no quiso dejar por fuera el hecho de que “López-Calleja diseñó un modelo de capitalismo militar corporativo. El país estaba dividido en dos. Una Cuba del socialismo o muerte, con la gente haciendo colas para comprar un poco de comida y el gobierno prometiendo una sociedad próspera y sostenible en la que nadie creía”.
“Creo que muchas cosas van a cambiar, pues de lo contrario podrían ocurrir estallidos sociales. Con la muerte de Calleja habrá beneficiados y perjudicados. Es probable que GAESA pase a ser administrado por instituciones civiles con el objetivo de burlar el embargo de Estados Unidos”, recalcó.
“La muerte de López-Calleja y la merma de poder de Raúl Castro pueden precipitar cambios interesantes. Siempre dentro de la lógica del poder establecido. Hay diferencias dentro del gobierno y las lógicas ambiciones de mayor poder y protagonismo saldrán a flote. Pero el deseo de no perder el poder es más fuerte. La muerte de Luis Alberto Rodríguez López- Calleja podría marcar un antes y un después. O puede que no. El relato en Cuba es tan absurdo que aplicar la lógica sería una pérdida de tiempo”, sintetizó.
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