AQUELLA ESPAÑA QUE APUÑALEARON POR LA “ESPALDA”

Written by Demetiro J Perez

6 de julio de 2022

ARTÍCULO de opinión de Roberto Cazorla, desde Madrid.

Si alguien quiere referirse a favor o en contra siéntase libre de enviarlo.

Con José Luis Rodríguez Zapatero, (mantiene un amor a lo “Romeo y Julieta” con el

gorila Nicolás Maduro), fue cuando a España le pegaron la primera puñalada. Desde entonces (políticamente) se convirtió en un burdel (como Cuba donde el turismo solo va en busca de sexo joven y barato), España es “la Cueva de Ali Babá y sus miles de

ladrones”. Si pudiéramos subirnos a un helicóptero, para contemplar el mapa de la Península Ibérica, nos daría un infarto, pues desde que la convirtieron en 17 comunidades, grupo de corruptos, que desde entonces con el malgobierno del sátrapa José Luis Rodríguez Zapatero, iniciaron su andadura por el mundo de los oligarcas. La enemistad de los españoles existe desde mucho antes de los Reyes Católicos. Desde que ese grupo de enemigos de lo que ha sido y es para los latinoamericanos (que sí tienen o han tenido madre), ha sido “La Madre Patria”. El odio entre las “comunidades” (ahora le llaman así), se puede fragmentar con un serrucho. España siempre ha sido una nación culta. Recordemos que fue el país en el que nunca se ponía el sol. Con el “arribo” a la presidencia de Rodríguez Zapatero, (que mantiene un amor a lo Romeo y Julieta con el gorila Nicolás Maduro), fue cuando a España le pegaron la primera puñalada por la “espalda. Desde entonces se convirtió en un burdel (como Cuba que el turismo va para disfrutar de sexo joven y barato), en “la Cueva de Ali Babá y sus miles de ladrones”. Nunca pensé que la España que me abrió los brazos en 1963, aquella que despedía humanidad por sus poros, hubiese “parido” tantos enemigos que están empeñados en hundirla en un pozo de excremento. Pedro Sánchez (el Pinocho por mentir tanto), tomó el poder pactando con los partidos independentistas, terroristas (incluso con miembros de la banda terrorista ETA que lleva a cuesta casi 2 mil muertes, incluso niños). Uno de los partidos más fuertes y que tienen a la población con el rezo en los labios, fue uno de los que apostó por Pedro Sánchez, lo que significa que está comprometido hasta los tuétanos. Otro de los partidos que le dicta al “presunto” presidente lo que tiene que hacer, es “Esquerra Republicana”, el que, si tienen que matar a la madre de cada uno lo hacen por conseguir la independencia de Barcelona (Cataluña). RECIEN LLEGADO Aparte de apuñalear a España los corruptos que apoyan y aplauden hasta con las pestañas a las cruentas dictaduras latinoamericanas, comenzando por la admiración, el respeto y de “huele trasero”, del asesino de lesa humanidad Nicolás Maduro, a España le han desgarrado una de sus mayores virtudes: la humanidad de los españoles. Esta España se convirtió en el burdel de Europa, durante el nefasto desgobierno de Mariano Rajoy, aquel señor que presumía de su partido de derecha, cometió tantísimos errores, que el “imberbe” Pedro Sánchez le puso una moción de censura, y, como en ese momento el “Pinocho” estaba más solo que la una, no le quedó otro remedio que pactar con 4 de los partidos que han sido terroristas y que están empecinados en que España explote. ¿El resultado de aquella mezcla de corruptos? Lo que estamos padeciendo. Han logrado convertir a los españoles en seres indiferentes, inhumanos, en personalistas, factores que, cuando yo aterricé en ella, no existían. Aquellos españoles de las décadas 60, 70 y mitad de los 80, se los tragó la tierra. Podría yo escribir un libro con anécdotas hinchadas de humanidad que viví en primera persona. Aquellos españoles eran comprensivos y no escatimaban en ayudar a cualquier exiliado cubano. No inmigrantes, como la mayoría actualmente que solo irrumpen, ilegalmente, con el fin de colaborar a que España termine de desangrarse. Recién llegado yo a Madrid (1963) entré a una cafetería de la Puerta del Sol a tomarme una taza de café con leche. Conocía a los camareros, pues entonces yo vivía en la calle Espartero Nº 6, casi esquina a calle Mayor, o sea, en plena Puerta del Sol. Por ello llegué a tener cierta relación con los camareros y camareras. Aquel día que entré a dicha cafetería, a mi lado había un matrimonio joven con dos niños casi adolescentes. Cuando oyeron mi acento, me preguntaron: “¿Perdone señor, ¿usted es cubano?”. “Sí”, respondí con mi orgullo de ser cubano de la Cuba pre comunista. La Cuba siguiente, me importa un pepino. Aquella noche, me invitaron a cenar a su casa la cual estaba a 5 cuadras de la Puerta del Sol. Yo nunca había visto unas fuentes rebosadas de jamón ibérico (el mejor de España), ni de lonchas de queso manchego. Fue la primera vez que me bebí dos vasos de vino tinto, que, tiene que haber sido del bueno porque no me causó ni mareo. Así era el español de entonces; les salía por los poros ramalazos de humanidad, comprensión y de amabilidad. Aquel matrimonio se pasó el tiempo preguntándome sobre Cuba. “Es que todo nos resulta tan surrealista, que cuesta trabajo creerlo”. Le subrayé palabra por palabra, incluso, les conté que, lo que sabían era nada comparado con la realidad. El abuelo de ella había hecho fortuna en aquella Cuba tan lejana. De ahí su interés por la desdichada isla.  “AGENCIA EFE”   Mi primer trabajo como periodista fue en una humilde agencia situada en la calle Peña Prieta, barrio de Vallecas (hoy a dicho barrio si entras a partir de las 9 de la noche, es posible que te asalten o te degüellen algún parásito perteneciente a alguna de las bandas latinas que tienen a España palpitando de miedo (lo he dicho varias veces). Era mi primer trabajo como tal. Me pagaban mil quinientas pesetas al mes y tenía que entregarles un reportaje diario. Mientras realizaba dicho trabajo, llegó a Madrid el actor cubano René Muñoz, que aquí había protagonizado 3 películas, una de ellas pertenece al número de filmes más rentables de este país: “Fray Escoba”. Y René me propuso irme con él a una gira. “Son solamente 3 meses. Pide permiso y vente conmigo (en dicho reparto estaba mi inolvidable amiga Lita Romano. Pedí permiso, me lo dieron. Aquellos 3 meses se convirtieron en 9. Al regreso, en la Agencia no me volvieron a aceptar. Me había quedado sin trabajo. Una noche me encontraba con unos amigos cubanos conversando en la esquina de la calle Chinchilla y Gran Vía. Por nuestro lado pasó un amigo que había sido compañero en aquella pequeña Agencia. Me preguntó qué estaba haciendo. “Tres de los que estábamos en “Hace Prensa”, estamos en la Agencia Efe. Si quieres te presentamos al jefe y quizá te acepte como colaborador, aunque sea”. Entonces estaban de “moda” los seriales en las revistas y periódicos. “Prepárate la sinopsis de un serial. Te lo presentamos y se lo muestras”. Aquel serial lo titulé “El Arte Huye de Cuba”. Cuando llegó el día de presentarme (amparado por aquellos que habían sido mis compañeros en “Hace Prensa”) me llevaron al despacho del director, Amadeo Lladó. Le entregué mi trabajo y, con enorme profesionalidad, le echó un vistazo y, mirándome me dijo: “Roberto, con leer solamente el título me interesa. Creo que puede ser un éxito”. A continuación, le dijo a mi ex compañero de “Hace Prensa”. “Fernando Montejano, lleve a Roberto al laboratorio y preséntele a los fotógrafos, pues a partir de ahora, usted, Roberto, se va a quedar como colaborador de la casa. Antes, quiero que vaya a la caja y que le den el dinero que indica este recibo, pues nuestro compañero me ha dicho que usted no la está pasando bien económicamente. Mañana yo me voy de vacaciones durante un mes. Cuando regrese terminaremos nuestra charla”. Cuando tomamos el elevador, leí aquel recibo y ponía la cantidad de 2.000 pesetas. Un dineral entonces. Los españoles de hoy (no hay regla sin excepción), ignoran lo que significan las palabras humanidad, compasión, sentirse bien parido. Ninguna de estas escenas que he narrado, desde el diabólico José Luis Rodríguez Zapatero, brillan por su ausencia. ¡Aquella España fue apuñaleada por la espalda! Nos sentimos como barcos a la deriva, sin la esperanza de que aparezca un puerto donde atracar y que la gente siga sintiéndose “humana”, y conserve, aunque sea un cuarto del abrazo que tanto anhelamos. 

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