Convertido en uno de los atuendos más atractivos para cubrir las cabezas de hombres y mujeres en Europa y América y, pese al equívoco de su nombre, el sombrero Panamá reivindica su origen en el país que lo ha tejido desde hace siglos y ayudó a su independencia: Ecuador.
Por Isabel Martínez Pita
Rafael Albero es propietario de la cadena de tiendas, ‘Sombreros Albero’, quien cuenta la historia de este sombrero. “El origen se remonta a los indígenas de las tierras de Sudamérica que ya lo utilizaban para resguardarse del calor del sol y que procedía de cierta palmera que crecía en Ecuador, la ‘Carludovica palmata’, o ‘palma toquilla’, y con la que las hábiles manos de sus artesanos tejían los sombreros que desde hace más de un siglo ya sorprendieron por su atractivo a los europeos”.
El hecho de que se conociera este sombrero en Panamá fue por lo que recibió su nombre, pero realmente fueron los obreros ecuatorianos que trabajaron en la obra hidráulica del Canal los que dieron a conocer este trabajo artesanal propio de su país de origen.
Los franceses admiraron desde el principio la elegancia de este sombrero y su capacidad para aislarlos del calor del sol, ya que posee una protección solar UV factor 40, según los dermatólogos, y, así, su fama se extiende por Europa con el equívoco de su procedencia, cuando en realidad su manufactura procede de Ecuador y con el que además este país sudamericano, debido a su fama y sus ventas, financió su independencia en 1822.
Los primeros españoles que llegaron a América ya observaron que algunos indígenas utilizaban sombreros de palma, pero no es hasta que se organiza la Exposición Universal de París, en 1889, cuando los ingenieros franceses que habían estado construyendo el canal de Panamá (1881-1914), lo mostraron al resto de los europeos como una prenda cómoda y elegante que, además, aislaba del calor del sol tan intenso en ese país centroamericano.
Desde 1820, la familia de Rafael Albero inició su trayectoria en la venta de sombreros estableciendo tiendas por varias ciudades españolas, siendo Valencia su núcleo principal y donde iniciaron la andadura que les ha llevado a ser conocidos en Europa y en Ecuador, sobre todo por la venta de sombreros Panamá, que iniciaron hace más de 40 años y que se ha convertido en uno de los principales reclamos dentro de su amplia gama de sombreros.
LA INTRODUCCIÓN DEL
SOMBRERO PANAMÁ EN EUROPA A TRAVÉS DE FRANCIA.
Rafael Albero es el propietario de esta cadena de tiendas, ‘Sombreros Albero’, que han hecho apreciado el sombrero Panamá y cuya historia explica aquí. “El origen se remonta a los indígenas de las tierras de Sudamérica que ya lo utilizaban para resguardarse del calor del sol y que procedía de cierta palmera que crecía en Ecuador, la ‘Carludovica palmata’, o ‘palma toquilla’, como se la denominó posteriormente, y con la que las hábiles manos de sus artesanos tejían los sombreros que desde hace más de un siglo ya sorprendieron por su atractivo a los europeos”.
El hecho de que se conociera este sombrero en Panamá fue por lo que recibió su nombre, pero realmente fueron los obreros ecuatorianos que trabajaron en la obra hidráulica del Canal los que dieron a conocer este trabajo artesanal propio de su país de origen.
Rafael Albero indica que “los franceses se dieron cuenta que el sombrero de estos operarios era más fresco que el sombrero de paja tradicional que resultaba ser muy quebradizo, porque su tejido, al estar hecho con hojas de otras palmeras, se resecaba con el calor del sol y se resquebrajaba. Los españoles se percataron más tarde de este inconveniente, durante las guerras de Cuba y Filipinas, países donde, debido a la humedad y el calor, pudieron comprobar la fragilidad del sombrero de paja que hasta entonces era tradicional en España”.
EL SOMBRERO QUE AYUDÓ A LA INDEPENDENCIA
DE ECUADOR
Los franceses admiraron desde el principio la elegancia de este sombrero y su capacidad para aislarlos del calor del sol, ya que posee una protección solar UV factor 40, según los dermatólogos, y, así, su fama se extiende por Europa con el equívoco de su procedencia, cuando en realidad su manufactura procede de Ecuador y con el que además este país sudamericano, debido a su fama y sus ventas, financió su independencia en 1822.
“Este sombrero también se fabrica en países como Colombia o Bolivia, pero el auténtico es de Ecuador hecho con hojas de ‘palma toquilla’, denominada posteriormente así a la ‘Carlodovica palmata’, fibra vegetal autóctona que tiene unas propiedades esenciales, se diferencia mucho de los demás. Al final, el que está realizado en Ecuador por un buen artesano resulta muy diferente de los manufacturados en otros países”, señala Albero.
Albero sostiene que “todos los que importamos se tejen en el país de origen y el gobierno de Ecuador mantiene un gran control sobre la calidad de sus sombreros y se preocupan mucho de que estén bien fabricados, de hecho, nosotros somos la única empresa europea reconocida por las autoridades ecuatorianas con la acreditación con la que compensa a quienes realizan un buen trabajo a nivel de manufactura a partir del producto ecuatoriano”.
JIPIJAPA Y MONTECRISTI, CUNAS DEL SOMBRERO PANAMÁ.
Además, la empresa Albero ha sido de las pocas empresas españolas que, a través del gobierno ecuatoriano, ha aconsejado la forma de hacer los sombreros para los gustos europeos y “hemos cuidado de dar a conocer su verdadero origen a pesar de su nombre, porque el auténtico sombrero Panamá es el fabricado en Jipijapa, una ciudad pequeña de la provincia de Manaví, que es donde tradicionalmente comenzaron a hacerlos, o Montecristi, ciudad donde se hacen los sombreros de calidad más fina y cuyo nombre es utilizado todavía”, subraya Rafael Albero.
Los sombreros Panamá, insiste el propietario de la empresa Albero, “se siguen haciendo como en los tiempos del descubrimiento de América, no ha cambiado para nada. Se recolecta la palma, se teje y luego se le da la forma, lo que requiere un proceso lento”.
“Nosotros importamos lo que sería la materia prima, los tejidos, y le terminamos de dar la forma, mediante el planchado. De ahí esa especie de leyenda de que el Panamá es flexible porque los europeos lo que se traían de Ecuador era un sombrero de palma tejido, pero al que no se le había dado la forma definitiva, pero una vez que se le ha dado su forma en el planchado es más difícil plegarlo”.
DISTINGUIR UN PANAMA GENUINO DE OTRO FALSO.
Para diferenciar un sombrero Panamá genuino del que no lo es, Rafael Albero indica una serie de características que le han de diferenciar de un Panamá falso: En principio, “los sombreros Panamá, al ser de paja, tienen un olor característico. Si no huele a nada no estarán hechos de ‘paja toquilla’, así que probablemente sea falso”.
“El tacto del auténtico sombrero Panamá debe ser sedoso, si presenta un exceso de rugosidad, no debe ser paja natural”.
“Si ponemos el sombrero boca arriba podremos ver los anillos que se han ido formando a medida que el sombrero se ha ido tejiendo. A más anillos y menos espacio entre el tejido, más calidad tendrá el sombrero. La finura del tejido determinará el costo de un sombrero fino de ‘paja toquilla’. A mayor finura mayor calidad y precio”.
En cuanto a la uniformidad del color, “cuanto más uniforme sea el color de mayor calidad será. También hay que tener en cuenta que un sombrero de ‘paja toquilla’ siempre es de color beige natural, aunque se puede procesar para obtener color ‘blanco puro’”.
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