Una Fábula Budista
¿Qué bondad le vas a ofrecer a otros si no te la puedes ofrecer a ti mismo?
Una cobra se encontraba en meditación sobre amor y bondad. Una mujer que pensó que lo que allí había era una soga, la tomó y la usó para amarrar un bulto de ropa. Al llegar a su casa, agarró la cola de la serpiente le dio varias vueltas para impulsarla en el aire y lanzó la ropa encima de una mesa. La serpiente toda golpeada y adolorida fue a su maestro budista y le dijo:
_Debes estar orgulloso de mi, fui tan bondadosa con una mujer que por más que me golpeó no la mordí y la maté.
El monje reprendió a la cobra diciéndole:
_ “Si hubieses sido verdaderamente bondadosa, le hubieras silbado para que ella supiera cuál es tu verdadera naturaleza: ser una serpiente, y así le hubieras enseñado que necesita ser más consciente de sus desiciones y sus actos.
El primer paso en la meditación metta de amistad incondicional es recordarnos ofrecer esta compasión ilimitada hacia nosotros primero.
¿Qué bondad le vas a ofrecer a otros si no te la puedes ofrecer a ti mismo?”
Reflexión
No se trata de ser bondadosos y permitir que otros nos pisoteen o se salgan con la suya a costa nuestra, se trata de darnos nuestro lugar, respetarnos y aceptar lo que somos para poder practicar bondad hacia otros.
El Sabio Indio
Cuentan que un pequeño indio tras haberse incomodado con un amigo que le había robado alguna de sus pertenencias fue a su abuelo que gozaba de buena reputación como sabio y le dijo que sentía tanta rabia por su amigo que tuvo ganas de pegarle, pero a la vez internamente se preguntaba si debía perdonarlo. El muchacho le pidió al anciano que le explicara por qué experimentamos el conflicto interno entre esa parte de nosotros que desea perdonar y la otra que quiere vengarse. Tras unos segundos de meditación, el abuelo respondió:
_ Dentro de nuestra mente tenemos dos lobos. Uno de ellos es compasivo, perdonador y amoroso, mientras que el otro es el que no perdona, es agresivo, amargado, violento y vengativo.
Inquisitivamente, el jóven quiso saber cuál de los dos lobos es el que debería ganar. El sabio mirándolo fijamente le contestó:
_ Depende de cuál de los dos alimentes.
Buscando a sus autores.
0 comentarios