Por Rogelio A. Pujol (1954)
En general el pueblo de los Estados Unidos es hogareño. Lo básico en su nacionalismo es la familia y ese concepto está hondamente arraigado. La colonización de los Estados Unidos que se produce en el lapso de una centena de años, del siglo XVII a principios del XVIII, estuvo formada casi exclusivamente por familias. Este movimiento, impelido por poderosos y diversos motivos, creó una nación en el yermo y modeló, por su naturaleza, el carácter y el destino de su pueblo. Una enorme inmigración posterior no ha hecho variar la raiz característica y continúa siendo la familia el centro generador de la vida nacional.
No es de extrañar que a pesar de sus grandes éxitos militares y de su enorme prestigio mundial, Dwigth D. Eisenhower, sea más estimado por su pueblo por su dedicación a la familia, que desde niño demostró, primero para el hogar de sus padres, después por el suyo propio.
Las raíces de su devoción familiar son ampliamente conocidas. Nace Eisenhower en Denison, Texas, el 14 de octubre de 1890, pero pasa sus primeros años y juventud en Abílene, Kansas, donde él y sus cinco hermanos trabajan en el jardín de la casa, cosechan vegetales y los venden entre sus amistades.
Los seis Eisenhower jugaban baseball, football y juntos iban de pesquerías. Siempre estaban unidos. Cinco de esos hermanos viven actualmente y, como en el pasado, continúan unidos estrechamente. Cada uno de ellos ha formado una familia, pero cuando las necesidades de la vida se lo permiten, se van de pesquería. Todos han tenido éxito en sus actividades. Arthur, el mayor, es Presidente de una institución bancaria de sólidos prestigios; Edgard, es abogado con un próspero bufete; Earl es ingeniero de grande actividades que ha logrado hacer fortuna; Dwight David, General de Cinco Estrellas y presidente de los Estados Unidos; Milton, el menor, es Doctor en Filosofía, en Ciencias, Consejero del Presidente de los EE. UU., y Presidente de la Universidad de Pennsylvania.
El Presidente Eisenhower siente gran predilección por el doctor Milton y respeta sus opiniones y juicios por su admirable capacidad mental. Recientemente el presidente Eisenhower le recomendó a su hermano Milton una misión diplomática en América del Sur y a su regreso éste le rindió un informe que ha sido muy elogiado.
El primero de julio de 1916 Dwight David Eisenhower formó su propia
familia, siendo Teniente del Ejército de
EE. UU., un año después de haberse graduado en la Academia Militar de West Point, al contraer matrimonio con Mamie G. Doud, una bella muchacha de Denver, Colorado, la novia gentil de sus amores. Mamie resultó la esposa ideal para el militar que tenía que abrirse paso a puro esfuerzo en la vida y, dulcemente, con ejemplar solicitud, le dedicó su vida y, de campamento en campamento, de país en país, fue acompañándolo, haciéndole agradable el hogar inestable sujeto a las necesidades perentorias de un servicio en bien de la Patria, donde y en cualquier parte que la necesidad lo impusiera.
El dolor abatió a la joven pareja cuando murió su primer hijo, pero pronto nació otro, John, en 1922, y el circulo familiar quedó completado desde entonces a despecho de las necesidades militares que a veces los han separado.
Entre 1915 y 1941 Eisenhower sirvió en muchísimos puestos militares de los Estados Unidos, en Panamá (donde participó en el planeamiento de las defensas), en las Islas Filipinas (bajo el mando del general MacArthur), y en Francia, con la Comisión de «Monumentos de Guerra”. En 1942 fue designado Comandante General del Teatro de Operaciones Europeas. Planeó la invasión de África del Norte y la invasión a Francia que comenzó el 6 de junio de 1944.
Permaneció en Europa hasta noviembre de 1945. Época en que regresó a Washington con la investidura de Jefe del Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos, cargo del que solicitó su retiro en octubre de 1948 para aceptar la Presidencia de la Universidad de Columbia, en la ciudad de New York. En diciembre de 1950 fue llamado nuevamente al servicio activo para ocupar la jefatura de SHAPE (Comando Supremo de las Potencias Aliadas en Europa). En mayo de 1952 renunció ese cargo para ser postulado candidato a la Presidencia de los Estados Unidos.
Todos esos traslados, todos esos compromisos para con la patria, fueron cumplidos «más allá del deber» por Dwight D. Eisenhower, pero siempre estuvo a su lado la compañera ideal, para endulzarle los momentos difíciles de la vida, las horas de prueba.
John, graduado en la Academia Militar de West Point, y quien actualmente es Comandante del Ejército de los Estados Unidos, es también veterano de la Segunda Guerra Mundial y recientemente tomó parte en acciones de guerra en Corea. El comandante Eisenhower ha aumentado el círculo familiar al contraer matrimonio con Barbara Jean Thompson, y su encantadora esposa le ha dado tres hijos. David IX, Barbara Anne y Susana, que han venido a completar la dicha de un par de abuelos felices.
El Presidente y la señora Eisenhower francamente admiten que su más grande felicidad en la vida se la proporcionan sus nietos a quienes han visto crecer a su lado y con los que están estrechamente ligados por lazos de verdadero cariño. Mientras el comandante Eisenhower se encontraba prestando servicios en Corea, su esposa, «Barbara Jean, y sus hijos, vivían en la Casa Blanca.
Al terminarse las operaciones
militares en Corea, el Comandante Eisenhower fue destinado a Fuerte Bennig, en el Estado de Georgia y ahora su señora y sus hijos viven con él. El presidente y la señora Eisenhower, cada vez que se les presenta una oportunidad, encaminan sus pasos hacia el Fuerte Benning donde lo esperan siempre ansiosos, los brazos de esos nietos que constituyen, su mayor felicidad.
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