Hay municipios y provincias que ingresan en el Tesoro de la Nación en calidad de impuestos, varios millones de dólares anuales y, sin embargo, sufren un abandono oficial inaudito. Hay aún más; existen regiones tabacaleras como las de Pinar del Río cuyas oficinas residen en La Habana: zonas cafetaleras orientales de gran riqueza cuyo Instituto del Café vive en La Habana, y así podrían multiplicarse los ejemplos de contradicciones y arbitrariedades.
Hace varios años que nos llegó desde Pinar del Río el impulso de un gran movimiento cívico. Un grupo de hombres y mujeres, muy reducido, más modesto que iluso, se propuso demostrar el caudal de riquezas materiales y morales que encierra el cubano cuando se le ofrece el ejemplo de una conducta honrada, generosa, saludable para la convivencia social. A través del “Comité todo por Pinar del Río”, han hecho por aquella ciudad y su provincia más que todos los gobiernos sucedidos en 46 años de República. Santiago de Cuba, Camagüey, Trinidad, Caibarién, Cárdenas, Matanzas, Cienfuegos hasta completar las 180 ciudades y pueblos, tienen hoy su Comité Cívico Local, verdaderas organizaciones para la educación y el fortalecimiento cívico de nuestra Nación.
Sus obras públicas, sanitarias, educacionales y de varios aspectos, representan varios millones de dólares que han sido administrados con la honradez y limpieza que no han tenido ninguno de nuestros gobiernos. En el momento actual, el movimiento nacional de esas agrupaciones de mejoramiento local constituye la fortaleza de los principios cívicos y patrióticos. Su vertebración nacional ha sido lograda a través de tres congresos.
En Occidente y Oriente se celebra anualmente “El Día de la Dignidad Ciudadana” durante el cual todo el pueblo contribuye con dinero o trabaja, bajo la dirección del Comité Cívico Local. Y ahora nos llega también desde Pinar del Río, otro movimiento que ha prendido, ya en Oriente, el pretigioso, cubano ejemplar y ex-presidente del “Comité Todo por Pinar del Río”, elaboró la idea e inmediatamente fue apoyada por el Comité. Silenciamos los nombres porque así nos lo ha impuesto el Comité. Para este movimiento cívico, primero cuentan las obras, después el ciudadano, y entre los dos, la familia, el hogar y la patria.
Pinar del Río nos hace llegar su moción y la acogemos convencidos de que producirá grandes beneficios a nuestro país. Reclama un ministerio para cada provincia, para descentralizar el poder de La Habana y desarrollar la vida económica-social de todas las regiones, dando iguales oportunidades de desenvolvimiento a las fuentes de riquezas que son abandonadas sistemáticamente por todos los gobiernos.
El proyecto no es localista ni regionalista; por el contrario, lo que se ha hecho hasta ahora, concentrando todas las atenciones en las necesidades de la Capital sin un menosprecio y abandono completo del resto de la República ésto si es un localismo sin paralelo. El gobierno del Dr. Carlos Prío Socarrás parece que está dándose cuenta de esta arbitrariedad.
LA ABUSIVA CENTRALIZACIÓN DE LA HABANA
“Yo soy habanero, pero reconozco la injusticia que se comete con las provincias, cuyas peticiones se pierden entre los papeles de los funcionarios, y cuyo clamor queda ahogado en el torbellino de los ruidos capitalinos. Dr. Martínez Márquez, en El País”.
“La Prensa de La Habana, la hipertrófica, centralizadora y absorbente metrópoli capitalina, por lo mismo que abarca más, aprieta menos a la hora de mostrar las grandes insuficiencias de cada rinconcito apartado de esta Isla de cuerpo en desmedro y cabeza deforme. Todo el infortunio de Cuba radica en que se olvida, se desatiende, se soslaya un deber irrecusable de hacer justicia en los municipios de la República. Dr. Arturo Alfonso Roselló”.
“En numerosas ocasiones he expuesto en artículos, conferencias y discusiones en instituciones cívicas, que el grado extremo de centralización a que hemos llegado en Cuba, es una de las causas más poderosas de algunos de los peores males administrativos, políticos y sociales que se hacen sentir en la República. Esa centralización en lo político y administrativo a que nos hemos ido inclinando sin medir sus funestas consecuencias, es una mala herencia del coloniaje. Dr. Ramiro Guerra”.
“Para realizar las aspiraciones de su pueblo, la Cuba del futuro no deberá florecer en una sola ciudad, sino en un agro lleno de verdes sitios y haciendas y de resplandecientes comunidades; en la tierra de una clase campesina en que se hallan fundido la dignidad, el encanto y la inteligencia que son inherentes características del pueblo de esta Isla”.
El problema sanitario
Está sintetizado en estas palabras: La Organización sanitaria está altamente centralizada. Las oficinas centrales del servicio de sanidad pública cuentan con un personal numeroso y desempeñan una gran variedad de actividades. Este personal técnico centralizado limita sus actividades en gran parte en la Ciudad de La Habana y raras veces penetra el interior.
PROPORCIÓN DE MÉDICOS,
HABITANTES Y CAMAS.
La Habana tiene concentrado el mayor núcleo de esta profesión, el mayor número de camas y de hospitales. En el interior de la isla, el Gobierno proporciona un médico por cada 13 mil habitantes y en La Habana uno por cada 2,964. En el interior del país hay una cama gratuita de hospital por cada 1700 habitantes y en La Habana tenemos una cama por cada 180 habitantes.
La Habana y sus alrededores cuentan con facilidades adecuadas para la asistencia médica de hospitalización. Sin embargo no se ha elaborado sistema alguno para que la gran masa del pueblo cubano, que vive en el interior reciba buenos servicios médicos y de hospitalización.
Los servicios de sanidad pública en Cuba deberían extenderse para satisfacer las necesidades del pueblo del interior de la Isla. La tendencia en el pasado ha sido hacia la concentración de los trabajos en La Habana. El interior se encuentra relativamente descuidado.
Debemos agregar: “Está lejos de nuestro propósito el querer criticar esfuerzos del Gobierno Nacional para hacer de La Habana la ciudad más bella y más saludable de los trópicos. Debemos reconocer sin embargo, que La Habana y los alrededores constituyen sólo una pequeña fracción de la población total de Cuba.
Las secciones rurales en donde se encuentran la riqueza nacional y los recursos de Cuba, en donde vive la gran mayoría del pueblo y en donde existen sin resolverse los principales problemas de sanidad pública, han sido en gran parte abandonadas a sus propios recursos.
Con mucha frecuencia el Gobierno central ha iniciado algún trabajo en La Habana con el propósito de hacerlo extensivo a las provincias, y la extensión nunca se ha llevado a efecto.
RECAUDA PERO NO
REDISTRIBUYE
Las recaudaciones que se hacen en todas las provincias son enviadas a la capital de la República, donde es de presumir que se redistribuirán; pero poco o nada de ésto ocurre. De 100 que envía una provincia, si recibe 1 es mucho.
El movimiento inciado en Pinar del Río, bajo el lema de “Un Ministerio en cada Provincia” ha tenido ya eco en Oriente y Camagüey.
Estamos seguros de que esta tesis pinareña, sentida por todos los pueblos y campos burlados y abandonados, ha de provocar una gran polémica pública. Nosotros estamos ya definidos. Lucharemos por “Un Ministerio para cada Provincia”. ¿Qué posición tienen al respecto los jefes de cada partido político?
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