No sé si ha llegado a Santo Domingo. O si podría aparecer en alguna librería o biblioteca de Miami, un texto sobre la independencia de Haití. Mejor decir Liberación de los esclavos y expulsión de los blancos en Haití. Creo que así es mejor.

Quisiera yo leer un texto escrito por un profesional de la historia, no un político.

Yo no he tenido la ocasión de leer ese texto. Y, a veces, como no he leído esas historias, salvo algo en la Historia de Cuba, que yo aprobé en el Instituto de La Habana. Donde aparecía algo de algunos franceses huyendo en botes de la matanza de los blancos en Haití. Y que habian llegado a las costas de Oriente. Y que allí sembraron cafetos y bailaron o enseñaron los bailes de moda en Francia en ese entonces. Bailes que tambien se bailaban en Haití, la rica colonia francesa. Y dicen en Cuba esos que escriben sobre asuntos folklóricos, que esos franceses, escapados de la matanza de blancos en Haití, trajeron a Cuba La Contradanza. Ritmo que está en el origen de muchos ritmos cubanos.

Creo que ese paréntesis o digresión, que yo empecé,» como no he leído esas historias,» se prolongó tanto que casi me pierdo en mi objetivo. Pero, no vuelvo atrás. Sigamos: como no he leido esas historias, las invento.

Como no tengo a mano una Historia de la Revolución Francesa y lo que sigue puede ser pura invención mía, pues sigamos sin ese texto. Bueno, digamos que usted y yo, seguramente conocemos esas tres palabras que son las que todo el mundo conoce: Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Escribiendo de la Revolución Francesa, con el significado de esas tres palabras podemos todavía, aunque no tengamos aquí el texto, decir muchas cosas

Digamos primero que la Libertad es un derecho de todo ser humano. Y que para  poder usar ese derecho se ha necesitado derramar mucha sangre. Y, tomemos en cuenta sólo la que se ha derramado desde aquel Sermón de Montecino al día de hoy, cuando cada día se habla en la TV y otros medios de la violación de los Derechos Humanos.

La tal Igualdad es otra cosa. Los regímenes socialistas proclaman la igualdad de derechos. En Cuba, todos tienen derecho a colocarse en la cola y conseguir al final un rabito de yuca. Son iguales en la miseria. Aquí en USA no somos todos iguales. Todos tenemos el derecho a comprar un apartamento. O a rentar una vivienda. Unos pueden pagar mil dolares de renta. Otros, teniendo esa misma libertad, no pueden pagar esa renta.

Por eso, esa tercera palabra, Solidaridad, que sí, funciona y vive en esta sociedad, se intercambia muchas veces con uno de los deberes de los Gobiernos: Seguridad Social.

Para mí, lo obscuro de este tema haitiano que ahora trato, es el momento cuando a Puerto Príncipe llegaron las noticias del triunfo de La Revolución, cortadas ya las cabezas del Rey y la Reina de Francia y otros pormenores.

No tenemos videos de esos momentos. Pero a mí como a usted, nos gustaría ver las caras de los funcionarios del gobierno colonial, tras esas primeras noticias. ¿Que hacemos? se preguntarían entonces esos franceses que antes no habían notado que los esclavos africanos eran tambien seres humanos. ¿Por qué ahora?, Libertad, Igualdad, Fraternidad.

Esa fue la consigna que llegó del gobierno revolucionario. Y… ¡A los botes! Sí, a los botes, los que estaban en la ciudad y cerca del puerto. Pero, ¿ y aquellos que en los cultivos, hacían trabajar con su látigo a los esclavos? No me parece que estos pudieron llegar a los botes.

Pero tengo la curiosidad por saber si estando tan cerca del Este de Haití, el Oriente cubano,  pocos franceses pudieron llegar allí.

Dejo a otros la explicación. Mis conocimientos de este capítulo comienzan con la aparición en mi texto de Primaria (Bernardo Pichardo) de unos líderes de las masas de ex esclavos. Vamos a llamarles líderes: Dessalines que fue un matón, hasta que lo mataron a él. Y Tousant Luverture de quien puede decirse muchas buenas cosas. Y que, víctima de una traición murió en una cárcel de Francia.

José Tiberio  Castellanos

Miami, Fl.