Llegamos casi al término de este año 2021 tan especial y tan incierto como el anterior. Es inútil argumentar  acerca de pasado y futuro en momentos así. Esel lote que nos ha tocado. Mientras siguen corriendo las aguas bajo los puentes del Sena forzoso es  que constatar que en Cuba el régimen marcará dentro de pocos días 62 años de existencia, parte de los cuales muchos entre nosotros hemos vivido como emigrados. La semana pasada los  documentos recientemete desclasificados por los Archivos Nacionales americanos y una sesión de la Unión Europea han puesto sin mucho ruido a la isla en los titulares de la prensa internacional.

La confirmación de que durante parte de la década de los 1960 hubo varios intentos auspiciados por la CIA para neutralizar a Fidel Castro, despeja definitivamente las dudas acerca de su existencia  que personas como yo siempre habíamos albergado al respecto. Por otra parte el llamamiento que han hecho los eurodiputados solicitando que sean liberados los presos políticos internados arbitrariamente durante los últimos meses, podrá convertirse en papel mojado cuando el desvergonzado Josep Borrell y sus acólitos izquierdosos muevan fichas a fin de disculpar al diazcanelismo so pretexto de intransigencias estadounidenses.

Como se sabe – la experiencia de lo vivido puede servir para comprender qué esta ocurriendo – una tupida madeja de mentiras y de medias verdades ha sido tejida durante las últimas seis décadas respecto a Cuba. En este mundo tzn influenciado por la desinformación podemos preguntarnos cuales serán los elementos con los que contarán los historiadores del futuro llegado el momento de analizar todos estos hechos que hemos vivido quienes ahora estamos al final del camino.

Como lo he podido comprobar durante investigaciones en archivos franceses de tres ministerios todos los gobiernos se escudan en legislaciones especialmente concebidas para evitar ponerlos a disposición de quienes en ellos se interesen. Es así aquí Francia tanto como en Estados Unidos y en España, los tres países en los cuales están los fondos que aluden al período contemporáneo en cuanto a Cuba. Recordemos en este sentido lo que sucedió en Rusia en 1993: ciertos archivos fueron entreabiertos durante unos meses, solo para ser definitivamente cerrado para siempre después. Afortunadamente varios historiadores como Stéphane Courtois y Françoise Thom consiguieron colarse por la brecha, publicando a continuación parte de los excepcionales documentos a los que tuvieron acceso. En Alemania fue mucho mejor del lado de la desaparecida RDA donde las víctimas del comunismo pudieron consultar sus expedientes conservados por la tenebrosa Stasi, como pudo hacer en Leipzig mi vecino Witte: obtuvo los nombres de quienes lo habían vigilado, delatado y perseguido reportando a la policía.

Pero existe otra urdimbre mucho más eficaz y sutil que lacayos, cobardes y  malintencionados han ido creando a través de relatos y de memorias que una vez publicados han sido diseminados por el mundo.  Están en los estantes de las bibliotecas y un día podrán servir como referencias “históricas” para abordar de una manera torcida hacia estos años que a tirmo de arbitrariedad y de represión han pautado la vida de tantos en Cuba, que es en ese país en el que pienso.  Porque ciertamente uno de los logros mayores del castrismo ha sido crear y consolidar un terrorismo intelectual que ha hecho a muchos escribir con arreglo a una vigilancia real o supuesta de un Gran Hermano que todo lo observa y sanciona cuando concurren desviaciones respecto a la línea elaborada por el catecismo oficial. Y como los archivos que están en Cuba son inaccesibles o han sido falsificados para la posteridad el problema deviene cuadratura del círculo.

Un libro de “memorias” recientemente publicado en París por un comunista haitiano que vivió refugiado en Cuba desde 1959 a 1978 es el ejemplo más reciente de esta actitud para con el presente, con vistas al futuro y pasando por la alimentación de un ego exacerbado por la frustración y el odio a una actualidad que materializa un mentís a la fe que en su juventud acunó en el espíritu del autor. Descaracterizarlo sería solo posible si se refutara su contenido página a página.

Felizmente, y son excepciones que confirman la regla, otros trabajos como por ejemplo una tésis doctoral presentada en la universidad Sorbonne Nouvelle a principios de este mes escogio como tema la historia aérea en la isla de 1945 a 1979: un verdadero logro que luego de seis años de investigaciones deja un conjunto de referencias que sentarán cátedra para quienes vengan detrás.

Costará mucha vigilancia denunciar a los tartufos y elogiar a los probos. Es lo que tratamos de hacer alertando y denunciando al mismo tiempo que manifestamos nuestra gran inquietud para con las generaciones futuras tanto como para la juventud cubana de hoy que esta en un callejón sin salida al cual, sinceramente, no le vemos fin.