Cincuenta y cinco años han transcurrido de entonces a hoy

Era un viernes 4 de noviembre, fecha de San Carlos de Borromeo, Patrono de la ciudad de Matanzas, Día del Matancero Ausente. La fecha, en tiempos de la República libre, era celebrada anualmente en Cuba.

La Catedral de San Carlos de Borromeo abría su gran templo a las autoridades, instituciones y vecinos, que en ese día honraban a los matanceros que residían en otros sitios y a muchos que resaltaban en distintas ramas. Habían celebraciones y actos populares.

Personalmente, a nuestra mente venía el recuerdo de aquella fecha en 1955. Tenía yo 10 años y compartía con mi padre sus  muchas actividades. Así fue que seguí muy de cerca aquel Día del Matancero Ausente que a iniciativa de la  la masonería matancera fue dedicado a honrar al coterráneo Edmundo «Sandy» Amorós Isasi, de Pueblo Nuevo, Matanzas, ídolo del Palmar de Junco, que se estrenaba en las Grandes Ligas y su «fildeo» en la línea izquierda dio la victoria a los Dodgers al atrapar un “batazo extraviado” de Yogi Berra, que estremeció al Yankee Stadium y que seguido de un pase de bola a Pee Wee Reese logró un «doble play salvador».

El alumno de la escuela  urbana #8, de Pueblo Nuevo, del ilustre maestro Don José Tomás Rodríguez, era noticia deportiva mundial y hoy su jugada sigue viva en las historias del baseball internacional.

Además de la misa en la Catedral y el recibo en el Ayuntamiento, un gran banquete se efectuó en los salones comedores de la Escuela Politécnica de Gelpi, en Matanzas, y para nosotros resultó una experiencia inolvidable.

De ahí el deseo de continuar aquella tradición yumurina en la fecha del patrono,  y a la vez iniciar su continuación en esta ciudad de Miami, aquel viernes 4 de noviembre, con una misa en la Ermita de la Iglesia St. Michael, en Flagler y Avenida 29, y posteriormente un evento muy concurrido en el salón de actos de la misma parroquia, el cual contó hasta con la participación del grupo “Añorada Cuba”  que dirigía el Padre Jorge Bez Chabebe, como parte de un programa artístico, cultural y patriótico, en el cual contamos con la importante colaboración del entonces alto funcionario de la Diócesis de Miami, el matancero Eugenio del Busto, gran vecino y amigo a quien reconocemos en la distancia.

Y de entonces a estos tiempos, durante 55 años, hemos continuado esa tradición, aunque en estos dos últimos años la pandemia imperante ha motivado la cancelación de la actividad presencial, a pesar de que la razón de recuerdo no puede desaparecer.

Por eso hoy los invitamos a compartir esta edición especial de LIBRE, dedicada a las celebraciones del Matancero Ausente durante estos últimos 55 años. ¡Bienvenidos a LIBRE, tribuna de cada uno de ustedes!

Pie de foto; La composición gráfica recoge en la parte superior el momento en que entonces el joven Demetrio Pérez Jorcano, acompañado de los directivos Emilio Álvarez, Demetrio Pérez padre y René Domínguez, planteaba a la concurrencia -de la que se puede apreciar un aspecto- una  Moción de gratitud a la Asamblea Legislativa de Costa Rica por su solidaridad con Cuba Libre.  En la parte derecha, un grupo de compatriotas respaldando con su firma el planteamiento, a la salida del acto. Aparecen Marcos Pérez, Ramiro Curbelo, Nicomedes Hernández, Rafael Ozambela y  Mario del Cañal. Oscar Mechoso, Paquito Casas, Rodolfo Moreno Boscowitz, Carlos Pérez Heydrich, Teodoro Rodríguez, Heriberto Haedo, el Pastor Leopoldo Adad, Eugenio del Busto, Mario Franqui, Mario del Cañal José Cabrera Riesgo, Delia  y Gabriel Villar, Humberto Báez  Jr, Aurelio Bustamante, entre más  de cuatrocientas personas  que asistieron a ese gran acto del viernes 4 de noviembre de 1966 en la Ermita y salones de la Iglesia St. Michael.