La imagen no podía ser más esclarecedora. Raúl manipulando a su títere entre las cuerdas del verdadero poder, mientras contemplan su hijo el Coronel Alejandro Castro Espín y el gerente de Gaesa y las demás operaciones que controlan el 65% de la economía castrista el General Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, junto al tradicional comandante Ramiro Valdés Menéndez, pendientes de un ejército que tiene en sus manos el destino cubano, si el pueblo no sabe seguir los ejemplos de 1868,1895 y más.
Aunque Raúl apareció el sábado, a las 6:00 a.m., en la marcha forzada del oficialismo, frente al malecón habanero, se asegura que sus quebrantos de salud no le permiten exponerse al sol y mucho menos esforzarse, razón de la hora tan extraña de la forzada manifestación.
Y para confirmar la escena de denuncia, ahí están las constancias de los atropellos y crímenes cometidos a diario en estos diez días de manifestaciones reclamando: Para Cuba… ¡LIBERTAD!
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