ACTUAL INFIERNO FRONTERIZO. REENCUENTRO DE MADRES E HIJOS, UN DRAMA QUE PARECE NO TENER FIN

Written by Demetiro J Perez

26 de mayo de 2021

Los trámites burocráticos son el mayor obstáculo que se ha presentado hasta hoy para que las madres y sus hijos se puedan reencontrar en territorio norteamericano donde se viven dolorosos y traumáticos dramas humanos en la frontera con México.

Últimamente el drama se ha agravado debido a que algunas madres, sin ningún escrúpulo humano, dejaron abandonados a sus hijos, como sucedió en un paraje fronterizo de Texas donde un vigilante encontró a cinco niños abandonados.

En Miami el pasado fin de semana la líder nicaragüense Nora Sándigo recibió en el Aeropuerto de Miami, al niño Henry quien llegó de Guatemala y piensa reencontrarse en los próximos días con su madre luego de estar separados por bastante tiempo.

También se ha registrado el caso de Ana Paredes y su hija Melissa en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles tras una separación de siete años. “Té voy a reconocer?” eso fue lo que dijo la niña quien viajó 4,000 kilómetros para llegar a estar junto con su mamá.

Durante los últimos meses, casi 50,000 niños migrantes han cruzado solos la frontera del suroeste de Estados Unidos. Las llegadas están creando reencuentros felices en todo el país, pero también plantea desafíos.

Nora Sándigo, desde entrada la tarde, estuvo pa-seando por los pasillos del Aeropuerto Internacional de Miami mientras esperaba ansiosa, con su mirada fija en el horario de llegada de vuelos, al niño Henry quien ha vivido un intenso drama para reencontrarse con su madre.

“Este es uno de los tantos episodios de angustia humanos que están viviendo cientos de niños que fueron separados de sus padres”, dijo la activista nicaragüense, luego de recordar el drama vivido ya hace más de cinco años cuando una pareja de jóvenes colombianos fue separada de su s padres.

“Ellos (los padres), como no estaban legales en este país, les tocó viajar de vuelta a Colombia, dejando los niños en custodia mía, pero ya han sufrido mucho, sin el calor de sus padres, lo cual les ha afectado anímicamente y sentimentalmente”, agregó Nora.

Por ahora Nora se ha convertido en madre “sustituta” y tendrá, de hecho, que hacerse cargo del pequeño Henry, quien aún no se repone de este drama, ya que ahora viene lo más difícil de reencontrarse con su madre.

Por su parte la historia de Melissa se remonta al pasado 2 de abril que simbolizó el final de una tra-vesía de más de 4,000 kilómetros que comenzó en Guatemala en febrero, continuó por tierra a través de México y terminó en un peligroso viaje en balsa para cruzar el río Bravo, y llegar a Texas.

Estuvo varias semanas en un hogar grupal que contrató el gobierno antes de que se le permitiera reunirse con su madre y dos hermanos mayores en California.

Cuando Paredes dejó a Melissa en Guatemala en 2014, su hija era una niña pequeña y alegre que apenas aprendía los colores y armaba oraciones completas. Ahora, se bajó del avión cargando su propio equipaje, con un aire de madurez y despreocupación, y su grueso cabello negro recogido en un moño.

Durante los últimos seis meses, casi 50,000 niños migrantes como Melissa han cruzado solos la frontera del suroeste, una extraordinaria nueva ola de inmigración que ha dejado a las autoridades lidiando con tener que abrir refugios y ubicar a los familiares en Estados Unidos.

A diferencia de los niños migrantes que fueron separados de su familia en la frontera bajo el gobierno de Donald Trump, ahora muchos de los niños que llegan fueron dejados por sus padres en Honduras, Guatemala y El Salvador hace algunos años, mientras ellos emprendían la odisea hacia el norte en busca de trabajo.

Las llegadas están creando reencuentros felices en todo Estados Unidos, pero también plantea desafíos para los padres como Paredes, quienes pagaron miles de dólares a traficantes para que introdujeran a su hija al país, y ahora debe ayudar a su hija a acostumbrarse a una vida nueva y desconocida.

Lo hice porque tuve que hacerlo”, dijo Paredes, de 36 años, sobre su decisión de dejar a sus hijos en Guatemala. Esperaba que su familia de aparcer se beneficiara del dinero que lograra enviarles.

“De niña, andábamos descalzos; éramos muy pobres”, dijo. “Yo quería algo mejor para mis hijos”.

Otro episodio que ha impactado mucho a la prensa de Miami ha sido el del niño Wilton Gutiérrez, el niño nicaragüense que fue abandonado en la frontera sur y que ahora se encuentra en un albergue en EEUU, en un esfuerzo por reunirse de nuevo con su madre, quien llegó al país en las últimas horas tras el drama de un presunto secuestro.

Meyling quien pudo hablar con su hijo, Wilton, quien se encuentra en un centro de detención de menores en Texas y, aunque se encuentra bien de salud, destacó que el pequeño le confesó su preocupación sobre la posibilidad de que fuera repatriado a Nicaragua.

Misael Obregón, tío de Wilton, quien vive en Miami, dijo que conversó con su sobrino: “Le pregunté qué pasó, y él me contó que a él lo echaron con otros niños, de noche, teniendo que  durmir en la carretera, en la orilla donde habían animales feroces.

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