Ernesto Díaz Rodríguez
Hace sólo unas horas comenzamos a transitar por los incógnitos senderos del año 2025. Como en ocasiones anteriores, en Alpha 66 es justo que comencemos reconociendo la importancia de todos los que, sin detenerse ante los obstáculos y el cansancio del tiempo, han venido apoyando los esfuerzos de nuestra organización en la lucha por la libertad de nuestra patria oprimida por la más diabólica tiranía que ha sufrido pueblo alguno de América Latina. A ellos, y a cada uno de los que dentro y fuera de nuestra añorada Isla, forman parte de los que se rebelan contra la opresión, va nuestro mensaje de admiración, y nuestra más sincera gratitud por formar parte de los que aportan todo lo que sus posibilidades les permiten en su afán de contribuir a ese sueño tan largamente acariciado de un destino mejor para el pueblo de Cuba.
Más de 66 años de imposiciones arbitrarias, de agobiante esclavitud bajo la bota del castrismo, sin que hayamos encontrado una adecuada solución para poner fin al inhumano sistema de gobierno comunista, pudiera ser razón para que nos sintiéramos cansados. Para que nos abrazáramos a la falsa ilusión de esperar a que el régimen dictatorial cayera por sí mismo. Pero entendemos que el conformismo no es la realidad que nos puede conducir al derrocamiento de la tiranía. Sabemos que luchamos por una causa justa, y ante la adversidad es nuestro deber imponer, por encima de los inevitables sacrificios que tantos años de lucha significan, nuestra voluntad de vencer y una invencible fortaleza de espíritu.
Es nuestro deber tener plena conciencia de la fidelidad que debemos a quienes ya no están entre nosotros, porque regaron con su sangre generosa los surcos de la Patria. Hombres, y mujeres también, que cayeron heroicamente en combate defendiendo su honor propio y el honor de aquellos que eligieron hincarse de rodillas ante la tiranía, o hacerse cómplices del despotismo y la maldad a cambio de unas pocas migajas.
Para nadie es secreto la descomposición moral y el desastre económico que ha venido cerrando el círculo de muerte de la tiranía comunista en nuestro país. La asfixiante crisis energética parece haber entrado en una etapa de insolvente solución, de inevitable permanencia perpetua, lo cual, junto al incremento de otras limitaciones, entre ellas la alimenticia, van rebosando la copa del descontento de un extremo a otro de la isla, lo cual aumenta la posibilidad de un estallido social generalizado.
El comunismo tropical, al igual que lo que ocurrió en múltiples países de la Europa del Este, ha demostrado su fracaso y está cayendo en el pantano político deshecho en pedazos por la voluntad y el coraje de los pueblos que, durante muchos años fueron sacrificados en la cruz de lo inútil, de lo absurdo, mientras sus victimarios, sus verdugos, sin escrúpulo alguno, como en el caso de los Castro y su ganga de matones desbordaban de riquezas sus bolsillos.
Venezuela, gracias a la rebeldía de su pueblo y a la solidaridad internacional en los días actuales, no sería desacertado predecir que en este 2025 está a la cabeza de los que, en algún momento, probablemente más temprano que tarde, junto a Nicolás Maduro y los generalotes que le han sido incondicionales irán a parar a la bien merecida cárcel o tal vez desintegrados para siempre sus mugrientos pellejos en el estercolero de la historia.
Cuba no escapará a la decapitación de lo que va quedando del régimen de terror y muerte impuesto por el farsante Fidel Castro. Nosotros, los cubanos que durante tantos años hemos venido luchando por la libertad y la paz de la familia cubana lo conseguiremos. Haremos, junto a nuestro pueblo, cansado ya de humillaciones y de inmerecidos sufrimientos, que la felicidad retorne a los hogares y el progreso sustituya a la carencia de alimentos, a la falta de electricidad, que ha venido a sumarse a los males que ha engendrado en nuestro país el inoperante sistema de gobierno comunista, diseñado al beneficio exclusivo de la camarilla gobernante, a su opulencia vergonzosa, a su enriquecimiento ilícito. Ha llegado la hora de poner fin a los males que entraña un mal gobierno. ¡Ánimos y adelante! Si redoblamos nuestra voluntad de triunfar, este nuevo año que acaba de empinarse por el horizonte, no sólo será de esperanzas y de anhelos, sino de realizaciones plenas en la lucha por la libertad del pueblo de Cuba. Con la ayuda de Dios, haremos que se cumplan los malos pronósticos con que ha comenzado el 2025 para el comunismo tropical.
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