Elsa (Ybarra) Alfonso, a quien siempre recordaremos como a una cubana ejemplar, que dedicó su vida entera a la causa por la libertad de su patria. Nació en Cárdenas, provincia de Matanzas, el 28 de mayo de 1939. Militante destacada de Alpha 66, desde su llegada al exilio siempre estuvo presente, aportando lo mejor de sí misma con ejemplar determinación y el valor que en todo momento la caracterizó, a la hora de la entrega y el sacrificio. Tenía, además, una acentuada vocación para la creación de distintas manifestaciones de un arte refinado, de manera especial la pintura, donde usualmente en sus paisajes reflejaba su gran amor por Cuba, la cuna de su infancia y temprana juventud, de plena felicidad, tronchada por el régimen de maldad impuesto por el tirano Fidel Castro.

Para los que mucho la admiramos y quisimos, duro es tener que dar a conocer que, luego de varios meses internada bajo un estado crítico en un centro hospitalario de Passaic, a las 6:57 de la mañana del viernes 11 de marzo del año en curso, la muerte nos arrebató a esta valerosa cubana, dejándonos con sus recuerdos y el inmenso dolor de su partida.

Al evocar, en breve recuento, su fecundo tránsito por las encrucijadas y los fértiles surcos de la vida, en reconocimiento justo no podemos dejar de resaltar sus méritos acumulados en su lucha. Entre ellos destacan su entusiasmo creador para buscar fórmulas que aportaran importantes iniciativas de avances en el desarrollo de la organización que abrazó con amor durante muchos años. Y esos méritos le valieron la asignación para ocupar el cargo de delegada de Alpha 66 en la ciudad de Passaic, New Jersey, lugar donde residió la casi totalidad de su prolongada etapa de exiliada política.

Cuando miramos atrás en esta simbólica despedida, renacen también los más tristes recuerdos de las adversidades impuestas por esas ironías del destino a nuestra querida Elsa Alfonso, y se nos hace imposible dejar de mencionar, con no poca tristeza, los desgarros del alma que sufrió con el fallecimiento inoportuno de su esposo, primero, durante sus primeros años de exilio compartido y, más tarde, como si este golpe fuera poco, la muerte inesperada de sus dos únicos hijos, Alex y Alberto, dejándola desamparada en medio de la más cruel desolación.

Fue la historia de esta entrañable amiga, conmovedora, pero a un mismo tiempo estimulante y de una transparencia sin igual.  En ella, nos deja como legado histórico su ejemplo imperecedero de dignidad y honradez a toda prueba, y la más absoluta constancia de su amor a Cuba, de su más fervoroso patriotismo. Por eso, su hermandad compartida con sus compañeros de lucha, junto a la dicha que representa por sí sola el haber conocido a esta noble y virtuosa cubana, para nosotros en Alpha 66 es, y siempre será, razón de orgullo.

Descanse en paz nuestra inolvidable Elsa (Ybarra) Alfonso. ¡Dios bendiga su alma y la acoja en su seno!

Ernesto Díaz Rodríguez

Secretario General de Alpha 66

Miami, Fl.