Una protesta social desinflada marcha en Quito contra el presidente Lasso

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16 de septiembre de 2021

Quito, 15 sep (EFE).- Más de 3.000 personas, según los organizadores, participaron este miércoles en Quito en una desinflada protesta social contra el presidente Guillermo Lasso, a quien advirtieron que los violentos disturbios de octubre de 2019 podrían tener una segunda vuelta si no escucha las demandas del pueblo.
La marcha, con una participación inferior a la que esperaban originalmente las organizaciones convocantes -entre 5.000 y 6.000, según había dicho a Efe por la mañana el portavoz de una de ellas-, partió desde el Parque de El Ejido hasta la Plaza de la Independencia, donde se encuentra la Presidencia y que estaba completamente blindada por la Policía.
El recorrido, de unos dos kilómetros, lo hicieron también en un tiempo récord de menos de una hora, llegando a la cercana Plaza de Santo Domingo, en la que los líderes sindicales advirtieron al Gobierno de la explosiva situación que -aseguraron- vive la sociedad ecuatoriana en los últimos años.
ADVERTENCIAS
José Villavicencio, presidente de la Unión General de Trabajadores del Ecuador (UGTE) y vicepresidente del FUT, recordó que «nos aprestamos a cumplir dos años de la huelga de octubre (de 2019)», y que «el presidente debería analizar eso» porque «cuando no se escucha al pueblo, el pueblo se levanta».
Aquellos disturbios, en los que murieron al menos seis personas y unas 1.500 resultaron heridas, estallaron cuando el entonces presidente Lenín Moreno eliminó el subsidio a las gasolinas, decreto que tuvo que derogar para pacificar el país.
Una situación parecida a la de ahora, en este caso por un incremento de los precios del petróleo en el mercado internacional, después de que Ecuador cambiara en 2020 el sistema de fijación de precios.
«El presidente de la República debe valorar cuál fue el problema central para que se diera el levantamiento de octubre, exactamente el incremento de los precios de los combustibles», señaló el líder de la principal organización indígena Conaie, Leonidas Iza, para quien ese levantamiento «significó un hito en la construcción de todas las demandas del pueblo ecuatoriano en estos últimos años».
La convocatoria este miércoles era de alcance nacional en 23 de las 24 provincias del país y, según el presidente de la unión universitaria FEUE-Nacional, Mauricio Chiluisa, hubo concentraciones en «Esmeraldas, Manabí, Guayas, Machala, Santo Domingo, Los Ríos, Pichincha, Cotopaxi, Azuay y Loja», con un total de participantes en todas de ellas de «unas 8.000 personas a nivel nacional».
Sobre la de Quito, con menos participación de la que esperaba, valoró que fue «una buena movilización principalmente de obreros, maestros, mujeres y estudiantes».
CRISIS AGRAVADA
La crisis en Ecuador comenzó en 2019 a raíz de una creciente deuda nacional y déficit presupuestario, que obligó a recortes en el presupuesto, despidos y buscar la asistencia de los organismos multilaterales.
La pandemia agravó la situación llevando al extremo de una década los niveles de pobreza y subempleo, con unas reformas que plantea el nuevo Gobierno que son rechazadas por las organizaciones sociales.
La marcha de hoy es la segunda que organiza la «Plataforma unitaria», donde convergen las principales organizaciones y gremios, desde que el nuevo presidente llegó al poder el 24 de mayo pasado. La anterior fue el 11 de agosto.
Lasso, que ha dedicado sus primeros cien días de gobierno a un masivo plan de vacunación, pretende lanzar un plan de reactivación económica, aunque el tiempo apremia debido a la situación de necesidad de miles de familias ecuatorianas.
Con pancartas en las que se leían «No a la privatización de empresas públicas», «Por dignidad vamos a la huelga» o «Vivas juntas y libres, por la igualdad y la justicia», los manifestantes expusieron un sinfín de demandas sociales.
Medidas para combatir el subempleo, la pobreza, contra la privatización de empresas públicas, contra el extractivismo minero y petrolero, más presupuesto para universidades, el pago de la deuda nacional al Instituto de la Seguridad Social antes de que colapse, son una muestra del amplio abanico de exigencias expuesto.
Y por supuesto el diálogo con los grupos sociales antes de enmendar cualquier normativa laboral con la llamada «Ley de Oportunidades», que presentará a la Asamblea próximamente para flexibilizar los mecanismos de contratación y alentar el empleo.
«Le hemos dicho al ministro de Trabajo que no se puede hacer una ley paralela (al Código de Trabajo), porque no se puede tener a trabajadores de clase A y de clase B», se quejó Ángel Sánchez Zapata, presidente interino del FUT.
CAMBIOS DE GOBIERNO
El mandatario se ha mostrado tajante con las protestas y advertido que «el cambio» solo se logrará con «un diálogo pacífico», dijo por Twitter.
«El espíritu del ‘Ecuador del Encuentro’ (como denomina a su gobierno) es la unidad nacional. Vivimos en un país diverso, intercultural y plurinacional. El cambio se logra con diálogo pacífico, no con paros liderados por intereses personales», publicó el mandatario.
Por la tarde, a la misma hora a la que terminaba la protesta, Lasso encabezaba un acto en el Palacio de Carondelet en el que anunció los cambios que ha realizado en su Gobierno, entre ellos los ministros de Inclusión Social y de Agricultura, además de la gobernación de las provincias de Guayas y Azuay, y en la presidencia del Consejo Directivo de la Seguridad Social.

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