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Nantes (Francia), 11 jun (EFE).-  (Imagen: Mario García Sánchez) Recuerda Marisa Paredes cuando era pequeña y jugaba en la Plaza de Santa Ana de Madrid, en torno a la estatua de Calderón de la Barca, que la motivó a ser actriz. Recuerda, también, cuando le preguntaba a su madre: «Mamá, ¿por qué somos pobres?». «Hija, pues porque hemos nacido pobres», respondía.

Hace un año, el Festival de Cine Español de Nantes se quedó sin celebrar su 30 edición y Marisa Paredes, honrada con el premio principal, no pudo recoger su trofeo.
 
 
A cambio, durante los meses del confinamiento, los carteles de una imponente Paredes vestida con pantalón masculino y sin parte de arriba se quedaron decorando las calles de la ciudad.
 
A un año de distancia, Paredes habla de su consciencia de clase y de las muchas cosas que le gustaría cambiar desde Nantes, al oeste de Francia, donde se encuentra este fin de semana como invitada de honor del Festival de Cine Español, que celebra con un año de retraso -debido a la pandemia- su trigésimo aniversario.
 
 
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También a habla de su postura política y de la cultura.
 
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Para este sábado, la actriz  española dará una masterclass, presentará dos proyecciones elegidas por ella misma, «La flor de mi secreto», de Almodóvar, y «Salvajes», de Carlos Molinero, que se adelantó a su tiempo al hablar de forma clara sobre la inmigración.