Brasilia, 24 mar (EFE).- Una jueza de la Corte Suprema de Brasil autorizó este jueves investigar al ministro de Educación, Milton Ribeiro, por sospechas de privilegiar a pastores evangélicos afines al Gobierno de Jair Bolsonaro en el reparto de recursos de su despacho.
La magistrada Carmen Lucia Antunes aceptó la petición de la Fiscalía General, que pretende averiguar si existe un grupo de cabildeo formado por líderes de iglesias pentecostales que tendrían poderes sobre la liberación de partidas del Ministerio de Educación.
«Las circunstancias expuestas, que evidencian prácticas delictivas a ser apuradas, convierten en indispensable, según la manifestación del Ministerio Público, que se profundice la investigación de los hechos denunciados», indicó Antunes en su decisión.
El fiscal general, Augusto Aras, ya apuntó la posibilidad de que se hayan cometido crímenes de corrupción pasiva, prevaricación y tráfico de influencias, entre otros.
La jueza también permitió al Ministerio Público tomar declaración a Ribeiro, ministro de Educación desde julio de 2020, y a los pastores evangélicos Gilmar Santos y Arilton Moura, ambos cercanos al presidente Jair Bolsonaro.
El nombre de esos dos religiosos ha aparecido en multitud de reportajes periodísticos publicados esta semana y que revelaron la existencia de ese supuesto «gabinete paralelo» dentro de Educación.
El escándalo tomó una nueva dimensión después de que el diario Folha de Sao Paulo filtrase un audio en el que el ministro, quien también es un pastor presbiteriano, asegura que los presupuestos de Educación tienen entre sus prioridades impulsar proyectos de esas iglesias evangélicas afines al Gobierno.
«Mi prioridad es atender, primero, a los municipios que más lo necesitan y, en segundo lugar, atender a todos los que son amigos del pastor Gilmar», manifestó Ribeiro en la conversación grabada, en la que afirma que esa estrategia responde a «un pedido especial» que le hizo el propio «presidente de la República».
Asimismo, el periódico Estado de Sao Paulo afirmó que Gilmar Santos le pidió a un alcalde una cantidad indeterminada de dinero para «protocolar» sus demandas en el Ministerio de Educación y que, una vez liberados los recursos, debería pagarle «un kilo de oro».
Pese a las crecientes presiones de grupos parlamentarios y entidades educativas, Ribeiro se mantiene, por el momento, al frente de Educación y, en una entrevista a CNN Brasil, dijo «estar firme».
También subrayó que, con anterioridad, denunció a al menos uno de los religiosos a la Contraloría General del Estado para que lo investigara por la posible «práctica de pedidos e intermediaciones» irregulares.
Ribeiro, que es el cuarto ministro de Educación desde que el ultraderechista Bolsonaro asumió el poder, en 2019, responde ya ante el Supremo por un supuesto delito de homofobia, tras declarar públicamente que los homosexuales son «producto de familias desajustadas». EFE
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