Santiago de Chile, 23 mar (EFE).- La Convención que redacta la nueva Constitución de Chile incluyó este miércoles el derecho de sus pueblos originarios a la «autonomía y el autogobierno» en el borrador del texto de la nueva ley fundamental, algo inédito en el país.
Por 104 votos a favor, uno más de los sufragios necesarios para avanzar, el pleno del órgano aprobó un artículo que señala que los pueblos originarios «tienen derecho al pleno ejercicio de sus derechos colectivos e individuales», en especial «a la autonomía y al autogobierno».
El artículo también incluye el derecho a «su propia cultura, a la identidad y cosmovisión, al patrimonio y la lengua, al reconocimiento de sus tierras, territorios y la protección del territorio marítimo».
También se ratificó en el pleno la idea de proclamar a Chile «Estado plurinacional e intercultural» que reconoce «la coexistencia de diversas naciones y pueblos», por 115 votos a favor, 34 en contra y 4 abstenciones.
Se trata de dos de normas del informe de la Comisión de Sistemas Políticos que ahora ya son parte del borrador de la nueva Ley Fundamental, que empezó a redactarse en 2020 y podría ver luz verde este año, en caso de aprobarse en un plebiscito de salida.
«Estamos dando importantes pasos para entregar derechos efectivos y autodeterminación para los pueblos originarios», señaló el constituyente Wilfredo Bacian, de la etnia quechua.
La aprobación fue celebrada por la mayoría de los 17 constituyentes que ocupan uno de los escaños reservados para pueblos originarios, aunque algunos lamentaron el rechazo en la víspera de otras disposiciones relativas a la independencia jurídica de estos pueblos.
Los indígenas de Chile, que representan en torno el 12,8 % de la población, nunca han sido contemplados en la Constitución, aunque diez de ellos están reconocidos desde 1993 en la Ley Indígena: los mapuche, aimara, kawésqar, rapanui, yagán, quechua, atacameño, diaguita, colla y chango.
Para muchos de ellos, su inclusión en el proceso constituyente viene a enmendar una «deuda histórica» del Estado.
La Convención, de tendencia progresista y con gran presencia de ciudadanos independientes, tiene la tarea de redactar la primera Constitución que surge de un proceso plenamente democrático en Chile.
El proceso nació como vía política para desarticular la ola de masivas protestas que comenzó en 2019, que dejó una treintena de fallecidos, miles de heridos y removió los cimientos de Chile, uno de los países más estables de América Latina.