Río de Janeiro, 15 sep (EFE).- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, acudió este jueves al cumpleaños del influyente pastor Silas Malafaia para convocar a las urnas a los votantes evangélicos, que son una de sus principales bases de apoyo.
Bolsonaro defendió los valores conservadores durante un breve discurso con motivo de la celebración del 64 cumpleaños de Malafaia, que tuvo lugar en una abarrotada iglesia de la Asamblea de Dios, situada en Penha, un barrio humilde de Río de Janeiro.
«Hay cosas que son muy valoradas por todos nosotros: (el combate al) aborto, drogas, ideología de género; propiedad privada y familia», dijo el líder ultraconservador ante una audiencia de miles de fieles evangélicos.
El gobernante, que en las elecciones del 2 de octubre tiene como principal adversario al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, abanderado de una coalición de partidos progresistas, dijo tener «certeza de que el bien va a acabar venciendo el mal».
Malafaia, un pastor tan próximo a Bolsonaro que lo casó en 2013 con su actual esposa, Michelle, arropó al candidato de la ultraderecha en un encendido discurso.
El pastor arremetió contra la «porquería del socialismo» y recalcó que en las elecciones, los evangélicos no defienden un candidato, sino unos «principios y valores».
«No vamos a renunciar a principios y valores, en una sociedad donde lo políticamente correcto es aplaudido. Quien defiende droga y quien defiende aborto es aplaudido, ¿y nosotros somos fundamentalistas?», exhortó.
Bolsonaro y sus correligionarios tratan de minar la imagen de Lula acusándolo de apoyar la legalización de las drogas y el aborto, a pesar de que el exmandatario rechaza esas posiciones.
Según una encuesta divulgada hoy, Lula es el favorito con el 45 % de la intención de voto de cara a la primera vuelta de las elecciones, frente al 33 % que mantiene Bolsonaro.
Todas las encuestas realizadas por las principales firmas demoscópicas en las últimas semanas han arrojado una diferencia de entre 11 y 15 puntos a favor de Lula.
El voto evangélico tuvo un peso clave en las elecciones de 2018, en las que se impuso Bolsonaro, puesto que según las encuestas, la mayoría de los fieles de esas congregaciones votaron a su favor.
Bolsonaro posee un amplia ventaja entre los evangélicos, grupo que ha ido ganando fuerza en el país y representa actualmente el 30 % de la población brasileña, frente al 50 % que se declara católico.